La escudería McLaren no ha empezado esta temporada con buen pie. El MP4/28, uno de los pocos vehículos de la parrilla que resulta auténticamente innovador con respecto a su predecesor, se está mostrando excesivamente delicado y difícil de equilibrar, como quedó patente en los pasados G.P. de Australia y Malasia, y aunque en Shanghai se le percibió con más solvencia, al final ésta resultaba insuficiente para devolver a la británica a los puestos que hace no tanto ocupaba con asiduidad.
El abandono de Lewis Hamilton de sus filas a finales de 2012, su sustitución por Sergio Pérez, la aparente apatía de Jenson Button al término de la sesión anterior, así como un sinfín de circunstancias en las que se ha involucrado a McLaren este invierno pasado, planteaban un escenario complicado de resolver para el equipo de Martin Whitmarsh durante 2013, que lejos de encontrar solución, como sería deseable, parece ir agravándose conforme van discurriendo las carreras.
El diseño del MP4/28, quizás demasiado arriesgado para responder a los requerimientos de esta sesión, se insinúa en la base de todos los problemas que acucian actualmente a la británica, tanto en lo referente al propio desarrollo del coche como a la desenvoltura sobre el asfalto de los dos pilotos oficiales. En este sentido, podríamos decir perfectamente que el monoplaza está ejerciendo de elemento distorsionante en un ambiente ya de por sí algo enrarecido, como comentábamos en el párrafo anterior.
Sea como fuere, la adopción de un modelo de suspensión anterior de tipo pull-rod (en similar esquema al utilizado por Ferrari en el F2102 del año pasado y en el F138 de 2013), puede comenzar a arrojar resultados de idéntica manera a como hizo la máquina de Maranello de 2012, que recordemos, también tuvo un estreno bastante complicado hasta que todas sus piezas comenzaron a encajar.
Al hilo, cabe decir que es muy posible que la incomodidad que se percibe en Jenson Button, pueda deberse a que todavía está adaptándose a la forma que tiene el MP4/28 de posarse sobre el asfalto. De idéntica manera, Sergio Pérez también podría estar acusando el cambio de sensaciones que producía su Sauber (pull-rod trasera y push-rod delantera) con respecto a las que arroja el nuevo McLaren (doble pull-rod, en el eje posterior y en el delantero), con el agravante para el mexicano de que el propulsor Mercedes-Benz es más vigoroso y menos versátil que el Ferrari del C31 de la suiza.
Harina de otro costal supone valorar la incidencia de los neumáticos Pirelli en el avance, retroceso o estancamiento, tanto del monoplaza como de los pilotos que lo conducen, porque si las gomas italianas ya han levantado una generalizada controversia que alcanza a casi todos los integrantes de la parrilla, en el caso que nos ocupa, con un vehículo en la práctica dando sus primeros pasos en cuanto a diseño y evolución se refiere, se entiende rápidamente que los compuestos, mejor dicho: la volatilidad de los mismos, puede ser un factor clave en la comprensión del pésimo inicio de temporada de la británica.
No obstante, y remitiéndonos sólo a los datos que son de sobra conocidos, hay que admitir que la de Woking ha comenzado esta sesión con el pie muy cambiado, lo que no impide que recordemos que si hay una escudería con capacidad demostrada y suficiente como para dar rápidamente la vuelta a la tortilla, ésa es McLaren.
En este sentido, el pequeño paso hacia adelante observado en los coches plateados en Shanghai, durante la celebración del reciente Gran Premio de China, bien podría significar que la británica ya es consciente de cuál es el camino adecuado a recorrer, y que lo está siguiendo.
Así las cosas, ante las anunciadas novedades que veremos en Barcelona, Sakhir se propone como un bonito escenario donde McLaren puede y debe demostrar que aspira a estar de nuevo arriba, toda vez que el cambio de neumáticos beneficia entre otros al MP4/28 —Pirelli cambiaba a última hora los blandos por los medios como option, manteniendo los duros como prime—. Y aunque el circuito bahreiní no resulta a priori un trazado benevolente con los coches ingleses, puede resultar el marco idóneo donde mostrar auténtico músculo ante los Mercedes AMG y distanciarse de paso de los Sahara Force India, vehículos que como sabemos, también van propulsados por el imponente Mercedes FO 108F de la de Stuttgart.
En Diariomotor: Gran Premio de Bahrein. Sakhir, el circuito del desierto