Cuando nos encontramos por primera vez cara a cara con el Rolls-Royce Wraith en el Salón de Ginebra, ya os adelantábamos algunas de las claves del nuevo coupé de altos vuelos de Rolls-Royce. Por primera vez la marca ha hecho gala y ha destacado con rimbombancia las prestaciones de su modelo y también lo potente y divertido que es. Rolls-Royce ha mirado más allá de las plazas traseras para ceder parte del protagonismo al conductor. A diferencia del Phantom, este no debería ser un Rolls pensado para disfrutar relajado mientras el chófer te lleva a casa.
El Rolls-Royce Wraith, como el Ghost del cual se derivaba, nace también con el objetivo de convertirse en un modelo más coherente y económico (si es que tiene sentido utilizar esta palabra en un Rolls-Royce) dentro de su gama de productos. El siguiente paso lógico y confirmado por la marca, según declaraciones del Chairman Torsten Muller-Otvos a la publicación británica Auto Express, sería lanzar una variante descapotable del Wraith, un modelo que renuncie a esa exótica trasera de tipo fastback que nos enamoró en Ginebra para apostar por su disfrute a cielo abierto.
Otra alternativa diferente al techo de lona de toda la vida – por ejemplo un techo rígido escamoteable -, sería un paso sorprendente, pensemos en el peso añadido que podría suponer en un descapotable del tamaño del Wraith y el espacio que requeriría para alojar la capota. Prácticamente podríamos descartar esa opción. Lo lógico por lo tanto es que este Rolls-Royce Wraith opte por la solución del Drophead Coupé, un techo de lona que se pliegue y se recoja bajo la tapa del maletero en apenas unos segundos.
Por situarlo frente a uno de sus rivales más obvios, el Bentley Continental GT, no nos debemos olvidar del éxito que supuso la introducción del Continental GTC, la versión descapotable de este gran coupé. Tanto es así que este mismo año se presentaba el GT Speed Convertible, basado en el GTC, pero dotado del motor 6.0 W12 con 625 CV y unas prestaciones que probablemente Rolls-Royce tendrá difícil superar, 0 a 100 km/h en 4,1 segundos y una velocidad punta de 325 km/h.
No obstante aún habrá que esperar. El Rolls-Royce Wraith Drophead Coupé no llegará hasta dentro de unos años, cuando el Wraith coupé se haya asentado y sus ventas se vayan estabilizando (pensemos también que la fábrica de la marca en Goodwood tendrá que adaptarse al notable incremento de la producción que supondrá el nuevo modelo).
Fuente: Auto Express
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