Muchos conocerán uno de los males más comunes que existen en el mundo del automóvil moderno cuando un vehículo acumula ya unos años a sus espaldas. De un día a otro, nuestro sistema de aire acondicionado nos da la bienvenida con un olor nauseabundo que nos hace pasar un rato no demasiado agradable en el interior de nuestro coche. ¿Por qué ese mal olor en el sistema de aire acondicionado de mi coche?
Tras la primera cita con esta situación, rápidamente detectamos que el mal olor que nos brinda el sistema de aire acondicionado no viene del exterior, sino que precisamente se trata de un olor que proviene del propio sistema. Este hecho se hace posible por la acumulación de humedad en los conductos de aireación durante el funcionamiento del sistema que, uso tras uso, agrava el problema añadiendo nuevos factores como la aparición de bacterias y moho.
¿Por qué ese mal olor?
Este problema no debería existir en tanto que el diseño de las canalizaciones y el propio funcionamiento del sistema de aire acondicionado están estudiados para limitar este factor de exceso de humedad. Sin embargo, la realidad da buena fe de que no siempre se diseña para evitar estos
problemas de acumulación de humedad.
El problema, viene dado por el enfriamiento que sufre el aire exterior en su paso por el evaporador del aire acondicionado. El evaporador del sistema de aire acondicionado extrae el calor del aire que recogemos del exterior, momento en el que se produce un cambio de estado (condensación) que favorece la aparición de agua y deposición de un mayor índice de humedad en puntos específicos del sistema.
Las condiciones de frío del sistema durante su funcionamiento, no favorecen la eliminación de este exceso de humedad, lo que finalmente lleva a que tras el apagado del sistema, este exceso de humedad depositada se convierta en un perfecto caldo de cultivo para descomposición. De este modo, el mal olor es generado para llegar hasta nuestro olfato en el próximo uso del sistema.
¿Cómo evitar que el mal olor se apodere del sistema de aire acondicionado?
Para todos los casos existen soluciones más o menos sencillas de llevar a cabo, sin embargo, una vez percatados de que nuestro coche ofrece predisposición a desarrollar este mal olor, lo más importante será apostar por prevenir en lugar de curar. La clave es sencilla: eliminar el exceso de humedad que queda alojada en el circuito. Como acción de prevención, la recomendación más factible es el uso de la calefacción de forma puntual para eliminar el exceso de humedad que genera el uso del aire acondicionado.
Una vez el problema está presente, alguna de las principales herramientas que nos ayudará a eliminar el mal olor y prevenirlo son aquellos productos denominados purificadores que permiten erradicar el problema de las canalizaciones y ayudan proteger a corto-medio plazo. A su vez, para bolsillos menos pudientes, siempre queda la posibilidad de desmontar y limpiar a mano el interior del sistema, una tarea ardua, pero que además nos brindará la oportunidad de eliminar el polvo y demás elementos que se hayan adherido a las paredes del circuito.
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