Esta semana conocíamos una historia sorprendente, casi inexplicable. Una señora belga había recorrido media Europa y cerca de 1.500 kilómetros por un error propiciado, supuestamente por su falta de atención y las indicaciones erróneas del navegador GPS, que la desviaron de su ruta inicial que apenas la hubiera llevado 150 kilómetros. En su periplo de casi dos días, tuvo que parar como podrán suponer, en más de una ocasión para repostar combustible, descansar y atravesar al menos cuatro fronteras, las de Alemania, Austria, Eslovenia y definitivamente Croacia. Incluso parece que en su recorrido tuvo algún pequeño choque, sin consecuencias, por suerte.
Esta aventura sería comparable a salir de tu casa en Madrid para comerte un chuletón en Segovia, a poco más de una hora en coche, y acabar dos días después tomando una fondue en Zurich (Suiza). ¿Cuál ha sido tu mayor despiste al volante por las indicaciones de un navegador GPS? ¿Alguna vez te has desviado de tu ruta varios cientos de kilómetros por este motivo?
La precisión de un GPS depende de varios factores, para empezar la conexión con el satélite, que puede verse afectada si atravesamos túneles o lo activamos dentro de un parking soterrado. También depende de la cartografía. Y si nuestros mapas no fueron actualizados desde hace varios años, es probable que en nuestra ruta nos encontremos sorpresas, tales como rutas alternativas más cortas y seguras, tramos cerrados por obras, rotondas que según el GPS no deberían existir…
Antaño todo buen conductor viajaba con un manojo de mapas que deberían ayudarle a llegar a su destino y salir de una situación comprometida, como la de encontrarse en una carretera desconocida y sin saber muy bien que rumbo escoger. Ahora hemos renunciado a nuestras habilidades genéticas para la orientación, para confiar ciegamente en una tecnología que podemos encontrar en un pequeño aparato de apenas 100 euros, o incluso en un teléfono móvil de última generación.
Es la pura evolución de la raza humana…
El navegador GPS es una gran ayuda pero no el sustituto de nuestro sentido común
En definitiva el GPS debe ser nuestro mejor aliado sin sustituir nuestro sentido común. Un error como el de la señora belga no es nada habitual, y a mi parecer la historia es tan impresionante que en estos momentos incluso me sigue costando creérmela. No obstante, si conozco casos cercanos de gente que se ha llegado a desviar varios cientos de kilómetros o incluso pequeños accidentes, por una mezcla de factores que siempre, incluyen un despiste y una evidente falta de atención por parte del conductor.
Damos el turno de palabra a nuestros lectores. ¿Cuáles han sido vuestros mayores despistes al volante por culpa de un GPS?
Otros despistes sonados y sorprendentes causados por el GPS en Diariomotor
- Acabé encima de un árbol por culpa de mi GPS
- Cuidado con el gálibo vertical y los puentes
- Cuidado con las calles peatonales… y las escaleras
- Saqué a pasear mi deportivo y acabé pinchando en un desierto
Fuente: El Mundo