Llegamos ya al cierre de la prueba, con el siempre interesante repaso a equipamientos, precios y rivales. En este caso, la principal rivalidad, o al menos la más interesante para todo aficionado al motor, es la ineludible comparativa con su hermano, el Peugeot 3008 Hybrid4. Con él comparte el motor diésel y el cambio automático, aunque veremos que no es exactamente igual ni lo uno ni lo otro.
Además de intentar dilucidar si merece la pena convertir al 3008 en un tracción integral de 200 CV híbridos o ahorrarse la diferencia, también intentaremos plantear un pequeño elenco de vehículos similares que podrían tentar a un posible comprador de nuestro 3008. Para ello, tendremos que encuadrar al Peugeot en un segmento concreto, lo que será posiblemente lo más difícil de todo. Empezamos.
Equipamiento y precio del Peugeot 3008 Allure 2.0 HDI 163CV C.C. Automático
Como venimos comentando en diferentes momentos de la prueba, el equipamiento de nuestro Peugeot 3008 Allure es realmente completo. La unidad probada equipaba el motor HDI mapeado hasta los 163 CV y conectado a un cambio automático Tiptronic-System Porsche de seis relaciones, con tres programas de operación: normal, invierno y sport, contando también con modo manual.
Como equipamiento exterior, incluye un maravilloso techo panorámico de cristal (no practicable) y llantas de aleación de 18” (con neumáticos 235/45 R18”). La pintura azul metalizada que podéis apreciar en las fotografías tiene un precio de 509,48€. La unidad probada incluía también detector de obstáculos delantero y trasero, una opción de 207,96€.
Una vez en el interior, nos encontramos con unos asientos de cuero integral (cuyo precio asciende a 1.630€), los delanteros son calefactados y el del conductor es regulable eléctricamente. Al climatizador automático bizona se une el Head-up display, elevalunas eléctricos en las cuatro puertas con cortinillas en las ventanillas traseras. Faros de xenon, control de crucero, limpiaparabrisas automático, espejo interior fotosensible, detección y aviso visual de colisión, sensor de presión de los neumáticos… el coche lleva de todo.
El equipo de sonido cuenta con disco duro interno y una completa conectividad para teléfono y fuentes auxiliares, incluyendo ranura para tarjetas SD y conexión USB compatible con reproductores mp3. En lo tocante al navegador, denominado Wip Nav Plus, incluye cartografía europea y un sistema de ayuda “Peugeot urgencia”.
Con todo lo mencionado, el precio de la unidad probada asciende a 31.090€, en base a la configuración exacta obtenida en la web oficial de Peugeot en la fecha de escribir estas líneas. No era ese el precio que salía en el mismo configurador hace sólo un par de semanas, lo que me hace pensar en una reciente bajada de precios o cambio de gama y precios de las opciones. Mucho mejor, porque juraría que ha bajado más de 3.000€.
Peugeot 3008 HDI Automático o Peugeot 3008 Hybrid4, he ahí la cuestión
Antes de entrar en la comparación deberíamos aclarar que tenemos ante nosotros un 3008 a tope de equipamiento. Son particularmente gravosos los asientos de cuero opcionales, que lo meten casi en la gama de precios del modelo Hybrid4 más básico. No obstante, entiendo que deberíamos comparar ambos modelos en igualdad de equipamiento, con lo que las distancias vuelven a marcarse frente a la versión híbrida.
Un detalle que no debería pasar desapercibido es el hecho de que híbrido y no híbrido no comparten exactamente el mismo motor turbodiésel ni el mismo cambio automático. En el Hybrid4 alcanzamos una potencia de 163 CV (lo que invita a pensar que se trata del mismo motor exacto) pero el par máximo se queda en 300 Nm (frente a 340 Nm del HDI probado). Parece que el mapa de inyección del híbrido ha sido orientado mucho más a optimizar los consumos, entendiendo que se combinará con la asistencia eléctrica y no necesitará tanta fuerza a medio régimen. Por su parte, el cambio automático es un manual pilotado en el Hybrid4 y un Tiptronic System-Porsche en el HDI. Parecen mecánicamente iguales, pero no lo son.
Partiendo de esta premisa y volviendo al configurador de Peugeot, vemos que el Hybrid4 básico parte de los 31.700€, pero para llevarlo hasta un equipamiento equivalente al acabado Allure e incorporarle todo lo necesario para igualarlo con la unidad probada, tendremos que llegar hasta los 36.693€. La distancia entre un modelo y otro se va a 5.600€. Llegados a este punto, tan solo queda por responder la pregunta evidente: ¿vale la pena la diferencia?
La respuesta ha de pasar necesariamente por el uso que vayamos a hacer del coche. Es cierto que la diferencia de consumo es notable y que el híbrido beberá mucho menos en cualquier circunstancia, muy especialmente en ciudad. Dicho esto, parece matemáticamente imposible amortizar en combustible una diferencia de 5.600€ a base de ahorro en gasoil, por lo que tendremos que buscar la justificación de esta distancia económica en algo más que el ahorro energético.
Por resumir, yo diría que el Hybrid4 aporta un plus muy notable en confort de marcha en ciudad, donde resultará bastante más silencioso y bastante menos tragón y contaminante. Otra diferencia relevante es el plus de seguridad y versatilidad que puede aportar en un momento dado la tracción integral del híbrido, aunque no deja de ser un sistema bastante limitado en sus posibilidades y un coche de altura y estructura convencionales, carente de cualquier aptitud todoterreno. La pérdida 100 litros de maletero en el híbrido, tratándose de un coche de vocación familiar, también es un tema a valorar.
Como valoración personal, tengo la sensación de que el Hybrid4 aporta un interesante plus tecnológico y una importante mejora en los consumos, pero una diferencia superior a 5.500€ se me hace difícil de justificar objetivamente. En realidad, yo me iría al modelo HDI manual de 150 CV, cuya diferencia de precio es todavía mayor con el híbrido (unos 7.000€) y cuyos consumos y prestaciones baten al automático en toda circunstancia, salvo por comodidad de uso en ciudad.
Posibles rivales del Peugeot 3008 fuera de la marca
A la hora de buscar rivales para el Peugeot 3008, nos encontramos con un posicionamiento a medio camino entre los monovolúmenes más potentes y equipados de marcas generalistas, las versiones básicas de marcas premium y los SUV de gama media. Así, para igualar en precio un Renault Scénic tendríamos que irnos al dci 150 CV Auto y equiparlo a tope, mientras que para conseguir un Mercedes Clase B CDI de 140 CV por el mismo precio, tendríamos que llevárnoslo totalmente pelado de equpamiento. Es cuestión de prioridades.
Teniendo en cuenta esta peculiar ubicación en el mercado y las infinitas posibilidades de comparación que se podrían establecer, creo que la mejor opción es quedarnos en las grandes líneas de cada segmento y detallar sólo algunos rivales concretos. Cada uno, en función de lo que esté buscando, debería poder decantarse por el juego de rivales que más le interese.
Empezando por los monovolúmenes, el Peugeot 3008 es más caro y más pequeño que la media del segmento. Un Citroën C4 Picasso, Ford C-Max, Toyota Verso, Renault Scénic… cuentan con mayor volumen habitable. Por contra, la calidad de acabados del 3008 y la estética especial que ofrece lo sitúan un peldaño por encima de todos ellos, en una especie de segmento semi-premium. Si metemos al Mercedes Clase B en el grupo, el Peugeot estaría muy cerca en acabados, algo por debajo en comportamiento y ganaría por goleada en equipamiento a igualdad de precio (el Mercedes es realmente caro).
Si nos vamos al segmento SUV propiamente dicho, tendríamos que un Mazda CX-5, Honda CRV, Ford Kuga, Volkswagen Tiguan, Toyota RAV-4… tienen, en el peor de los casos, una altura libre al suelo que podría llegar a ser útil en algún momento de su vida. Por precio, el 3008 competiría de tú a tú con cualquiera de ellos, venciendo en el apartado de equipamiento y calidad visual. No obstante, salvo por ciertos guiños estéticos, el 3008 es otro tipo de vehículo y me cuesta mucho encuadrarlo en este grupo.
Dicho lo cual y yendo a modelos concretos, me atrevería a decir que dos rivales directos podrían ser otros coches igual de raros y difíciles de ubicar, como sus primos el Citroën DS4 y Citroën DS5, que comparten motor, equipamiento y aproximadamente precio con el Peugeot. Su filosofía puede ser algo diferente, pero yo creo que tienen también bastante en común. Aquí os enlazo la prueba del Citroën DS4 HDI 160CV y la prueba del Citroën DS5 Hybrid4 Sport, para quien quiera echarles un vistazo.
Un Citroën DS4 HDI 163 CV o un Citroën DS5 HDI 163 CV con pintura metalizada, navegador, llanta de 18” y cuero nos saldrían a la fecha de escribir estas líneas por entre 32.000 y 33.000€, un precio muy próximo al de Peugeot con idéntica mecánica aunque sólo disponibles con cambio manual. Ambos Citroën son más rápidos, bastante más eficientes, de amplitud mayor (DS5) o menor (DS4) aunque en maletero pierden ambos y son algo más exclusivos que el Peugeot. Si la estética y el formato nos gustan, parecen opciones a considerar.
Otro rival que podríamos comentar individualmente es el superventas Nissan Qashqai, separado de la categoría SUV antes mencionada no porque tenga nada de especial frente al resto, sino porque se han vendido por millones en todo el mundo y representa la referencia más conocida para el común de los mortales. Podéis ver aquí la prueba del Nissan Qashqai con el motor de 150 CV, aunque en versión manual.
En este caso, para compararlo con el Peugeot habría que irse al tope de gama con motor dci 150 CV y cambio automático. Incluso en ese caso (y superando ligeramente los 33.000€ a igualdad de equipamiento) el Qashqai se queda un escalón por debajo en presencia y calidades visuales y su diseño interior resulta incluso algo soso en comparación con el Peugeot. Por contra, el Qashqai mantiene al menos una altura al suelo elevada que, llegado el momento de atacar un badén o un bordillo, nos mantendría bastante más a salvo, justificando una altura total que, en el Peugeot, no se traduce en ningún beneficio concreto salvo el punto de vista elevado que proporciona.
Dicho esto, no acabo de ver al Qashqai como un coche en el que invertir 33.000€. El Peugeot me resulta algo más creíble en ese rango económico.
Resumen y conclusiones
Tal y como hemos ido desgranando, el Peugeot 3008 Allure HDI Automático se ha revelado como un coche orientado a un público que busque una estética familiar con ciertos aires de SUV robusto. Puesto que esta estética implica una altura adicional, en realidad condiciona negativamente las prestaciones, el comportamiento y el consumo sin ofrecer a cambio capacidades off-road reales o una habitabilidad mayor siquiera que la de un compacto de cinco puertas (a excepción del enorme maletero). Visto por un robot, el coche no parece tener mucho sentido práctico.
Pero las personas no somos robots y resulta que el coche no deja de tener su atractivo como producto semi-premium. En un mercado plagado de opciones que no acaban de ser competidores directos por formato y filosofía, el 3008 nos ofrece un interior original y tremendamente atractivo (sobre todo a la vista), un formato muy de moda y unas aptitudes ruteras que invitan a realizar cualquier viaje en sus asientos de cuero y mirando el cielo sobre nuestras cabezas.
La conclusión bien podría ser que, si el coche te enamora por dentro y por fuera (un efecto bastante habitual entre quienes se subieron en él) será difícil que encuentres algo similar por similar precio. Optando por el cambio manual, recortaremos sustancialmente el precio y los consumos, convirtiéndolo de paso en un coche más eficiente y prestacional. Por el contrario, si lo que buscas es espacio y practicidad reales, un monovolumen generalista saldrá bastante más a cuenta mientras que si queremos sacarlo algún día del asfalto, cualquier SUV lo hará bastante mejor.
Con respecto a la versión híbrida, se queda un poco fuera de juego por precio (+5.600€ a igualdad de equipamiento), salvo que valoremos el plus tecnológico y la tracción integral por encima de todo, incluido nuestro bolsillo.
Lo mejor
Equipamiento realmente completo
Calidad visual del interior
Maletero versátil y capaz
A mejorar
Consumo elevado
Cambio automático poco eficiente
Detalles y ruidos de acabado
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