Hasta ahora no había querido entrar a la acción sin antes contaros los entresijos de la gama Volkswagen Golf Cabrio y en particular de este Volkswagen Golf Cabrio GTI. Pero seguro que para ti no habrá pasado desapercibido que lo que tenemos entre manos es un auténtico GTI, es decir, deportividad contenida y garantía de suficientes dosis de diversión. El Golf GTI Cabrio en estos momentos está disponible únicamente con cambio automático DSG de 6 relaciones, pero su precio sigue siendo elevado. Sin ir más lejos parte de 38.370 euros, unos 6.000 euros más caro que un 1.4 TSI de 160 CV (también con DSG pero de 7 relaciones) que ya tiene potencia suficiente para ser divertido, aunque carece de la distinción y jovialidad de este GTI.
En plena prueba, Volkswagen nos presentó una versión aún más radical y potente del Golf Cabrio, la cual se alzaría con 265 CV de la mano de la elocuente denominación R. No obstante sigo pensando que el Volkswagen Golf GTI Cabrio es en cualquier caso suficientemente potente y divertido para aquel que busque su descapotable de capricho. No es el más económico de la gama, pero el toque de potencia, diseño y detalles varios del GTI pueden hacer que la balanza se incline a su favor para ciertos clientes. Es lo suficientemente potente para pasar un buen rato, pero tampoco excesivamente caro por sus consumos. Es pintón y distinguido, como todo buen GTI, pero en ningún caso estrafalario.
Y qué decir de esos detalles tan retro que Volkswagen se ha sacado de la manga para satisfacernos a aquellos que de verdad entendemos el significado y el peso de estas siglas.
Carácter y pose de GTI: esos detalles que lo diferencian de los demás Golf Cabrio
El Volkswagen Golf GTI Cabrio es fácilmente distinguible de sus hermanos de gama. Lo reconocerás de un primer vistazo por la franja roja de su parrilla frontal, aún sin haberte percatado aún de las siglas GTI que se incrustan en la tapa del maletero y el propio frontal. Entre otros detalles, sus atractivas llantas Denver de 17” con radios en forma de pétalo. Las de 18” que montaba el nuestro son opcionales y nos costarán 645 euros más tras pasar por caja.
Amén de lo dicho, el GTI también se diferencia por el diseño del parachoques delantero, el difusor trasero, los colines de escape cromados, y las estriberas ensanchadas.
Te podrán gustar mucho los asientos tapizados por completo con piel. Si este es tu caso te costarán 2.290 euros más. Pero estoy convencido de que antes de invertir una importante cantidad de dinero en otro tapizado desearás dar un voto de confianza a un estampado de cuadros escoceses de tela que, como mínimo, sacará una sonrisa de aprobación a cualquier apasionado de los automóviles clásicos o los propios GTI de Volkswagen.
Como ya aclarábamos en la primera parte de esta prueba, el nuevo Golf Cabrio equipa unas barras de techo activas escondidas tras las plazas traseras. En caso de accidente y ante un posible vuelco se accionan, se elevan en 0,25 segundos y generan una célula de seguridad que protege de aplastamiento el habitáculo.
Acciono el contacto y la línea de escape insinúa un sonido ronco e insistente. Al ralentí no resulta para nada molesto y aunque discreto, no tendrás que aproximar la oreja al firme para comprobar que se aproxima el décimo de caballería. Apurando las marchas por encima de las 6.000 rpm el sonido gana consistencia y está bien afinado, no es vulgar ni tampoco trata de engañarnos insinuando un motor mayor que el empleado por este GTI. Si has catado cualquier compacto con motor TSI del Grupo Volkswagen en los últimos años, la sinfonía te resultará muy familiar.
Reconozco que en un momento dado ese sonido me dejó un poco helado, y no porque fuera descapotado a esa temperatura en la que dicen no hace frío ni calor (0º), pero sí lo hace. Tal vez mi último recuerdo del GTI se remonta a aquel Golf GTI 35 Aniversario, que recordemos fue convenientemente retocado para ascender a 235 CV. En cualquier caso, de lo que no podía presumir aquel compacto y sí puede hacerlo el Golf GTI Cabrio, es del placer de disfrutar de la amalgama de sonidos que despide el escape descapotado.
Casi tan delicioso el sonido de escape a 6.000 rpm como los ligeros petardeos que se producen en las deceleraciones. Con todo no nos debemos preocupar por asustar a las ancianitas de nuestro barrio, puesto que en una conducción contenida no va a ser significativamente más ruidoso que cualquier otro TSI.
Con un bloque relativamente pequeño, de 2.0 litros, se entiende que la responsabilidad de su empuje se la lleve el turbo. Decir que es progresivo, sería ser demasiado condescendiente. Pero la verdad es que tampoco es tosco ni nervioso y cualquier aceleración intensa será constante aprovechando ese par de 280 Nm que entrega entre 1.700 rpm y 5.200 rpm, el rango del régimen del motor en el que nos moveremos siempre aprovechando la suavidad con que su cambio DSG de doble embrague engrana de una marcha a la superior.
El 0 a 100 km/h está en 7,3 segundos, una cifra que con no pocos compactos en el mercado por debajo de los 5 segundos, parece demasiado modesta. Pero esa no es la batalla de este Golf GTI Cabrio, que lejos de ser un sprinter pasa el relevo al alumno aventajado de la gama, el Golf R Cabrio que lo vence por prácticamente un segundo de diferencia.
Dinámico pero sobre todo versátil: cómodo y ágil en todo tipo de condiciones
Volvemos al escenario de nuestra prueba, las carreteras de los puertos de montaña del norte de Madrid. La nieve está presente, pero en vez de cubrir la calzada se acumula en los márgenes sobre el arcén. Aún así las temperaturas nos invitan a tener precaución por riesgo de heladas en ciertos tramos sombríos, en los que la temperatura desciende por debajo de los 0ºC. Aún siendo tracción delantera y con 211 CV, que no están nada mal, el tren delantero tracciona muy bien y sin dificultades. Nos gustaría saber que tal se desenvuelve el R Cabrio con sus 265 CV, todos ellos sobre el eje anterior.
La primera sensación que nos transmite este Volkswagen Golf GTI Cabrio, para lo bueno y para lo malo, es exactamente la misma que sentíamos cuando probábamos la última generación del Golf compacto, y ya van siete: este coche me resulta muy familiar. Esa sensación de saber que no te vas a llevar ninguna sorpresa, que el tacto no difiere apenas de cualquier otro Golf y de que la dirección seguirá con suficiente precisión todos tus movimientos. Se ha aplicado un tacto durillo y más deportivo a la dirección, pero ni tan siquiera con las llantas de 18” nos resulta excesivamente incómodo para maniobrar en el garaje.
Esa misma sensación que teníamos con la dirección la apreciamos en las suspensiones. El chasis se ha rebajado 22 milímetros en el eje delantero y 15 milímetros en el trasero y por esta razón y la naturaleza de su techo, el centro de gravedad está lo suficientemente bajo como para que los balanceos se mantengan a raya. Superando ciertos límites seguirá yéndose por la tangente al encarar una curva y el morro se insinuará, pero la verdad es que el chasis lo sujeta suficientemente bien como para que el control de estabilidad no esté continuamente parpadeando y, por supuesto, cortándonos la diversión en cada curva.
Un GTI ya no es sinónimo de consumos desorbitados
El elevado precio del combustible es un gran handicap a la hora de hacerte con un automóvil de cierto enfoque deportivo. Pero por suerte tener un GTI ya no es comparable a lo que era hace tan solo unos años. Este descapotable de más de 200 CV homologa 7,7 litros/100 kilómetros y si la economía de consumos es tu prioridad, siempre te quedará un TDI. El 2.0 TDI de 140 CV homologa 4,5 litros/100 kilómetros.
Pero el Golf Cabrio GTI no necesariamente es muy derrochador. A 120 km/h con la capota cerrada y sin carga ni más pasajeros que un servidor, he logrado promedios en los 7,0 litros/100 kilómetros, que no está nada mal. En este punto también debemos recordar que el GTI Cabrio únicamente está disponible con la transmisión DSG de doble embrague y seis relaciones, un cambio automático que como ya hemos dicho en más de una ocasión es excelente en todo tipo de condiciones, rápido y efectivo.
Y en definitiva llegamos a la siguiente conclusión. Salvando ciertas dificultades obvias de un descapotable, como sus cuatro plazas o el reducido espacio de carga del maletero (que lo podemos solventar abatiendo asientos si no requerimos las plazas posteriores), el Volkswagen Golf GTI Cabrio bien podría ser un vehículo coherente apto para el día a día pues ni resulta demasiado incómodo en ningún caso ni sus consumos son tan excesivos.
Aún así, la elección de un GTI siempre conlleva pagar más por el espíritu de este automóvil. Si sus detalles de distinción y la deportividad inherente en sus 211 CV para ti es prescindible, siempre puedes ahorrarte un dineral adquiriendo un 1.6 TSI de 160 CV. En cuanto al diésel, su elección debe calcularse también con bastante detenimiento y pensar en su amortización a lo largo de muchos kilómetros. El 2.0 TDI de 140 CV ya cuesta 30.740 euros con un cambio manual de seis velocidades (el 1.6 TDI de 105 CV de acceso cuesta 29.520 euros con cambio manual de cinco velocidades) y 33.840 euros con DSG, más caro incluso que el 1.6 TSI de 160 CV.
En Diariomotor: Volkswagen Golf GTI Cabrio, el esperado descapotable picante