Me resulta curioso que mi padre aún tenga esa absurda – o no tan absurda – costumbre de comprobar que las puertas del coche se han cerrado correctamente tras accionar el cierre del mando a distancia. Básicamente se trata de un hábito adquirido en los tiempos en que los turismos de a pie no sólo no tenían apertura y cierre a distancia sino ni tan siquiera un cierre centralizado que con una única acción bloquease todas las puertas.
Pero tal vez esta costumbre sea un proceder recomendado en estos tiempos que corren, puesto que en los últimos meses se han intensificado los robos urdidos mediante la técnica del inhibidor de frecuencia. Los amigos de lo ajeno se sitúan en lugares muy concurridos, por ejemplo aparcamientos públicos en centros comerciales, accionan su inhibidor y se aprovechan de aquellos incautos que no comprueban si de verdad se han cerrado las puertas de su coche al activar el mando a distancia y desvalijan aquellos objetos de valor que hayan dejado en este.
Los inhibidores de frecuencia no regulados están prohibidos y ya no sólo para aquellos casos en los que se esté tramando un robo. Únicamente las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y Administraciones Públicas autorizadas cuentan con la potestad de utilizarlos y siempre bajo la autorización de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones. No es de extrañar que alguna vez hayas comprobado que el mando a distancia de tu coche no funcionaba en las proximidades de un cuartel de la Guardia Civil, dependencias públicas o incluso en la proximidad de la comitiva de seguridad de un político.
El primer consejo que os podemos dar es que os aseguréis siempre de que las puertas se han cerrado correctamente, primero observando la advertencia sonora (mediante un bip) o visual (mediante la activación momentánea de las luces de emergencia) que se produce cuando se ha producido el cierre de puertas. Segundo y salvo que el sistema de puertas sea de tipo key less, es decir, que abra las puertas sin que saquemos las llaves del bolsillo, comprobar accionando el propio pomo que las puertas se han cerrado.
El segundo consejo, aunque de perogrullo, es de vital importancia en un momento en que los robos de todo tipo en vehículos han aumentado. Jamás dejéis objetos de valor a la vista, ni ocultos, en vuestro coche.
Fuente: Sevilla Actualidad
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