La calificación para el Gran Premio de China ha supuesto la certificación de lo contraproducente que puede resultar la búsqueda del espectáculo en Fórmula 1 utilizando para ello sólo los neumáticos, de forma que éstos, convertidos como sospechábamos en los auténticos protagonistas de la carrera de Shanghai, conforme la temperatura del asfalto se ha ido acercando a los 36º centígrados bajo un ambiente agradablemente soleado, se han definido como auténticas copas de cristal de Bohemia que había que proteger y conservar para mañana, cayera quien cayese.
Así las cosas, la Q1, que dispone de 20 minutos para ser disputada, veía cómo avanzaban soporíferamente las manecillas del reloj con los vehículos en garajes, hasta que lógicamente, a falta de tiempo material para realizar la vuelta de instalación y completar un buen giro sin tráfico, los pilotos se las han arreglado para comenzar a salir a pista a falta de 5 minutos de la conclusión de la primera fase calificatoria.
Contra todo pronóstico, los vehículos de cabeza montaban los compuestos blandos (vitola amarilla), que salvo en el caso de las escuderías del fondo de la parrilla, tradicionalmente suelen ser reservados para la disputa de la Q2 y Q3.
Rápidamente, la tabla de tiempos se iba llenando de dígitos y en unos momentos se dilucidaba la situación. Lewis Hamilton y Nico Rosberg volvían a demostrar en magnífico rendimiento del W04 a una vuelta, y el británico de Brackley lideraba sin esfuerzos la Q1, quedando sin pasapasorte para la Q2: Giedo Van Der Garde y Charles Pic (ambos con Caterham), Max Chilton y Jules Bianchi (ambos con Marussia), Esteban Gutiérrez (Sauber) y Valtteri Bottas (Williams).
La Q2, más delicada que la Q1 por la calidad de los rivales que quedan en liza y porque se hace imprescindible luchar con ellos para alcanzar la Q3, comenzaba con mayor celeridad que la fase anterior. Sebastian Vettel, calzando en su RB9 las misma gomas que en la Q1, salía a pista a unos segundos del comienzo de la segunda tanda calificatoria, seguido poco después por su compañero Mark Webber, quien iba a protagonizar la primera gran sorpresa de la jornada, ya que el aussie se veía obligado a apearse de su vehículo porque éste no tenía suficiente presión de gasolina —en realidad no tenía ni suficiente cantidad ni como para pasar la revisión de la FIA, lo que a la postre le lleva a ocupar mañana la última posición en la parrilla—.
Lewis Hamilton volvía a liderar cómodamente la Q2, seguido esta vez por Fernando Alonso, y no conseguían pasar a la Q3: Jean-Éric Vergne (Toro Rosso), Pastor Maldonado (Williams), el ya mencionado Mark Webber (Red Bull), Adrian Sutil (Sahara Force India), Sergio Pérez (McLaren) y Paul Di Resta (Sahara Force India). La segunda sorpresa del día sería firmada por el otro australiano, Daniel Ricciardo (Toro Rosso), quien se metía en la fase siguiente con el 9º mejor crono, por delante de Nico Hulkenberg (Sauber).
Sebastian Vettel abría la Q3 para rodar gomas, mientras el resto de pilotos clonaba la situación de parsimonia vista durante la Q1. El reloj continuaba avanzando y esta vez, a falta de 3 minutos, para jugársela a un sólo intento, el carril de acceso a pista del pit lane se llenaba de monoplazas.
Con el cronómetro oficial de Shanghai International Circuit en 00:00, el panel de tiempos comenzaba a mostrar los primeros dígitos y Lewis Hamilton marcaba instantes después la pole (1’34”484) instantes antes de que saltara la tercera gran sorpresa de la calificación, pues Sebastian Vettel, cuyo RB9 montaba neumáticos medios (como ocurría en el caso de Jenson Button), abandonaba tras haber cometido un error y salirse del trazado.
Detrás de Hamilton, Kimi Raikkonen (Lotus) obtenía la 2ª posición y Fernando Alonso la 3ª con su Ferrari. El segundo Mercedes AMG, con Nico Rosberg al volante, quedaba definitivamente 4º, seguido por el segundo coche de Maranello, el de Felipe Massa. Romain Grosjean (Lotus) se alzaba con la 7ª plaza, inmediatamente delante de un sobresaliente Daniel Ricciardo (Toro Rosso). Sebastian Vettel conseguía retener la 9ª posición a pesar de no haber marcado tiempo, porque Nico Hulkenberg (Sauber) tampoco lo ha hecho y había quedado detrás del alemán de Red Bull en la Q2.
En líneas generales y como comentábamos al inicio de este artículo, las gomas Pirelli, muy cuestionadas durante todo el fin de semana, han conseguido un excesivo protagonismo debido a que el asfalto de Shanghai se ha mostrado mucho más abrasivo de lo previsto, definiendo un escenario que si bien no se puede negar que ha tenido su aliciente principal en la necesidad de los participantes de obtener cronos con muy poco tiempo disponible, ha reducido el espacio de la calificación apenas a 20 minutos de duración de los 45 previstos (la Q1 dura 20; la Q2, 15; y la Q3, 10).
Dicho lo cual, mañana asistiremos a una prueba marcada por esta claificación y por las diferentes estrategias que ya deben tener deplegadas sobre sus respectivas mesas de trabajo las diferentes escuderías. Y obviamente, por esa inusual concatenación de errores que ha mostrado la de Milton Keynes, que a la postre sitúa a Mark Webber en la última plaza de la parrilla y al tricampeón del mundo, Sebastian Vettel, en una posición (9ª) que puede comprometer el ritmo que pueda conseguir el de Heppenheim en los primeros giros al circuito asiático.
Fuente: Formula1.com / Statsf1.com
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