Durante el Salón de Ginebra nos encontramos con no pocos compañeros un tanto desconcertados, quizás decepcionados, por el nombre escogido para el nuevo superdeportivo de Ferrari. Antaño no hacía falta más que una efe seguida de un número para reconocer a los Ferrari más potentes y radicales de la historia, o incluso un nombre tan emblemático y significativo como el del propio Enzo Ferrari.
También entre los rivales de Ferrari, como ya vimos en Diariomotor Altas Prestaciones en la entrevista a Frank Stephenson (Diseñador de McLaren), la decisión de llamar a su deportivo por excelencia LaFerrari despertó interés, incluso la sorna de aquellos que siguen sin entender las razones esgrimidas por los de Maranello.
El argumento más utilizado: LaFerrari es un nombre indigno para un superdeportivo de un millón de euros. ¿Realmente es un nombre acertado para el flamante sucesor del Enzo?
Sergio Álvarez: “Parece que Ferrari ha encargado el nombre del mejor superdeportivo de la historia de la marca al departamento de marketing encargado de vender gorras, camisetas y llaveros” NO. Por Sergio Álvarez.
He de confesar que no esperaba que Ferrari decidiese llamar LaFerrari a su buque insignia. Siguiendo la tradición de un superdeportivo de referencia cada diez años – aproximadamente – esperaba que acabase llamándose F70 o como se venía rumoreando desde hace meses, F150. Parece que Ferrari ha encargado el nombre del mejor superdeportivo de la historia de la marca al departamento de marketing encargado de vender su merchandising oficial: gorras, camisetas y llaveros. Ahora bien, LaFerrari es el equivalente italiano a “El Ferrari” y si han querido llamar la atención desde luego lo consiguen, pero siento que el factor histórico en Ferrari es demasiado importante como para pasarlo por alto.
En mayor o menor medida, los nombres de todos los Ferrari siguen una explicación lógica. Por ejemplo, el Ferrari 458 Italia se llama así por tener un motor V8 de 4.5 litros, el Ferrari 512 TR tenía un motor de doce cilindros y 5.0 litros y el Ferrari Enzo se llama así en homenaje a Enzo Ferrari, fundador de la marca. LaFerrari debería tener un nombre con más significado histórico, con todo el peso de las décadas de historia de Ferrari. Ahora bien, una cosa es innegable: aunque el premio al mejor nombre de los superdeportivos presentados en Ginebra se lo lleva el Lamborghini Veneno, LaFerrari suena mejor que McLaren P1, aséptico y vacuo de pasión. En el fondo, Italia siempre será Italia.
David Villarreal: “Ante nosotros un nombre cargado de significado y exotismo: LaFerrari, la bella machina italiana.” SÍ. Por David Villarreal.
Mi réplica es siempre la misma, un deportivo italiano siempre será una bella machina, de ahí que el género y la denominación más sencilla sea la de LaFerrari, a secas. Tras un nombre desafortunado para el que piensa que habla un buen castellano, se esconde un nombre cargado de significado y exotismo, que seguro hará las delicias del público internacional que sabe apreciar la belleza y el arte de lo italiano. LaFerrari, la bella machina italiana.
En palabras de Luca di Montezemolo se escogió el nombre de LaFerrari “porque es la máxima expresión de lo que define nuestra marca: excelencia”. La realidad es que Luca hubiera escogido este mismo argumento para justificar cualquier otro nombre que se hubiera escogido.
Como ya apuntaba mi compañero Sergio, es indudable que Ferrari ha optado por un nombre polémico, sí, pero también apasionado y no tan aséptico como sus rivales de McLaren. Nos costará entenderlo quizás, pero seguro que con el tiempo acabaremos amando tanto a este nombre como antaño lo hiciéramos con Enzo, F50, F40, 288 GTO y 250 GTO.
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