El Mini Paceman es el séptimo modelo de la marca británica que se presenta en sociedad. A pesar de lo que pueda parecer, no está concebido como un Countryman de tres puertas, sino como un crossover cupé de base. Y es que, aunque parezca que de crossover tiene poco, basta con mirar la caída del techo para encontrar un cierto parecido con el exitoso Range Rover Evoque.
Llamarle así quizás sea bastante arriesgado, pero siendo estrictos encaja dentro de la terminología como vehículo deportivo utilitario: tiene un cierto toque sport y, por supuesto, urbanita. Hemos podido conducirlo brevemente por el centro de Madrid y ahora os contamos nuestras impresiones. Un precio que parte desde 24.700 euros para el 122 CV —siendo algo más de 1.000 euros más costoso que el Countryman-, el interminable equipamiento opcional disponible y la calidad de acabados vuelven a poner de manifiesto que el Paceman es una opción totalmente Premium.
Está orientado para un cliente que busque diseño y prestaciones. Para ello, el modelo se sustenta sobre tres premisas: cuatro plazas —pero sin perder habitabilidad-, una suspensión deportiva de serie y motores potentes —entre 112 y 218 CV-, renunciando ahora al modelo de acceso One. A diferencia del resto de gama, el Paceman es el primer modelo que incorpora faros traseros de trazos horizontales y la insignia del modelo en el portón trasero.
No quiero ser aguafiestas pero, exteriormente, la línea del Mini Countryman me parece más fluida… a pesar de que inicialmente parecía que nunca “entraría por los ojos”. Los 4.11 metros de largo y casi 2 de ancho del Paceman consiguen que de “mini” no tenga nada. En este caso, la plataforma es la misma que usa el Mini Countryman pero, a diferencia de éste, el Mini Paceman cuenta con tres puertas –por cierto, de tamaño inmenso- y detalles deportivos como los pasos de rueda abombados, la caída del techo antes mencionada o el alerón posterior integrado. Además, los modelos con las motorizaciones más potentes ofrecen doble salida de escape o entradas de aire laterales.
Para lograr una dinámica deportiva, los ingenieros de Mini han buscado un feeling tipo Kart, que unido a la tracción integral All4, pretende lograr un equilibrio entre agarre —en carretera con curvas- y diversión al volante. Apenas hemos podido probarlo a fondo, pues nos topamos con la hora punta de Madrid: atascos en el centro y tráfico lento por la M30… No sabría confirmarte o desmentirte este feeling hasta que no lo probemos más a fondo. Sólo puedo adelantarte que el Paceman Cooper S ALL4 de 184 CV tiene potencia suficiente bajo el capó para mover los 1.400 kg que declara la báscula.
Interior de altísima calidad
El interior destaca por una calidad excepcional y un estilo al más puro estilo Mini. Es amplio y el maletero de 330 litros va acorde con la habitabilidad que vende Mini. La consola central está presidida por la gran esfera redonda del salpicadero, a mitad de camino entre el conductor y acompañante, en cuyo interior se encuentra la pantalla que muestra la información del GPS y el velocímetro en su circunferencia. Como siempre, un toque elegante y distintivo. Más aún cuando desde ella se puede tuitear o navegar por internet, en conexión con el teléfono móvil, cuando el vehículo esté detenido.
El volante opcional de tres radios tiene un grosor notable y un tacto deportivo gracias a la dirección electromecánica. A diferencia del resto de modelos de la gama, el Paceman es el primer Mini que incorpora los pulsadores de los elevalunas eléctricos en las puertas, en lugar de hacerlo en la consola central. Lo mejor del interior es la gran capacidad de personalización que Mini ofrece a sus clientes.
Atrás sólo encontramos dos butacas separadas por una novedosa barra de aluminio denominada Centre Rail, donde se pueden enganchar diferentes accesorios opcionales como funda para gafas, ceniceros o soportes para bebidas y teléfono. Ambas plazas permiten ahora viajar a dos personas de forma más cómoda, con mayor espacio entre ellos y para sus hombros, así como una mejor sujeción lateral al circular en carreteras de curvas. Pero, donde caben dos no caben tres… Sin embargo, en el Mini Countryman pueden sentarse tres personas atrás opcionalmente.
El Center Rail separa ambas plazas traseras y permite innumerables posibilidades.
¿Parecidos razonables? El Evoque y el Paceman tienen una caída del techo calcada
La primera impresión al ver el Mini Centre Rail resulta un poco desconcertante, incluso cuando está iluminada. Es una novedad que no tiene ningún otro vehículo, más que algo asombrosamente útil. Es cierto que no deja de ser una pijada, pero quizás cueste acostumbrarse a ver una barra de aluminio ahí en medio cada vez que abras la puerta. Además, el Centre Rail impide cambiarse de lado a los ocupantes de las plazas traseras…
Antes de hablar de motorizaciones te comentaré que es posible elegir entre una caja de cambios manual u otra automática de seis velocidades. La caja automática me ha parecido algo lenta de reacciones. Además, en más pausada en aceleración y peor en consumos, reflejando la ficha técnica un litro más de consumo en ciclo mixto –ya que los modelos con caja de cambios manual emplean sistema Start&Stop-. Ante este panorama, no dudaría en optar por la versión manual que, además, es unos 1600 euros más asequible.
Motorizaciones diésel y gasolina entre 122 CV y 184 CV, así como un John Cooper Works de 218 CV
La gama de motorizaciones disponibles está compuesta por cuatro alternativas: Paceman Cooper, Cooper S, Cooper D y Cooper SD, siendo ambas parejas alternativas gasolina y diésel respectivamente, todas ellas con motores de cuatro cilindros. El Cooper es el modelo de acceso con un bloque de 1.6 litros que sube hasta los 122 CV. Su condición de crossover merma ligeramente las prestaciones. Por ejemplo, un Volkswagen Golf TSI de idéntica potencia, acelera mejor y consume un litro menos cada 100 km. El Paceman Cooper para el crono del 0-100 km/h en 10.4 segundos para la caja manual o unos eternos 11.5 segundos para su homólogo automático. La parte positiva viene por el aspecto del consumo, de 6 litros/100 km para el manual y 7.2 litros para el automático.
Por encima, se encuentra el Cooper S, que emplea idéntico motor pero, en esta ocasión, se optimiza la potencia hasta alcanzar unos considerables 184 CV acompañados de un par máximo de 240 Nm disponibles entre los 1600 y las 5500 vueltas. La aceleración de 0-100 km/h en este caso es de 7.5 segundos y el consumo se mantiene prácticamente intacto respecto al Cooper “a secas”. Sin duda, el Cooper S sería la opción que más se ajusta al concepto Mini.
Entre los diésel están disponibles otras dos alternativas: el Cooper D equipa un motor de 1.6 litros si se opta por el cambio manual o uno de 2 litros si se opta por el automático. Ambos rinden 112 CV y clavan el mismo par máximo de 270 Nm y una aceleración similar: 10.8 y 11.2 segundos respectivamente. La diferencia de consumo entre ambos es de un litro cada 100 km (4.4 y 5.6 litros/100 km). Para terminar, el Cooper SD cuenta con el mismo propulsor de dos litros antes mencionado, ahora con 143 CV, 305 Nm de par máximo y una aceleración de 0-100 km/h en torno a 9 segundos… todo ello con el mismo consumo que la versión “light” de 112 CV.
Todos los modelos pueden equipar tracción delantera o la novedosa y opcional tracción total ALL4, por la que Mini apuesta fuerte y que fue estrenada hace relativamente poco en el Mini Countryman. El único que no puede combinarse con tracción ALL4 es el Cooper “básico” de 122 CV.
Esta tracción ALL4 es sólo 2000 euros más costosa que el tracción delantera, por lo que puede ser una inversión para incrementar el agarre para aquellos que busquen un plus de seguridad cuando las condiciones meteorológicas se compliquen. A diferencia de otros modelos con tracción total que se comportan normalmente como tracción trasera, el sistema ALL4 del Paceman envía un 50% de la potencia al eje anterior y otro 50% al posterior. Sólo cuando se perciba una falta de adherencia, podrá enviar hasta un 100% de la fuerza a la zaga para corregir la trayectoria.
Por encima de todos está el todopoderoso Mini Paceman John Cooper Works, que cuenta con un 1.6 twin-scroll turbo con 218 CV de potencia y tracción total ALL4. Su precio parte desde 39.000 euros y, a expensas de probarlo, se le presupone una puesta a punto más deportiva.
Pero para el resto de la gama y siendo sinceros, he de reconocer que no es tan deportivo como el propio Mini Coupé. Los escapes no se perciben igual y la dinámica no parece tan conseguida. Por eso, me tomaría con cautela la definición de crossover “deportivo”… Desde Mini aseguran haber puesto especial cuidado en lograr un sonido deportivo del motor pero, aun así, me parece bastante soso en este sentido, siendo éste su talón de Aquiles… Aún le queda muchísimo camino por recorrer para definirse deportivo. Para darle ese toque, Mini ha instalado un botón “Sport” que puede modificar la respuesta del motor, el funcionamiento del cambio de marchas o la dureza de la dirección, tornándose más pesada cuando se activa. El botón Sport es opcional para los Paceman Cooper y Cooper D y de serie para los modelos de rango alto: Cooper S y SD.
En definitiva, el Mini Paceman es un coche bueno en casi todo pero que no destaca en casi nada. Es cómodo, amplio, va muy bien acabado y sus opciones de personalización son interminables. Pero no es un SUV de verdad, ni es tan deportivo como otros modelos de la gama Mini. Su diseño exterior es cuestión de gustos, pero seguro que tiene sus adeptos, como en todos los Mini del mercado. ¿Eres tú uno de estos adeptos?
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