La inspección técnica de vehículos, ITV, vive un momento de cambio que, si por un lado se pretende expandir su aplicación hacia talleres, concesionarios y diversos lugares relacionados, por otro lado se pretende reinventar el concepto de análisis de las inspecciones para adaptarse al vehículo moderno. Aquello de revisar los mismos puntos año tras año con total independencia de la tecnología implantada en el vehículo, podría llegar a su final en un plazo breve de tiempo.
Todo ello tiene que ver con la realidad de las inspecciones técnicas que se realizan en la actualidad y con la revolución tecnológica que ha sufrido el automóvil en los últimos tiempos. Un mundo donde, la aplicación de normativas anticontaminación cada vez más restrictivas y una mayor implicación de la electrónica parecen ser un concepto poco tenido en cuenta a la hora de realizar la inspección rutinaria. Parece que algo falla.
Mayor énfasis en aquello que no se ve a simple vista
No es la primera vez que se trata la idea de rediseñar los parámetros que rigen las inspecciones, pero intento tras intento, la falta de recursos económicos y herramientas compatibles con el 100% de las marcas han dinamitado este hecho. Así, a día de hoy, un diésel Euro IV cuyo funcionamiento no es el correcto, pero que a su vez pasa con éxito la prueba de opacidad específica, verá como su cristal puede lucir una nueva pegatina con vigencia para un año más. Esto es así.
La solución siempre ha pasado por la implementación de una herramienta de software capaz de establecer comunicación con los vehículos mediante conector OBD. Desde el año 2000, todos los coches fabricados cuentan con información vía OBD más que suficiente para determinar ciertos criterios que dicen mucho más de su correcto funcionamiento que una prueba de gases o inspección rutinaria.
Recordemos que estamos ya a mediados de 2013, y ahora, los mismos puertos de diagnosis permiten un volumen de información tal que, a grandes rasgos, se puede conocer en tiempo real cualquier parámetro del vehículo con tan sólo acceder al campo de registro adecuado, cuando digo cualquier parámetro, hablo de incluso el más insospechado.
Electrónica, cada vez mayor implicación y menor seguimiento en inspecciones
Las reprogramaciones y modificaciones de componentes vía software son algunos de los hechos que están acelerando las intenciones de implantar un nuevo régimen de inspección técnica. Claro está que existen muchas formas de burlar la supuesta inspección electrónica, pero la idea es poner más difícil aquello de modificar el coche a nuestras necesidades prestacionales sin importar el detrimento que realizamos sobre los sistemas anticontaminación o seguridad.
Por el momento hablamos de una declaración de intenciones que sigue viéndose penalizada por la falta de un estándar real que permita cubrir el grueso de fabricantes presentes en el mercado. Aún así, el despliegue de medios técnicos para la comprobación in situ de estos parámetros sigue resultando demasiado costoso en términos económicos.
Lo que no se puede dudar es que este campo de inspección llegará tarde o temprano ante la necesidad de hacer cumplir la homologación que el vehículo lucía en su compra. Es un tema espinoso cuanto menos, pero no podemos olvidar que en no pocas ocasiones, estas modificaciones o fallos pasados por alto, tienen su influencia tanto en una mayor contaminación medioambiental como en un recorte de la seguridad individual y colectiva.
Fuente: Expansión
En Diariomotor: No te olvides de añadir la ITV a la lista de la compra: El Corte Inglés pasará la ITV a tu coche en sus centros comerciales | Tu coche en forma: qué revisar antes de pasar la ITV
En Tecmovia: Impuestos y zonas de acceso en función de las emisiones de nuestro vehículo, la nueva propuesta del Gobierno | ECU, qué es y el porqué de su existencia | Dispositivos OBD: toda la información de tu coche en el móvil, ¿cumplen con lo que prometen?