La semana pasada los conductores de las carreteras madrileñas probablemente se percatarían de la presencia, en muchos de los carteles luminosos informativos, de un mensaje que abogaba por la precaución, especialmente en ciudad, para evitar los atropellos. Se trata de una campaña informativa de menor calado que otras, como las que habitualmente se llevan a cabo por el uso del teléfono móvil o el consumo de alcohol, y que vienen acompañadas de una importante inversión en espacios publicitarios en radio, televisión y otros medios de comunicación.
Desgraciadamente esta campaña no pudo evitar que en apenas una semana se produjeran varios accidentes mortales en la capital. Independientemente de las causas concretas de estos accidentes, puesto que en el primero de ellos existían indicios de que los peatones cruzaron incorrectamente por un paso de cebra con semáforo y en el segundo el conductor declaró que quedó inconsciente y por eso perdió el control del vehículo atropellando a varias personas. A la espera de que se determine realmente lo que sucedió, me pregunto, ¿sirven de algo las campañas informativas de la DGT?
¿Sirven de algo las campañas informativas de la DGT?
En primer lugar pienso, sinceramente, que únicamente por la repercusión que generan, las campañas más agresivas que hemos visto en televisión y que incluso nos mostraban imágenes explicitas de heridos en accidentes, aunque sea por el temor real de que nos suceda a nosotros o a nuestros familiares, nos pueden invitar a pensárnoslo dos veces antes de utilizar el teléfono móvil mientras conducimos o coger el coche después de haber tomado unas copas. El miedo, la agresividad y – si me lo permiten – la viralidad, no solo vende productos, sino que también hace que una campaña como esta gane repercusión.
Hablando de miedo, por otro lado tenemos el temor a sanciones y multas. Por esa misma razón muchos conductores extremarán su precaución, otros no, en temporadas en las que se realizan campañas concretas contra el alcohol, por ejemplo las navidades. Saber de la alta probabilidad de que un control de alcoholemia se interponga en tu camino a casa después de una cena de empresa o una fiesta con los amigos, es motivo suficiente para no tomar esas copas o regresar a casa en transporte público.
Las campañas informativas conciencian, en mayor o menor medida, y aunque ya sabemos que no podrán evitar a corto plazo accidentes tan graves como los sucedidos estos días en Madrid, al menos sí van creando poco a poco y junto con otras medidas, cultura de seguridad vial.
Multar a los peatones que crucen indebidamente
Por otro lado y si de verdad se demuestra que en algún accidente hubo una actuación incorrecta por parte de los peatones, que cruzaban indebidamente la carretera, me pregunto si no deberíamos extremar la vigilancia también del peatón. La culpabilidad de los atropellos es en muchos casos de un conductor, pero también en muchos otros de un peatón imprudente.
Hace un tiempo nos preguntábamos si multar a los peatones que cruzan indebidamente, solucionaría el problema. Tras mi experiencia habiendo vivido casi un año en un país como Polonia, en Europa Central, aseguraría que aunque se trate de una medida extrema que a más de uno indignará, la medida sería efectiva. En muchas urbes europeas es muy difícil ver a peatones cruzando por un semáforo en rojo o una zona sin paso de cebra, entre otras cosas porque cualquier guardia o policía que esté atento a la jugada será implacable a la hora de tramitar la multa, y el importe de estas es suficientemente cuantioso como para que nos lo pensemos dos veces antes de cruzar.
Con esto quiero decir que volvemos a la efectividad de las campañas informativas. Si una buena campaña además va acompañada de temor para el conductor, o en este caso el peatón, a ser multado, es probable que este se lo piense dos veces antes de cometer una imprudencia que hasta le podría costar la vida, o como mínimo una sanción económica.
La noticia de los atropellos en 20 Minutos y Qué!
En Diariomotor: Multar a los peatones que crucen mal, ¿reduciría los atropellos?