Ayer ya os hablábamos del Renault Captur y sus diferencias respecto al Renault Clio. Una carrocería de tipo SUV es un aliciente interesante para el comprador y un formato que se ha puesto de moda en los últimos años. Durante nuestra prueba en Francia no abandonamos en ningún momento la carretera, una anécdota que una vez más nos pone tras la pista del verdadero objetivo de este modelo. No obstante tuvimos oportunidad de recorrer bastantes kilómetros por carreteras de todo tipo, reviradas, muy reviradas y también autopistas. Por nuestras manos pasaron además dos motores, el dCi de 90 CV y el TCe de 120 CV y transmisión EDC.
El Renault Captur llega avalado por su carácter urbano, su enfoque práctico, el espacio a bordo y un diseño atractivo. ¿Será su carrocería elevada un handicap o una ventaja cuando hablemos de dinámica? ¿Qué rendimiento darán estos motores que ya habíamos probado en el nuevo Renault Clio?
El Renault Captur recibirá nuevos motores en los próximos años
Renault dispuso de dos motores para nuestra prueba. A un lado un Renault Captur azul Pacífico con un motor dCi de 90 CV que a priori será el más demandado, un diésel frugal pero suficiente para este utilitario venido a más. Por el otro, un Renault Captur naranja Arizona con un motor TCe de 120 CV, cuatro cilindros, diminuto por cilindrada, con buen empuje y mucha suavidad gracias a la nueva transmisión EDC de doble embrague que equipará de serie. El tercer motor no lo tuvimos a nuestra disposición en esta prueba, un TCe de 90 CV y tres cilindros que si bien en el Renault Clio nos dejó satisfechos por su suavidad (relativa para un tricilíndrico) y sus bajos consumos, podría pecar de quedarse corto en un modelo más pesado como el Captur. Ciertamente lo desconocemos dado que aún no lo pudimos probar.
Estos dos motores también resultan interesantes por los costes de su mantenimiento. El dCi 90 es un bloque con el que Renault ya tiene bastante experiencia y los periodos de mantenimiento recomendados (mínimo para un cambio de aceite) se estipulan cada 30.000 kilómetros o dos años, lo que suceda antes.
En Renault nos dicen que habrá más motores próximamente, empezando por un diésel más potente y quién sabe si un gasolina con vena deportiva. Sabemos que están valorando la posibilidad de un Renault Captur potente y aunque nadie mencione las siglas RS podemos imaginar que por ahí irán los tiros.
El diésel dCi 90 será el motor de referencia de este Captur
El motor dCi de 90 CV es el mejor ejemplo de la austeridad deseable en un utilitario pensado para hacer muchos kilómetros. Se trata del archiconocido bloque K9K de 1.461 cm3 del cual ya se han vendido más de 10 millones de unidades. Es un motor probado, lo cual también juega a su favor como garantía adicional para los clientes. En su mantenimiento, la correa de la distribución se sustituye cada 150.000 kilómetros Por si no fuera poco está construido en Valladolid, junto a la línea de ensamblado del Renault Captur. No es un motor enérgico pero cumple, y aunque sonoro, no es excesivamente ruidoso. A priori no me resultó muy diferente en su tacto y a sus reacciones a un Renault Clio equipado con este mismo motor.
El Captur dCi 90 es aproximadamente 170 kilogramos más pesado que un Clio dCi 90, pero Renault ha cuidado bastante la aerodinámica, también en este crossover con una carrocería alta y algo más aparatosa. El dato positivo es que su consumo no debería elevarse en exceso respecto al Renault Clio equivalente, puesto que en este caso concreto las cifras de homologación son prácticamente idénticas. En la ficha del Captur dCi 90 figuran 3,6 litros/100 kilómetros, los mismos que en el Clio dCi 90.
Para la segunda mitad de 2013 está previsto que este motor reciba la nueva transmisión de doble embrague EDC de Renault, siendo el Renault Captur el primer diésel que estará dotado de ella. Este dCi 90 EDC aún no tiene homologación oficial, pero estará en torno a 4,1 litros/100 kilómetros en ciclo mixto.
Un motor potente pero de baja cilindrada, asociado a un doble embrague
Con el TCe 120 EDC me resultaría más difícil establecer una comparación con el Renault Clio, de hecho era la primera vez que pasaba por mis manos esta mecánica. La referencia que habitualmente tenemos de las transmisiones de doble embrague viene marcada por el DSG de Volkswagen, que tan popular se ha hecho en las marcas de este grupo automovilístico alemán. El EDC de Renault cuenta con seis relaciones y un tacto realmente suave, así como un calibrado que ha sido concebido para lograr el mínimo consumo posible, aunque responde bastante bien cuando pedimos un rendimiento más deportivo. De hecho, el Captur TCe 120 será de momento el más potente y con mejores prestaciones de toda la gama Captur.
El pequeño inconveniente de este motor es que sus emisiones homologadas se han plantado en 125 g/km de CO2, con lo cual el Impuesto de Matriculación ya asciende al 4,75%. Salvo en el caso del Clio RS 200, el Renault Clio presume de un I.M. del 0% en toda su gama. Su consumo es similar al de un Mégane TCe 115 manual, lo cual no está nada mal. Junto con el TCe 90 cuenta con cadena de transmisión, un punto a su favor a la hora de calcular los costes de mantenimiento.
Si buscas un Renault Captur full-equipe, es decir, con acabado Zen, este TCe 120 EDC siendo automático y el más potente, cuesta solo 450 euros más que el dCi 90. En definitiva, que en ese caso este TCe 120 me resultaría la opción más recomendable salvo para aquellos que tengan previsto realizar decenas de miles de kilómetros al año con su Captur.
En su conducción por carretera el Renault Captur nos resultó muy agradable. La dirección es más suave y blanda que en el Clio y más enfocada a la conducción urbana que a pasar de una curva a otra por carreteras muy reviradas, aunque se desenvolvía bien en este terreno. Gira entre bordillos en un diámetro de 10,8 metros y el volante dispone de 2,7 vueltas entre topes.
En definitiva es bastante manejable en espacios estrechos, también por ser solo un poco más largo que el Renault Clio, con una longitud de 4,12 metros.
Renault ha dispuesto de cámara trasera para ayudarnos en los aparcamientos.
Lo cierto es que incluso sin salir del asfalto, el Renault Captur nos dejó satisfechos por lo bien que rodaba por asfalto irregular y sorteando baches. Los amortiguadores recogen bien los obstáculos, con un rebote quizás alto pero sin incordiar a los ocupantes ni tan siquiera con llantas de 17”. También contribuye su altura libre al suelo, de 20 centímetros, bastante buena y similar o incluso superior a muchos SUV del mercado de categorías superiores.
Su diseño de defensas no está pensado para mejorar el ángulo de ataque o proteger bien los componentes del motor, la transmisión, o el escape, pero esa es la tónica dominante de este tipo de automóviles. Sinceramente es una pena que no haya versión con tracción a las cuatro ruedas porque con lo ligero que es probablemente se desenvolvería correctamente en campo.
Ante una expectativa de ventas en un porcentaje muy bajo para un hipotético Captur 4×4, en Renault optaron por no desarrollarlo. Amén de la transmisión, el diferencial y el intermediario electrónico que requeriría, también se haría necesaria una modificación en el tren trasero, pasando de la barra de torsión a las suspensiones multibrazo independientes. En definitiva, no parece que Renault vaya a apostar ni ahora ni en el futuro por un Captur con tracción a las cuatro ruedas.
En definitiva podemos concluir diciendo que el Renault Captur no llega a ser un SUV propiamente dicho, pero sí un vehículo muy polivalente en el que nos ha agradado especialmente su espacio, su habitabilidad y otros aspectos más subjetivos como el diseño que ha recibido para diferenciarse del Renault Clio.
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