Momentos duros para la industria del automóvil en Australia. Ford anuncia que a partir de 2016 cesará la producción de sus coches en las factorías de Geelong y Broadmeadows, ambas cercanas a Melbourne. La trascendencia económica de la decisión conllevará la pérdida de 1.200 empleos directos, y varios de miles empleos indirectos de la industria auxiliar que con sus proveedores trabaja para Ford. No deja de ser la crónica de una muerte anunciada. El coste de producir en Australia es considerable respecto a Europa, Asia o incluso Japón, que se muestra más competitivo que nunca por la devaluación del yen que se ha producido en los últimos años.
El segundo análisis que podemos hacer de la noticia pasa por recordaros que el automóvil australiano por antonomasia, el Ford Falcon, acaba de firmar su fecha de defunción. No era necesario ser ningún adivino para pronosticar que siguiendo la estrategia global de Ford en su última oleada de productos, no ha lugar la presencia de modelos locales como el propio Falcon, una suerte de berlina deportiva comercializada simultáneamente con el propio Mondeo y diversificada otras carrocerías como el Falcon UTE, un turismo pick-up muy peculiar, y el Territory, un gran SUV.
La presencia de Ford como fabricante en Australia se remonta a 1925. En sus comienzos, las factorías de Ford en Australia se encargaron de ensamblar kits del Ford T llegados desde Canadá, pero el verdadero icono de su industria sigue siendo el Ford Falcon, que desde los años 60 se propuso plantar cara al poderío de Holden bajo el amparo de General Motors y así lo ha hecho hasta la fecha.
En los últimos años las ventas no han dejado de caer y a Ford no le sale rentable, primero, mantener un producto exclusivo para el mercado australiano y, segundo, producir vehículos en Australia con un coste muy superior a los importados de otros países. Pensemos que Australia vende cada año alrededor de 1,1 millones de automóviles, una cifra similar a las matriculaciones que se produjeron en España durante 2008, incluso teniendo en cuenta que por aquel entonces ya se estaba produciendo una caída en picado de las ventas que prácticamente se ha mantenido hasta la fecha.
De momento no habrá sustituto para el Falcon, tendrá que ser el nuevo Mondeo el que ocupe su lugar; mientras que el UTE, por otro lado, no tiene previsto sucesor alguno. En cuanto al Ford Territory imaginamos que Ford Australia comenzará a comercializar el Ford Edge, que también llegará a Europa en los próximos años.
Fuente: The Guardian
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