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Renault Clio RS, prueba en el Circuito de Guadix. Reinventando al mito

Vayamos al grano y empecemos por la conclusión: el nuevo Renault Clio RS ya no es un coche para “quemados”. La gente de Renault no esconde que, con un vehículo tan radical como el anterior, las ventas no serían las esperadas. Por eso han dado un golpe sobre la mesa para tomar una decisión dura pero, según ellos, necesaria. Los propios responsables de producto nos cuentan que el nuevo Renault Clio RS debía ser menos hot-hatch y más GTI. “¿Qué hicieron?” Coger un Mini John Cooper Works, un Volkswagen Polo GTI y un antiguo Renault Clio RS. Los metieron en una batidora con unos ingenieros franceses, los exprimieron a fondo y salió un zumo de frutas que, de primeras, quizás no te convenza.

Ahora es un coche que no tiene nada que ver con su predecesor: motor turbo en lugar de atmosférico, cinco puertas en lugar de tres, cambio automático de doble embrague en lugar de su homólogo manual, frenos “made in Renault” en lugar de Brembo… “¿Qué demonios han hecho?”. Espera un momento, démosle un voto de confianza. Te aseguro que tiene cosas para sorprenderte mucho, muchísimo…

Ficha técnica Renault Clio RS 200 EDC

  • Motor: gasolina, 1.6 litros de inyección directa y turbo.
  • Caja de cambios: automática de doble embrague.
  • Potencia: 200 caballos a 6.000 rpm
  • Par máximo: 240 Nm desde 1750 r.p.m
    • Aceleración (0 a 100 km/h): 6,7 segundos
    • Velocidad máxima: 230 km/h
    • Tracción: delantera
    • Peso: 1.204 kg
    • Consumos oficiales: Mixto: 6.3 litros/100 km
    • Emisiones de CO2: 144 g/km
    • Precio (sin extras): desde 22.400 euros
    • La polémica que ha acompañado a este modelo no ha sido menuda. Es lógico, la gente de Renault ha empezado un nuevo capítulo para el benjamín de la casa, con una filosofía totalmente distinta. “¿En qué pensaban?” Querían hacer dos coches en uno: un coche que fuese más válido en carretera y también en circuito. Eso significa que, necesariamente, debía ser más cómodo y utilizable en el día a día. Pero al mismo tiempo, más rápido y voraz en pista, para conseguir un coche apto para enamorados de los track days.

      “¿Por qué?” Por lo que hemos comentado anteriormente: los estudios de los responsables de producto de la marca gala reflejaban que es lo que demandarían los clientes potenciales. “Entonces, ¿es un fracaso ser ahora menos hot-hatch?…” No necesariamente. Si Renault vende más Clio RS que antes no será ningún fracaso… por mucho que haya “quemados” que digan que lo es. Será distinto, pero no un fracaso.


      Nuevo motor turboalimentado de 200 CV en sustitución del antiguo atmosférico: menos pasional pero más prestacional

      No todo es tan negro como parece. Para empezar el nuevo motor turbo va fenomenal. Personalmente, creo que todo son ventajas. Es un 1.6 turbo de origen Nissan –empleado en los Juke Nismo- que mantiene los 200 CV del Clio RS anterior pero ofreciendo mejor aceleración y velocidad punta. No es atmosférico, pero entrega la potencia de forma muy progresiva. Además, lo puedes estirar sin contemplación hasta arriba. Ahora alcanza una velocidad máxima de 230 km/h y acelera de 0-100 km/h en 6.7 segundos (2 décimas más rápido que el anterior)… ¡esto es casi tan rápido como el nuevo Volkswagen Golf GTI de 220 CV!

      No hay de qué preocuparse. El downsizing es lógico para los tiempos que corren. Y el bolsillo del cliente lo agradecerá: ahora consume 6.3 l/100 km, ¡un 25% menos! Eso, a final de año es bastante dinero… Además, sus emisiones de 144 g/CO2 le permiten contar con un impuesto de matriculación “reducido”, en la franja del 4.75%. Eso es otro pellizco que el bolsillo agradecerá. Y respecto a la competencia, no hay motivo de alarma: era de los pocos en su categoría que no tenía turboalimentación, lo que le restaba rango utilizable respecto al resto. Ahora entrega un par máximo de 240 Nm desde abajo, a partir de 1750 rpm.

      La gente de Renault ha empezado un nuevo capítulo para el benjamín de la casa, con una filosofía totalmente distinta. Querían hacer dos coches en uno: el nuevo Clio RS debía ser menos hot-hatch y más GTI para venderse mejor.

      El cambio de propulsor no sólo ha sido racional, también atiende a un motivo pasional: inspirarse directamente en los motores que aterrizarán en la Fórmula 1 en 2014, con idéntica cilindrada. Pero no es el único guiño que la marca hace a la categoría reina del automovilismo. Otros detalles son la caja de doble embrague y 6 velocidades con función kick-down —permite seleccionar la menor marcha posible al pulsar la leva de forma prolongada- o el RS Monitor, un completo sistema de telemetría que es un bombazo… y del que os hablaremos más adelante.

      El nuevo cambio de doble embrague también ha venido acompañado de polémica. Algo entendible, por otra parte… No por ser funesto en sí, de hecho está bastante bien, pero sí por no ser posible elegir –aunque sea en opción- uno manual. Seguro que Renault cuenta con cambios manuales contrastados, con garantía deportiva y suficientemente amortizados para insertarlos en la gama… aunque después de haber probado el nuevo, no sabría si optar por uno manual. Me ha parecido razonablemente rápido –puede efectuar los cambios en sólo 150 milisegundos-, también cuenta con unas apetecibles levas tras el volante —fijadas a la columna de dirección- y una función launch control de salida lanzada con la que batimos el propio registro oficial: ¡0-100 en sólo 6.5 segundos!. Seguro que con un cambio manual no lo habría conseguido.

      “¿Por qué preocuparse?” Aseguran que también es mucho más rápido que el Clio RS saliente en circuito. Acelera mejor, recupera más rápido, frena antes… y eso que los frenos ya no están firmados por Brembo: este RS emplea unos de origen Renault, con mayores dimensiones: 320 mm delante y 260 mm detrás –que son los mismos del Renault Laguna con motor V6-.

      Entre el abanico de posibilidades, cabe la posibilidad de optar por el chasis opcional Cup, que es 3mm más bajo y, según Renault, presume de un “aumento de la rigidez en un 15% y una dirección más directa”. Sinceramente no sabría explicarte la diferencia práctica, porque sólo pudimos probar el chasis Cup en circuito y el chasis Sport en carretera…

      Una vez dentro encendemos el propulsor pulsando un botón y no se percibe ningún sonido especial. Ni siquiera al dar varios acelerones en vacío. Esperaba algo más. Una vez en circuito y probando el launch control la cosa cambia, al encontrar un gorgojeo atractivo, pero que no te pondrá la piel de gallina.

      Cuenta con un sistema denominado RS Drive, que ofrece 3 programas (“Normal”, “Sport” y “Race”) que adaptan la entrega de potencia del motor y el funcionamiento del cambio automático de doble embrague, así como la permisividad del control de tracción, el diferencial electrónico o la dureza de la dirección. El modo confort es ideal para circular a un ritmo tranquilo por ciudad o autovía. Las suspensiones no son tan secas como en el modelo anterior y la conducción entonces es confortable; sólo se podría criticar en autovía la cantidad de aire que se filtra a través de las ventanillas, así como la ausencia de luces bi-xenón para conducción nocturna, no disponibles entre el equipamiento opcional.

      Para activar el modo Sport basta con pulsar un botón junto a la palanca del cambio. Una luz en el salpicadero nos advierte de ello. Entonces la dirección se torna ligeramente más pesada, el control de tracción te deja mayor libertad y el acelerador comienza a ser más irascible. Tanto con el modo Sport como con el modo “Race” la percepción auditiva cambia para mejor. De hecho, incluye un sistema denominado RS Sound Pipe que trasmite mayor sonido de la admisión de aire al interior del habitáculo, a través de un conducto, previa amplificación mecánica con una membrana.

      Es un coche que desliza bastante. Va muy rápido pero no muy fino. Esto, dependiendo de cómo se mire, puede ser bueno o malo…

      En circuito presenta mejor sabor para uno que para otros. Es un coche que desliza bastante. Va muy rápido pero no muy fino. Esto, dependiendo de cómo se mire, puede ser bueno o malo: bueno si buscamos diversión y una zaga relativamente juguetona, o malo si esperamos una trazada más limpia y un Clio RS más asentado y efectivo.

      Se nota especialmente bien la ayuda del diferencial electrónico deportivo, que evita en gran medida el subviraje. Mejora la velocidad de paso por curva, actuando de forma desapercibida y frenando la rueda que comienza a deslizar, trabajando sin disminuir el par motor y de forma progresiva.

      La diferencia al seleccionar el modo “Race” es brutal. Con él todas las ayudas se desactivan y el cambio actúa en sólo 150 milisegundos –en lugar de hacerlo en 170, como ocurre en el modo Sport-. Es entonces cuando la ayuda del diferencial electrónico deja de percibirse y debemos “cambiar el chip” a la hora de entrar en curva si no queremos ahogarnos en un abundante subviraje.

      No todo es perfecto. Para empezar es tremendamente molesto e irritante el bip sonoro previo a que actúe el cambio de marchas cuando, al llegar al corte, va a efectuar el paso a una relación superior. Es algo totalmente superfluo e inútil que acaba sacándote de quicio.

      Por fuera… aún no terminamos de acostumbrarnos

      Por fuera no es tan atractivo como el anterior Renault Clio RS y todavía nos cuesta acostumbrarnos a esos nuevos faros y esa parrilla delantera. Recordemos que ahora cuenta con cinco puertas. Todo un desafío para lograr una usabilidad y polivalencia nunca antes vista. En distancias cortas sí se aprecia el cambio, pero las 5 puertas están bastante bien camufladas e integradas en la línea del Clio, por lo que la mayor parte del tiempo pasan desapercibidas. Al alejarte unos metros es un tres puertas más… pero disfrutando de más espacio en las plazas traseras, mayor facilidad de acceso y un maletero que cubica 300 litros.

      Las siglas RS bajo la calandra pasan desapercibidas en este “amarillo racing” tan atractivo. Y las llantas opcionales “radical” de 18 pulgadas en negro brillante le dan un punto muy picante respecto a las de serie. Atrás, un doble tubo de escape pone la guinda al canapé.

      En el habitáculo todo está muy bien conseguido

      En el interior encontramos un salto cualitativo propio de un cambio generacional. Ahora nos olvidamos de esos acabados tan simples, con materiales mediocres para dar paso a una nueva disposición bastante bien conseguida, con remates en color negro brillante y rojo.

      Por ejemplo, los cinturones de seguridad, el volante, la palanca de cambios o las agujas del cuentavueltas lucen el rojo para conferir ese toque algo más pasional. Pero el verdadero cambio no sólo es estético, también tecnológico. Ahora hay de serie un climatizador puesto al día, un sistema de entrada y arranque sin llave o una pantalla táctil de 7 pulgadas con un GPS realmente bien puesto a punto que puede incluir, entre otras funciones, cámara de visión trasera o RS Monitor.

      Si fuese mi dinero, no dudaría en ahorrar 3.700 euros más e ir a por el Renault Mégane RS de 265 CV. De perdidos, al río…

      El RS Monitor es un sistema de telemetría puro y duro. Lo mide todo… y, cuando decimos todo, es todo. Por ejemplo, algunos parámetros cuantificables son la potencia, el par, la presión del turbo, la apertura de la mariposa, la presión ejercida en el pedal de freno, la temperatura de los embragues, el par en cada rueda, 0-50 km/h, 0-100 km/h, 100-0 km/h, cronómetro de vuelta, reglajes, ubicación en el circuito… Y así podría seguir un rato. Pero lo mejor no es sólo eso, a diferencia de otros vehículos como el Nissan GT-R, ahora puedes almacenar los datos en un USB y analizarlos en tu ordenador. Subiéndolos a una base de datos de Renault podrás, además, compartirlos y compararlos con otros usuarios de la plataforma.

      Por 24.400 euros me parece una buena alternativa deportiva. Lo tiene casi todo y es bastante completo. Con 200 CV y un peso de 1.200 kg es, ahora más que nunca, una bala. Obviamente tiene cosas que podrían mejorarse, pero es un deportivo muy convincente. Al nuevo Renault Clio RS le doy mi voto de confianza… aunque, si fuese mi dinero, no dudaría en ahorrar 3.700 euros más e ir a por el Renault Mégane RS de 265 CV. De perdidos, al río…

      En Diariomotor: Nuevo Renault Clio RS: todos los detalles | Renault Clio RS 1.6 200 EDC VS Clio RS 2.0: el paso del atmosférico a la sobrealimentación | Renault Clio RS 200 EDC: la nueva generación del Clio RS por 24.400 euros

      Vídeo destacado del Renault Clio

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      Pepe Giménez

      He podido estar vinculado a la automoción desde pequeño y desde 2009 colaboro en Diariomotor. Mi actividad se centra en realizar pruebas a vehículos deportivos y elaborar reportajes especiales sobre diferentes temas. Los deportivos son mi perdición y disfruto con el olor a gasolina y a rueda quemada. Podéis contactar conmigo a través de pepe.gimenez @ diariomotor.com Seguir leyendo...

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