Aunque el calendario para 2013 se compone de 19 pruebas (en 2012 fueron 20), se podría decir que la temporada durará bastante menos debido a que alrededor de finales del verano, la práctica totalidad de las escuderías tendrán que comenzar a concentrar sus esfuerzos en sus respectivos proyectos para 2014, momento en que como es de sobra conocido, la FIA tiene previsto implantar un nuevo reglamento técnico que contempla la incorporación de los motores turbo.
El cambio es lo suficientemente importante como para que se piense que escuderías del tamaño e importancia de Ferrari, Red Bull, McLaren y Mercedes AMG, a las que se podría sumar Lotus si hacemos caso de las recientes declaraciones de Kimi Raikkonen al respecto de las pocas evoluciones que se esperan para el E21, estén trabajando ahora mismo en dos proyectos paralelos (en el caso de la de Maranello, ella misma se encargó de concretar este aspecto a comienzos de año), uno que pretendería responder a las necesidades propias del campeonato que se está disputando y otro, enfocado a la preparación de la sesión 2104. Pero como veníamos diciendo, para finales del verano la mayoría de equipos, si no todos, tienen que tener la vista puesta en el año siguiente puesto que los vehículos que corren en una sesión, por regla general suelen ser diseñados en el transcurso de la anterior.
Ante la previsible sangría de recursos que insinúa tal estado de cosas, resulta razonable pensar que habrá equipos en la parrilla (fundamentalmente los más pequeños), que hayan decidido tomarse este año con calma, esperando el momento idóneo para comenzar a trabajar en los monoplazas del que viene. Por supuesto, sospechar que los habrá (en la zona media, seguramente), que ya tengan definido hasta cuándo van a poder seguir evolucionando sus vehículos y en qué momento dejarán de luchar por el Mundial por no poder renovar sus armas. Y como decíamos en el párrafo anterior, imaginar sin practicamente margen de error, que aquellos que quedan arriba y que por capacidad y solvencia económica pueden permitirse el lujo de luchar en dos frentes a la vez, lo estén haciendo ya.
Sea como fuere, 2013 es una temporada de tránsito en todos los sentidos. La normativa técnica apenas ha cambiado con respecto a la vigente hace unos meses, y la mejor prueba de ello la encontramos en que mirando a los vehículos de este año, se podría incluso pensar que estamos asistiendo a una prolongación natural de la temporada 2012 salvo por una pequeña peculiaridad, y es que esta sesión, se palpa una prisa especial en el ambiente que tal vez podría explicar el comportamiento extrañamente voraz mostrado para con su compañero por Felipe Massa en el inicio del campeonato, el rifirrafe protagonizado por Sebastian Vettel y Mark Webber en Malasia, o incluso, la necesidad que tuvieron Red Bull y Mercedes AMG en aplicar las órdenes de equipo en Sepang para amarrar unos sabrosos puntos, sin importarles nada que se les viera el plumero tan pronto.
En este sentido, para la tercera prueba, que se celebrará sobre el asfalto del Shanghai International Circuit —trazado recordado de forma arraigada por la afición española porque allí tuvo lugar el famoso incidente de la puzolana, en el que Lewis Hamilton perdió todas sus opciones para la carrera cuando entraba a garajes, y en el que a Ron Dennis se le escapó que McLaren no luchaba contra Kimi Raikkonen (en aquel entonces en Ferrari), sino contra Fernando [Alonso] (el número 1 de la escudería de Woking)—, cabe esperar que las escuderías punteras lleven a la cita china un montón de evoluciones que ayuden a despejar cuanto antes las incógnitas, porque lo cierto es que con prisa o sin ella, el campeonato ha comenzado muy abierto y a su vez apretado.
Así las cosas, la tabla de pilotos la lidera el tricampeón del mundo Sebastian Vettel, con 40 puntos, seguido a muy corta distancia por Kimi Raikkonen, con 31. Tras ellos se sitúa Mark Webber, con 26 puntos en su haber, y en cuarta posición se posiciona Lewis Hamilton a tan solo 1 punto de distancia del australiano de Red Bull. Detrás, aparecen Felipe Massa, con 25 puntos de saldo, Fernando Alonso con 18 y Nico Rosberg con 12.
En la de marcas, Red Bull está en cabeza con 66 puntos, seguida por Lotus y Ferrari con 40 cada una, y por Mercedes AMG con 37.
Si las cifras parecen a priori significativas, pierden importancia si recordamos que el piloto que gana una carrera obtiene 25 puntos, que el segundo clasificado logra 18 y el tercero 15. Al cuarto le corresponden 12, al quinto 10 y al sexto 8. El séptimo se lleva 6, el octavo 4, y el nono y el décimo, suman 2 y 1 respectivamente.
Bajo esta perspectiva, la distancia en apariencia abultada entre Sebastian Vettel (líder de la clasificación) y Fernando Alonso (quinto), en total 22 puntos, pierde dimensión porque puede ser resuelta en una sola carrera (la separación entre el primero y el décimo, es de 24), lo que nos pone en que incluso Nico Rosberg, quien en estos momentos se encuentra a 28 puntos del de Hepennheim y el año pasado triunfó holgadamente en el circuito de Shanghai, podría dar la vuelta a la tortilla con un poco de suerte y otro de buenas manos durante el G.P. de China, situándose a la salida de la prueba asiática entre los candidatos al título.
Sí, aunque no lo parezca, hay prisa por resolver este tipo de cosas, porque en menos de lo que canta un gallo la temporada habrá cruzado su ecuador y los equipos que mantengan opciones más allá del G.P. de Alemania (7 de julio próximo), se verán en la obligación de elegir qué camino tomar y cuántos recursos ponen en alcanzar sus objetivos, de manera que quien llegue a ese punto del calendario con mayores márgenes de maniobra y ventaja sobre sus rivales, se puede decir que casi habrá logrado triunfar en 2013 sin necesidad de arriesgar 2014, un reto que de momento parece solapado por el propio devenir de la competición, pero que en esta temporada puente que se relanzará en apenas dos semanas precisamente en China, adquiere una importancia indiscutible.
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