Italia ha dejado de ser el feudo de los superdeportivos. La crisis que acecha a Europa, y la persecución de las autoridades contra la evasión fiscal, ha hecho que mantener un coche exótico en tu garaje sea bastante más caro, si cabe, y para muchos un crimen. Se llegó incluso a realizar controles de carretera en los que los agentes y los inspectores del fisco comprobaban que tus ingresos se correspondían con el mantenimiento que requiere una máquina de ese calibre. Pero en este caso quería centrar nuestra atención en otro problema para los italianos, el de mantener un vehículo exótico en su garaje pese al incremento exacerbado de las cuotas del impuesto de circulación según la potencia del coche.
Y fue a raiz de una imagen que contemplé esta semana que, primero me generó escepticismo, segundo me indignó y tercero hizo que se me encendiera una bombillita en la cabeza. Esa fotografía publicada por GTSpirit nos mostraba un Ferrari F430 repostando GLP en una estación de servicio.
¿Y si el futuro de los superdeportivos en Italia pasase por las adaptaciones a GLP? Recordemos que Italia es uno de los países en los que el gas licuado del petróleo ha tenido más éxito como alternativa a la gasolina y el diésel. A diferencia de España, el conductor italiano conoce de buena tinta los entresijos y los beneficios del GLP. ¿Estarán dispuestos a convertir sus Ferrari?
¿Un Ferrari F430 con GLP? ¡Herejía!
Es evidente que para tener un superdeportivo en un garaje, tu situación económica debe ser lo suficientemente solvente como para poder cubrir los gastos añadidos de las cuotas anuales del impuesto de circulación italiano. Incluso con el altísimo precio que tienen que pagar los propietarios de estos exóticos (cerca de 2.000 euros al año por un Ferrari 458 Italia o de 2.500 euros para un Lamborghini Aventador), sigue siendo una cantidad menor si lo comparamos con el coste del seguro o las labores mínimas de mantenimiento que requiere un vehículo de estas características.
Pero en cualquier caso, como ya hemos visto en los últimos meses, se está produciendo una verdadera debacle en las ventas de superdeportivos en Italia, incluso para las marcas de casa más tradicionales como Ferrari o Lamborghini. Donde Italia tiene un problema, el resto de Europa encuentra una oportunidad. Ya os hablábamos recientemente de las importantes ofertas de coches exóticos llegados desde Italia que se están produciendo recientemente, incluso pusimos dos ejemplos, el Maserati Quattroporte y el Lamborghini Gallardo.
En definitiva, la crisis ha golpeado fuerte al sector en Italia, pero mucho más la carga fiscal que ha impuesto el país transalpino en función de la potencia, la directiva de emisiones del vehículo y el combustible utilizado.
Así las cosas, el impuesto anual de un Ferrari F430 Scuderia te costaría más de 1.600 euros (en una región como Abruzzo, al sur de Italia). Pero en esa misma región nos encontramos con que el mismo vehículo adaptado a GLP, pagaría apenas 1.170 euros. La cuota sigue siendo muy alta, pero un ahorro – sin haber salido aún del garaje ni haber repostado – de entre 400 y 500 euros parece suficientemente importante como para pensar en la amortización de una adaptación, incluso teniendo en cuenta que la transformación será costosa al no existir un kit específico para un modelo concreto de Ferrari o Lamborghini.
Lógicamente, más allá de la ventaja fiscal de la adaptación a GLP, los beneficios de tener un Ferrari que funcione con gas licuado son realmente pocos. Pensemos en que un Ferrari no suele utilizarse para el día a día. También que para integrar el depósito de gas tendremos que renunciar al maletero, incluso instalando un pequeño depósito con menos de 30 litros. De la seguridad no hablaremos, puesto que en teoría el depósito está suficientemente reforzado como para resistir a un accidente (aunque eso no elimina la preocupación de llevar un depósito de gas a tu lado, en un coche que es capaz de superar los 300 km/h).
Y ahora bien, ¿cuántos kilómetros podríamos recorrer con un depósito de GLP? ¿entre 100 y 150 kilómetros? ¿incluso menos?
En definitiva y para ser honestos, incluso con el ahorro anual que pueda suponer una adaptación a GLP en un vehículo tan exótico como un Ferrari F430 Scuderia, parece que los inconvenientes también son tan importantes como para que el GLP no se convierta en la solución al problema de los superdeportivos en Italia. Yo, personalmente, jamás acometería una adaptación así en un superdeportivo. Por no hablar del efecto que podría tener en el valor de reventa, puesto que no estoy nada convencido de que esto vaya a suponer un valor añadido como sí sucedería en cualquier turismo.
En este escenario que hemos propuesto, ¿estarías dispuesto a transformar para GLP tu propio superdeportivo?
Fuente: GTSpirit
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