No creo que a estas alturas Ratan Tata necesite presentación, es más, aún si no conocías a esta personalidad de la India, es probable que su apellido ya sea más que suficiente para hacerte una idea de su relación con el conocido fabricante de automóviles asiático. Coincidiendo con su 75 cumpleaños, el bueno de Ratan Raval – su nombre completo – decidió anunciar su jubilación y retirada de responsabilidades dentro del Grupo Tata, del que fue CEO durante la última década como miembro de una “dinastía” de acaudalados empresarios, filántropos e industriales en la India. Toda una institución, vaya.
Ratan Tata ha conseguido hacer de su marca uno de los iconos del progreso en la península del Indostán. Analizamos muy brevemente algunas de las claves de su gestión y el porqué engrosará un hueco privilegiado en la historia contemporánea del automóvil, sin olvidarnos como logró que su empresa Tata Motors pueda ofrecer a día de hoy automóviles tan dispares como el utilitario más barato del mundo, el Tata Nano, y los deportivos y modelos de lujo más codiciados de Jaguar y Land Rover.
Tata Nano, el verdadero coche del pueblo indio
Ratan Tata concibió el que para muchos, entre los que me incluyo, fue el verdadero coche del pueblo indio, algo así como un fenómeno del Siglo XXI comparable a lo que fuera en su día el Volkswagen original o el 2CV de Citroën. Tata se había propuesto lanzar al mercado el coche más económico del mundo, con un precio que en la moneda local era equiparable a menos de 2.000 dólares. Aún siendo más caro que cualquier motocicleta, el Tata Nano pretendía ser una alternativa de cuatro ruedas, más práctica y segura, a los vehículos de dos ruedas, que siguen siendo el medio de transporte privado más popular en la India.
Para lograr un precio tan competitivo se tuvieron que llevar medidas de ahorro hasta el extremo, careciendo de dirección asistida, limitando los retrovisores exteriores a uno, optando a un motor muy sencillo o simplificando su carrocería hasta el límite de lo que en Europa consideraríamos muy cutre. Precisamente por ello y por no pocas dudas acerca de su seguridad, el Tata Nano aún no ha visto su lanzamiento en Europa más allá de la fugaz presencia de un modelo con especificaciones para este continente presentado en Ginebra en 2009.
Adquiriendo Jaguar y Land Rover, ¿venganza del pasado colonial?
Ironías de la vida, aunque mero efecto de la economía de consumo en la que vivimos, uno de los iconos de la industria del automóvil inglesa, Jaguar-Land Rover, pasó a manos de Tata Motors en 2008. Más allá de la hipotética venganza por el pasado colonial de la india y el Raj británico, la realidad es que estamos ante un movimiento bien calculado y con mucho sentido por parte del conglomerado de Ratan Tata para hacerse con una marca muy importante y preparar una revitalización sin precedentes, desde mi opinión, como Ford jamás hubiera podido conseguir.
Si bien Jaguar se había estado dando de bruces con la competencia de Aston Martin, cuyos propietarios fueron los mismos durante la era Ford, por fin Tata se encargó de preparar el revulsivo que consiguiera preservar el espíritu británico y desarrollar una nueva gama de productos que se ha materializado en diversos modelos con mucho éxito, por ejemplo los Jaguar XF, Range Rover Evoque y más recientemente el Jaguar F-Type.
Ratan Tata, por cierto, es también Caballero de la Orden del Imperio Británico.
El símbolo del progreso y el despegue de la India
Con unos beneficios anuales en dólares con once ceros, Tata se ha convertido bajo el mando de Ratan en uno de los símbolos del progreso y el avance de la India. El mismo año en que entró al mando se iniciaba un proceso de liberalización de la economía que permitió el auténtico despegue de la marca, hasta el punto de que a día de hoy cualquier éxito de Tata Motors se entiende como un éxito mismo de la sociedad india.
Si vamos a la India nos podemos alojar en hoteles Tata, llamar por teléfono o ver la televisión utilizando su cobertura móvil y sus aparatos de conexión por satélite, utilizar su energía eléctrica o incluso disfrutar de un té o un café con el logotipo de Tata.
Ratan Tata es uno de los artífices de este avance y progreso de Tata y la India, pero sin descendencia, no podrá dejar un heredero de su sangre para ocupar un puesto que sin duda alguna conlleva mucha responsabilidad, la de mantener los beneficios y éxitos de los últimos años.
Fuente: Biografía en Wikipedia | El País
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