“España corre un altísimo riesgo de no poder dar salida a la cantidad de automóviles que está previsto se fabriquen en los últimos años. Las ventas y la producción seguirán descendiendo por lo menos hasta 2018.” Así de tajantes y pesimistas son las conclusiones del último informe sobre la industria del automóvil publicado por KPMG. No son las elucubraciones de un visionario ni de un adivino de televisión, sino la opinión de más de 200 directivos de la industria, que por su posición y responsabilidad tienen acceso a información privilegiada y, lo peor de todo, a decidir los próximos movimientos de sus respectivas marcas en España.
Hasta ahora los más optimistas esperaban que en 2014 la situación comenzase a estabilizarse y a remontar muy ligeramente. Pero parece que la mitad de los encuestados no confía en que las ventas vayan a remontar antes de 2018, sin que se especifique en qué medida se mantendrá la evolución descendente del mercado. Lo peor de todo es que la industria del automóvil en España, como uno de los mayores países productores del mundo, también se resentirá.
Si las ventas no remontan, ni en España ni en Europa, la producción caerá
Pensemos que en buena medida, la industria se sustenta gracias al autoconsumo, es decir, los bienes que se producen y venden en España. Si las ventas caen, la producción se resentirá. Por si no fuera poco también depende en gran parte de las exportaciones, especialmente a los países vecinos, cuyo panorama no es mucho más halagüeño que el español. Si las ventas en los países de nuestro entorno caen, la producción en España se resentirá y sufriremos un exceso de capacidad.
Recordemos una vez más que estos presagios no tienen por que cumplirse. Pero si la mitad de los directivos encuestados piensan que España seguirá retrocediendo – también en producción – hasta 2018, ¿hasta qué punto estarán dispuestos a seguir apostando por el suelo español para fabricar sus productos? ¿cómo alcanzaremos los 3 millones de vehículos producidos en España antes de 2016?
Fuente: KPMG
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