El clásico Batmóvil de 1966, el original de la archiconocida serie de los años 60, ya tiene feliz propietario. La puja se cerró en un total de 4,62 millones de dólares, cerca de 3 millones y medio de euros que serían una cantidad más que suficiente para comprar los mejores deportivos del mercado. Pero, obviamente, el mayor aliciente de este clásico televisivo está en que se trata de una pieza de coleccionista, digna del mayor fan de la serie Batman de 1966, protagonizada por el histriónico Adam West.
Más allá del valor que pueda tener por su actuación secundaria en la serie de Batman, este vehículo lleva tras de si una curiosa historia que merece la pena recordar. A finales de 1965 la 20th Century Fox contactó con uno de los preparadores de coches más reputados, George Barris, quien con un presupuesto de apenas 15.000 dólares y quince días de antelación, tenía que preparar el coche con que Batman y su fiel compañero Robin se enfrentarían al crimen en la televisión.
Un Batmóvil construido sobre el Lincoln Futura de 1955
Para lograr el efecto futurista que se esperaba de este Batmóvil, ni corto ni perezoso Barris decidió transformar un prototipo de Lincoln Futura presentado por Ford en 1955.
Originalmente este coche, diseñado a mano por Ghia en Turín (Italia), presentaba una carrocería de color blanco perlado. Las modificaciones de Barris pasaron por sustituir llantas, decorar el coche con su siniestra carrocería negra y detalles en naranja, misteriosas salidas de escape de atrezzo en la trasera y, faltaría más, el murciélago tatuado en la carrocería. Su motor, un V8 Lincoln con transmisión automática Hydro B&M.
El detalle de la cabina de doble burbuja acristalada le vino a George Barris de perlas para lograr hacer que este Batmóvil tuviera de verdad el toque futurista que todos esperaban de él.
Fuente: Barrett & Jackson
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