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Azerbaiyán y sus coches: contrastes, variedad y respuestas (I)

Hace dos semanas tuve la oportunidad de realizar un viaje de fin de semana a Azerbaiyán. Un país desconocido para la mayor parte del público, entre los que me encontraba hasta el momento. La República ex-soviética de Azerbaiyán se encuentra a orillas del Mar Caspio, haciendo frontera con Irán, Georgia, Armenia y la Federación Rusa. Es un país pequeño, apenas llega a los diez millones de habitantes, pero es rico en petróleo y especialmente gas natural. No es Europa, no es un país asiático al uso y tampoco puede englobarse en la ecuación de Oriente Medio.

Este peculiar país fue “puesto en el mapa” por Eurovision 2012, celebrado en la capital Baku. Con motivo del festival, el país ha recibido un fuerte lavado de cara, y se ha potenciado su desconocida vertiente turística. Baku es una ciudad con evidentes atractivos, como la preciosa ciudad antigua – Içari Sahar – o el opulento bulevar marítimo. El país cuenta con antiquísimas litografías, volcanes de barro y una montaña que arde sola sin que se tenga claro por qué. Pero estamos aquí por sus coches y curiosidades automovilísticas. ¿Nos acompañáis a conocerlos?

La Dubai del Cáucaso nada en petrodólares

Azerbaiján era la gasolinera de la Unión Soviética, pero ahora los petrodólares abundan en Baku.

Paseando por las calles es innegable la riqueza del país. Azerbaiyán era la gasolinera de la URSS, pero todos los petrodólares que iban antaño a parar a Moscú – que gobernaba con mano de hierro todos sus “satélites” – se quedan ahora en Baku. Tampoco puede negarse que existe cierto grado de corrupción en las esferas gubernamentales. Esto explica la gran cantidad de Mercedes Clase G que podemos encontrarnos en las majestuosas calles de Baku, que realmente hacen sentirnos como si estuviésemos paseando por el centro de Moscú.

Azerbaiyán y sus coches: contrastes, variedad y respuestas (I)Azerbaiyán y sus coches: contrastes, variedad y respuestas (I)Azerbaiyán y sus coches: contrastes, variedad y respuestas (I)

El Clase G es el utilitario de la clase alta azerí, y es común que sean versiones G 500, G 55 AMG o incluso Brabus. Junto a un restaurante del centro pude ver juntos a un Brabus Clase G y un G 55 AMG. No se ve en la misma foto, pero al otro lado había aparcados un BMW X6 M y un Porsche 997 Turbo S. En un espacio de apenas diez metros, había cerca de un millón de euros sobre ruedas. Dicho restaurante también tenía a su vera un Porsche Panamera Turbo y un Ford Mustang GT, importado de Estados Unidos. La comida tenía que ser excelente, vaya…

Un detalle curioso de los países de la zona es la prevalencia absoluta de Mercedes como marca de lujo, seguida de cerca por BMW y Toyota. ¿He dicho Toyota? Sí, porque los enormes Land Cruiser 200 son símbolos claros de estátus, siempre que lleven motor de ocho cilindros y emblemas dorados, claro está. Curiosamente, apenas se ve algún Audi en las calles de la fría Baku, con la excepción de algún A4 despistado y un R8 que rugía por el casco antiguo. La ausencia de Audi en el mercado del lujo también se replica en el vecino Irán, curiosamente.

Azerbaiyán y sus coches: contrastes, variedad y respuestas (I)

La presencia de Lexus es también destacable, pero como “lujo de clase media”, especialmente personalizado en los RX 350. Porsche vende Cayenne y Panamera a puñados en Azerbaiyán, que hacen rugir sus V8 al acelerar a fondo en cuanto los semáforos se ponen en verde. Al igual que en Rusia, la fiebre SUV como símbolo de estátus no muestra signos de remisión, y prácticamente todos los BMW que se ven son X5 o X6. No obstante, el lujo clásico sigue estando en la anormalmente alta cantidad de Mercedes Clase S que circulan por sus carreteras.

Burro grande, ande o no ande: la ostentación se personifica en vehículos de gran tamaño, nada de utilitarios o compactos.

Si una tendencia queda clara, es que entre los vehículos premium no se ve una sola máquina de tamaño ya no pequeño, ni siquiera mediano. Burro grande, ande o no ande, como se suele decir. Con todo, el centro de Baku no presenta demasiados problemas para el aparcamiento ya que la mayor parte de edificios cuenta con garajes amplios. Por último, al igual que en otros países de la zona, apenas se ven motocicletas, sólo muy escasas máquinas deportivas y alguna scooter de reparto, aunque quizá tenga más que ver con las temperaturas.

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Taxis londinenses, taxis rusos y taxis iraníes

El precio de los taxis es parejo al de una ciudad como Madrid, y si es un taxi no oficial hay que regatear.

Nada más aterrizar en Baku pensé que me había quedado dormido y había aterrizado en Londres. La fila de taxis oficiales que espera a la salida del aeropuerto Heydar Aliyev de Baku son de color morado y todos ellos son el conocido modelo TX4, manufacturado por The London Taxi Company. Los precios son elevados, prácticamente al nivel de Madrid, pero al menos tienen taxímetro, y es algo muy de agradecer, creedme. No es extraño ver muchos más taxis de diferentes empresas, ya que el mercado está liberalizado en parte.

En muchas ocasiones es necesario tomar taxis no oficiales y negociar con el taxista el precio de antemano. Los taxistas no suelen hablar inglés, pero siempre que hay que hablar de dinero se expresan de lo más bien y parecen conocer muy bien los números. Regatear es imprescindible. Como curiosidad no automovilística, la moneda azerí es el manat, cuyo tipo de cambio es prácticamente 1:1 con respecto al euro, y ha provocado que el nivel de precios aumentase exponencialmente desde hace apenas unos años.

Azerbaiyán y sus coches: contrastes, variedad y respuestas (I)

Los taxis no oficiales son de lo más variado, desde Volkswagen Passat Variant a destrozados Lada 2107, que esperan en cualquier esquina llamando a potenciales clientes. A los turistas se les recomienda usar los taxis oficiales, pero desde luego un Lada es mucho más asequible y una experiencia más auténtica. Es uno de los países donde también se puede montar en coches iraníes, principalmente los IKCO Samand, cuya base es el ya olvidado Peugeot 405. Han sido exportados a Azerbaiyán y muchos han terminado como taxis, aunque no son tan comunes como los Lada de origen soviético.

La curiosidad del viaje: ver a varios Seat Ibiza ST como taxis sin marcar en el centro de la ciudad.

En Diariomotor: Los coches de Tokyo, primera parte | Los coches de Nueva York, primera parte

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Sergio Álvarez

Aunque es técnico en comercio internacional de formación, los coches han sido su pasión (incluso obsesión) desde que apenas levantaba un metro del suelo y sus padres le regalaron un Ferrari rojo a pedales. Su afición se ha profesionalizado en Diariomotor, donde está presente desde 2008. Seguir leyendo...

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