La gama Ford Fiesta ya cuenta con una opción verdaderamente deportiva y picante. El ilustre heredero de los XR2 y ST de ayer y hoy llegará a los concesionarios en abril con la promesa de plantar batalla en una categoría cada vez más competida y a la vez esperanzadora, puesto que esta sigue siendo la opción ideal – con permiso de los clásicos y el mercado de ocasión – para disfrutar de prestaciones a un precio para todos los bolsillos. El Ford Fiesta ST será una de las piezas fundamentales de la estrategia de deportivos del Team RS y de la sección Ford Performance Europe. El próximo que conoceremos, probablemente, será el nuevo Mustang que también llegará a los concesionarios europeos en apenas un par de años.
Y qué mejor escenario para nuestro primer contacto con el Ford Fiesta ST que los tramos de la Ruta de Napoleón, una carretera de montaña que serpentea en los Alpes Marítimos muy cerca de las ciudades de Niza y Mónaco. Las innumerables curvas del camino que hace dos siglos siguió Bonaparte tras su exilio en Elba, sirvieron de prueba de fuego a este deportivo que llega sin más pretensión que la de demostrar que se trata de una buena alternativa a todos esos utilitarios picantes de hasta 200 CV que pueblan el mercado del automóvil en la actualidad. Su precio en España será de 21.750 euros, con un único motor, transmisión, carrocería y acabado y una buena dotación de equipamiento de serie.
¿Será suficientemente rápido y divertido? ¿Podríamos planteárnoslo como un coche práctico para el día a día?
Sombra aquí y sombra allá, el Ford Fiesta se maquilla para su versión más deportiva
De un primer vistazo este Ford Fiesta ST no es tan diferente de cualquier otro, si bien es cierto que ha ganado expresividad gracias a detalles como la parrilla con entramado de rombos, un diseño de defensas más agresivas y aerodinámicas que en la zaga incluye un difusor decorado del mismo color de la carrocería y con doble salida de escape, un buen alerón y unas llantas de 17” y cinco radios que acentúan aún más esos anchos pasos de rueda. Es llamativo, sin llegar a ser excesivamente racing o macarra. En Europa solo dispondremos de un Ford Fiesta ST de tres puertas, por la propia estrategia comercial de Ford, aunque en Estados Unidos sí que contarán con un cinco puertas que es 60 kilogramos más pesado.
Gracias a esa búsqueda del toque más exclusivo o más discreto, a gusto del consumidor, existirá una gama con tres colores únicos para el ST (ver imagen inferior): uno anaranjado Molten Orange muy peculiar con detallado tipo purpurina amarillo (el que aparece en las fotografías de nuestra prueba), el clásico Rojo Race que ya conocíamos en el Focus ST y un tercero Azul Racing metalizado (que también se puede apreciar en nuestra galería). Aquellos que prefieran pasar, en la medida de lo posible, más desapercibidos, también estarán disponibles los acabados Blanco y Negro Grafito.
A bordo los cambios también son muy sutiles y discretos. El aporte de deportividad y algo más de exclusividad llega de la mano de un pomo de la palanca de cambios con acabado de aluminio y recorridos más cortos, detallado en el volante y el emblema ST, el alféizar de las puertas iluminado y la culminación perfecta de un utilitario picante, unos asientos Recaro de tapizado mixto con piel y tela. Aunque muy parecidos a los del Focus ST, estos asientos no son exactamente los mismos. A mi juicio son ideales para sujetar la espalda, por sus enormes apoyos laterales, que obviamente no facilitan el acceso para el día a día. Sus ajustes son manuales e incluso en la posición más baja, a mi gusto, hubiera preferido que la base pudiese situarse a una altura menor. La tela puede escogerse en dos tonos: un llamativo rojo o un discreto gris plata.
Accionamos el contacto y nos llama la atención la calma que precede a la tempestad. El gorgoteo del motor y la línea de escape al ralentí es perceptible, pero no sacrifica el confort ni la tranquilidad. Ese silencio que se torna en estruendo, delicioso estruendo, cuando sobrepasamos las 4.000 vueltas y exprimimos cada marcha para obtener lo mejor de este bloque de cuatro cilindros. El culpable de ello es lo que Ford ha denominado Sound Symposer, una membrana conectada por un conducto a la admisión del motor para transmitir al habitáculo aquellos sonidos más atractivos y evocadores para el conductor. Como ya vimos en la prueba del nuevo Renault Clio RS de mi compañero Pepe Giménez, el utilitario picante galo también cuenta con una solución parecida.
Ese sonido grueso de escape encandila y hasta genera cierta adicción al rebotar por las paredes de piedra y los túneles excavados en la propia roca de la carretera de la Ruta de Napoleón. Como ya dijéramos de su hermano mayor el Ford Focus ST, la característica que más llama la atención es lo silencioso y contenido que resulta a bajas vueltas y a cruceros de carretera, y su alta sonoridad cuando elevamos el régimen del motor.
Ficha técnica del Ford Fiesta ST
No es impresionantemente rápido, pero sí lo suficiente como para medirse de tú a tú con rivales como el nuevo Renault Clio RS y el Volkswagen Polo GTI, y eso que el ST solo dispone de 182 CV de potencia. En aceleración el bloque de 1,6 litros se muestra agradecido con el conductor desde bajas vueltas, gracias al turbo y un par máximo desde las 1.600 vueltas de 290 Nm. Aquí puntualizaremos que de base el par máximo alcanzado es de 240 Nm, aunque gracias a la función overboost en aceleraciones intensas y constantes en momentos puntuales el par desarrollado crece a 290 Nm durante un periodo máximo de 20 segundos.
Desde el primer momento en que clavé el pie derecho en el pedal del acelerador de este Ford Fiesta ST, el coche me aportó mucha confianza, gracias entre otras cosas a que su capacidad de tracción es todo lo buena que cabría esperar de un utilitario deportivo de tracción delantera. Y menciono precisamente este dato para contraponerlo a las dificultades que tenía el Focus ST para lidiar con tanto par en el eje delantero, hasta el punto de resultarnos muy incómodo en aceleraciones intensas.
El Fiesta ST tracciona de maravilla en línea recta, pero también en los giros. Entre las prioridades de Ford estaba lograr un manejo ágil y una gran estabilidad. Para ello se reforzó, entre otras cosas, la barra de torsión del tren posterior. Sin ser un producto pensado para hacer tiempos en circuito, es todo lo efectivo que desearíamos que fuera con la contención de la carrocería y la gestión de los rebotes que se producen al sobrepasar baches en la carretera.
Por el camino se trató de mantener también cierto confort para el día a día y quizás esa sea precisamente la causa de que el eje trasero sea incluso juguetón y facilite el sobreviraje, no sin antes provocarlo, por supuesto, con giros de volante inusuales y desconectando el control electrónico de estabilidad (ESC), que funciona solidario con un control vectorial de par en el eje delantero (eFVC).
En una carretera de montaña que salva un desnivel de más de 1.000 metros de altura, desde el Mar Mediterráneo hasta las nevadas cumbres de los Alpes Marítimos, tiene la ventaja de que en ella podremos encontrarnos con prácticamente todas y cada una de las curvas de nuestros circuitos favoritos. El Ford Fiesta ST cumplió muy bien en todas ellas, tanto las lentas como las rápidas, recordando también que la prueba la realizamos en carretera abierta y por lo tanto el factor más importante en cualquier caso es la seguridad. Buena parte de la culpa de ese aplomo y estabilidad en curva se la debemos a un calibrado especial del cámber en el tren delantero y un chasis rebajado 15 milímetros.
Con el control de estabilidad conectado las ayudas son tan intrusivas como en cualquier otro utilitario. Por suerte contamos con un Modo Deportivo intermedio antes de llegar a la desconexión completa, algo más permisivo con las pérdidas de tracción y dejando un pequeño margen, antes de que la ayuda electrónica entre en acción, para que el conductor se percate de su error. El control vectorial de par debería suponer también una pequeña ayuda para corregir en la medida de lo posible el subviraje.
De serie el Ford Fiesta ST estará equipado con el sistema MyKey que, entre otras cosas, incluye un control parental para evitar que el usuario (si por ejemplo un padre regala un Fiesta ST a su hijo) pueda desconectar totalmente el ESC, exceder ciertos límites de velocidad, escuchar la música a todo volumen o circular sin el cinturón de seguridad puesto.
A juzgar por todo lo dicho anteriormente parecería que estamos hablando del Ford Fiesta ST como si de un deportivo de trackday se tratase. Nada más lejos de la realidad. Este Fiesta ST tiene un enfoque muy deportivo y unas prestaciones a la altura de lo esperado. No obstante sigue siendo un utilitario que a efectos prácticos bien podría utilizarse para el día a día. Sus butacas Recaro son cómodas, aunque estén ligeramente penalizadas por los apoyos laterales que se interponen a la hora de tomar asiento. Las suspensiones son firmes, pero no excesivamente duras, y los obstáculos que encontramos por la carretera no nos causarán un dolor de espalda, incluso teniendo en cuenta que de serie equipamos una llanta de 17”.
Aún teniendo un tacto tan agradable, directo y pelín durillo de la dirección, este Ford Fiesta ST sigue siendo bastante manejable. Para girar requiere de 11,2 metros entre bordillos y el volante de tope a tope gira 2,32 vueltas. Ford trabajó este aspecto modificando la relación de desmultiplicación hasta 13,69:1 para hacer que la respuesta fuera rápida y directa, lo cual apreciamos mientras disfrutábamos encadenando curvas en Francia, pero lo cierto es que en esta prueba preliminar me siguió resultando relativamente cómoda para maniobrar en el día a día.
Otra gran sorpresa nos la encontramos con los consumos. Como ya os decía anteriormente cuando conduces un Ford Fiesta ST es difícil mantener la calma, y elevar el régimen de revoluciones llega a ser incluso adictivo. Pero a un ritmo contenido este utilitario no tiene que ser excesivamente costoso por sus consumos. Homologa 5,9 litros/100 kilómetros, que no es mucho más de lo que figura en la ficha de un 1.25 Duratec de 60 y de 82 CV de potencia (5,2 litros/100 kilómetros). En las condiciones de nuestra prueba se podrán imaginar que los consumos en algún momento llegaron a ser desorbitados, pero a un ritmo tranquilo los 6.X litros/100 kilómetros en carretera y los 7.X litros/100 kilómetros en ciudad, podrían ser una buena referencia a tener en cuenta.
Ford nos hablaba de la dualidad de este utilitario divertido y prestacional por un lado, que por el otro se convierte en un buen chico, seguro y sostenible, esa palabra tan de moda en los tiempos del ahorro de emisiones de CO2.
Si algo podemos concluir en esta prueba preliminar, es que el Ford Fiesta ST efectivamente estará a la altura de sus rivales, a diferencia de la anterior generación del ST claramente más “descafeinada”. No obstante siguiendo las tendencias actuales del mercado mantiene una correcta dualidad entre el pequeño y divertido deportivo y el utilitario práctico para la ciudad y el día a día. Por lo tanto no estamos ante una apuesta tan radical como los primeros XR2, que pronto tuvieron que adaptarse a una reducción de consumos y emisiones con cilindradas y potencias más contenidas para la época.
El Ford Fiesta ST llegará a los concesionarios a la vez que el Clio RS y el 208 GTI
Tras esta prueba preliminar, no está de más la lectura de la prueba del Renault Clio RS de mi compañero Pepe Giménez en su presentación en Guadix. Creo que más adelante merecerá la pena realizar una prueba concienzuda de ambos modelos, un tercero en discordia que también cataremos este año, el Peugeot 208 GTI, y otras alternativas ya presentes en el mercado como el Volkswagen Polo GTI.
En un mercado en pleno receso y en el que, seamos honestos, cada vez es más difícil justificar la existencia de modelos de corte deportivo como este Ford Fiesta ST, las previsiones de Ford para este modelo son de alcanzar unas 150 ventas anuales en España.
Ya os podemos ir adelantando que aunque el Ford Fiesta ST no sea el más potente de su categoría, sus prestaciones están a la altura y sus consumos y emisiones serán la referencia a seguir por sus rivales. A diferencia de un Clio RS, que únicamente se ofrece con cinco puertas y cambio automático de doble embrague, el Fiesta ST solo estará disponible con tres puertas y cambio manual de seis relaciones. Por lo tanto, ya tenemos algunos factores completamente objetivos para decidir la adquisición entre uno y otro.
NOTA: entre las fotografías de la galería de este Ford Fiesta ST se nos ha “colado” la imagen de otro modelo deportivo de Ford la mar de interesante que nos encontramos durante esta presentación en carreteras francesas. ¿De qué coche se trata?
Pruebas en Diariomotor: Ford Focus ST Sportbreak | Renault Clio RS en Guadix