Desde la incorporación de Pirelli al elenco de ingredientes que favorecen el espectáculo durante el desarrollo de una prueba, los neumáticos se han convertido en el eje sobre el que pivota toda la actividad deportiva durante un fin de semana en el que hay carrera.
En este sentido, sin un Gran Premio se desarrolla bajo condiciones meteorológicas estables, por ejemplo: seco de viernes a domingo o mojado los tres días, la evaluación del rendimiento de las gomas no supone mayor problema que probarlas, entenderlas y explotar lo aprendido una vez el semáforo se ha puesto en verde. Pero si el tiempo meteorológico resulta cambiante, como el que hemos vivido recientemente en el G.P. de Australia, la cosa cambia radicalmente, puesto que los niveles de exploración y comprensión se reducen considerablemente, y lógicamente, la carrera se aborda con peores garantías de poder ser resuelta adecuadamente.
Mal que queramos, el Gran Premio de Malasia, que comenzará a celebrarse a partir de mañana, jornada en la que darán inicio los entrenamientos, tiene una previsión meteorológica que promete cambios sustanciales desde que se inicie a que acabe, el próximo domingo.
Para mañana se prevén lluvias durante todo el día, aunque con menor insistencia por la tarde, lo que pude afectar parcialmente al desarrollo de la primera tanda de entrenamientos, no así a la segunda. El sábado sin embargo, la previsión advierte de posible aumento de la pluviometría durante la calificación, de manera que es posible que la tercera y última tanda de pruebas se celebre en seco, si no totalmente, sí al menos parcialmente. Pero el domingo, es casi seguro que llueva durante el desarrollo de la carrera.
Ayer mismo, Helmut Marko, ex piloto de F1 y ganador de Le Mans (1971), actualmente desempeñando labores de consultor en Red Bull Racing Formula One Team (a la derecha de la fotografía; junto a Franz Tost, director deportivo de Toro Rosso, en el centro; y Christian Horner, director deportivo de Red Bull, a la izquierda), en declaraciones a la cadena de televisión austriaca Servus TV, admitió que el error cometido por la de Milton Keynes en Australia fue centrarse demasiado en la calificación, en vez de haberlo hecho en la carrera: «Hay cosas más importantes que ser el más rápido a una vuelta, como ser rápidos durante toda la prueba.»
Pero, ¿cómo ser más rápido durante la carrera si ésta no se puede leer adecuadamente y con antelación, porque el tiempo no acompaña, como se dice vulgarmente?
El quid de la cuestión en cuanto al Gran Premio de Malasia se refiere, va a estar precisamente en esa lectura adecuada de la carrera, que deberá ir elaborándose en condiciones cambiantes, paso a paso, dato a dato, toda vez que los neumáticos medios y duros corren el riesgo de ser utilizados durante muy poco tiempo en entrenamientos, debido a la presencia de agua, pero que sin embargo, al menos en cuanto a los primeros se refiere, pueden resultar vitales a la hora de conseguir los mejores cronos en calificación.
Sea como fuere, uno de los mayores alicientes que ofrecen las pruebas con meteorología inestable, está precisamente en ver qué camino toma cada equipo. Los habrá que apuesten por calificar arriba, confiando en que la posible presencia del Safety Car ayude a resolverla adecuadamente. Otros, por el contrario, pueden optar por encontrar una solución de compromiso, tal vez con unos reglajes de lluvia que sirvan para calificar ramplonamente, pero que el domingo ayuden a estar arriba…
En todo caso, y como insinuábamos en el mismo título, los compuestos, su comprensión y la elaboración de una estrategia adecuada, arriesgada o no, van a ser los ingredientes a valorar en este próximo Gran Premio de Malasia que estrenamos mañana.
En Diariomotor: G.P. de Malasia. Se prevén pocas o nulas novedades técnicas