Sin lugar a dudas, el dinamismo del BMW Serie 3 es uno de los aspectos destacados de esta berlina y quizás el que más lo diferencia de sus rivales directos. Se trata de una berlina de tracción trasera que independientemente de la mecánica que escojamos, entre los 116 CV y los 306 CV del 335i, ha sido concebida para aportar satisfacciones a su conductor. Lo cual no impide que también sea eficiente, con una gama de motores muy austeros, con las medidas denominadas EfficientDynamics, entre los que destacan especialmente los diésel.
Nosotros hemos escogido un BMW 320d Berlina que quizás no sea el modelo más demandado, puesto que el 320d ya cedió su terreno a los 318d y 316d, pero sí el que mejor conjuga las prestaciones que se esperan de una berlina de estas características y unos consumos muy bajos que permiten que siga siendo la opción ideal para el que busque un sedán de batalla y recorra muchos kilómetros al año. Por si no fuera poco, también existe un BMW 32Od EfficientDynamics Edition, que gracias a algunos detalles como una revisión aerodinámica o llantas de 16” obtiene cifras de consumo incluso inferiores.
BMW 320d: obteniendo el máximo rendimiento del bloque de 2.0 litros
El 320d recurre al bloque de gasóleo más tradicional de BMW, con 1.995 cm3 de desplazamiento, cárter de aluminio y turbocompresor con geometría variable de la turbina e inyección directa por conducto común, denominado comercialmente como BMW TwinPower Turbo. Desarrolla 184 CV de potencia a 4.000 rpm y un par máximo de 380 Nm entre las 1.750 y las 2.750 rpm y se ofrece con dos alternativas de transmisión: un cambio manual de seis relaciones (el que escogimos en nuestra prueba) y otro automático de convertidor de par con ocho relaciones que en otros modelos nos ha dejado muy satisfechos por lo efectivo, rápido y eficiente que es, sin necesidad de recurrir al doble embrague por el que han apostado sus rivales (Audi con el S Tronic y Mercedes-Benz con el 7G-DCT).
Dependiendo de la llanta escogida (de serie es de 16”) y por lo tanto de la línea estética, este BMW 320d Berlina estará exento del Impuesto de Matriculación y sus consumos homologados son de 4,5 litros/100 kilómetros (caja de cambios manual) y 4,4 litros/100 kilómetros (caja de cambios automática). El automático cuenta con la ventaja de dos marchas extra y por lo tanto un escalonamiento diferente entre velocidades con el que consigue un mejor dato de homologación (y previsiblemente en consumos reales) especialmente en el ciclo urbano.
El modelo EfficientDynamics Edition se comercializa con llanta de 16” para primar un consumo realmente austero. El motor se ha rebajado a 163 CV a 4.000 rpm, pero su par permanece en los 380 Nm entre 1.750 y 2.750 rpm. Gracias a esta reducción de potencia, mejoras en la cadena cinemática con función de reducción de las revoluciones, elementos de menor fricción y un trabajo aerodinámico con bajos carenados, este diésel consigue los mejores datos de consumo de toda la gama, empezando por sus 4,1 litros/100 kilómetros homologados.
Con un depósito con 57 litros de capacidad, esta berlina tiene una autonomía teórica (y real, en ciertas circunstancias y según nuestras mediciones) superior a los 1.400 kilómetros.
Con estas premisas nos ponemos al volante del nuevo BMW Serie 3 para comprobar que efectivamente el dinamismo que esperamos de este modelo sigue presente, aunque también nos encontramos con que la dualidad de su conducción se ha acentuado gracias a los modos de conducción. Tras el arranque, el modo COMFORT (por defecto) hace que esta berlina carezca del caracter deportivo que esperábamos de un Serie 3, pero por contra nos ofrece un tacto de la dirección muy suave y un confort de marcha altísimo.
La calidad de rodadura del Serie 3 ha mejorado notablemente y, al menos con unas llantas de 17” y neumáticos Run Flat (que no son especialmente cómodos), las suspensiones se muestran algo blandas aunque como veremos más adelante sin llegar a comprometer la estabilidad cuando buscamos una conducción más deportiva, y absorben muy correctamente las pequeñas irregularidades del terreno (baches) y las más grandes (resaltos, pasos de cebra elevados…). El aislamiento acústico también es realmente bueno y no se filtran ruidos indeseables en el habitáculo, ya sean mecánicos, aerodinámicos o del rozamiento del neumático, incluso cuando viajamos a velocidades superiores a los límites legales en España.
El modo ECO PRO está pensado por y para lograr el mínimo consumo. La primera diferencia notable con el resto de modos la apreciaremos en que para solicitar la misma potencia al motor tendremos que accionar el pedal del acelerador en un recorrido mayor. En menor medida también apreciaremos que el climatizador trabaja a un menor rendimiento, como también lo harán los retrovisores exteriores calefactados y la calefacción de los asientos.
En definitiva es un modo para conducir tranquilo y muy relajado, por ejemplo en cruceros en autopista a velocidades legales. El recorrido del pedal, entre su máxima y su mínima extensión sigue siendo el mismo, por lo que en el caso de que necesitemos una entrega instantánea de potencia (por ejemplo para un adelantamiento) lo conseguiremos pisando con más ímpetu el acelerador. Un detalle curioso de este modo ECO PRO lo tenemos en que el ordenador de a bordo nos indicará los kilómetros que estamos recorriendo “gratis”, es decir, los kilómetros que hemos podido recorrer con gasóleo ahorrado por las propias medidas impuestas por este modo (según BMW podemos ahorrar hasta un 20%).
Precisamente con este modo ECO PRO pude conseguir a 120 km/h de marcador (con la sexta marcha engranada el motor en llano trabaja sobre las 2.000 rpm a esta velocidad), terreno relativamente llano y compensado (ida y vuelta) y sin más pasajeros ni carga a bordo que un servidor, consumos inferiores a los 4 litros/100 kilómetros. El resultado siempre dependerá en gran medida de la carga, la orografía del terreno y nuestro tacto con el acelerador y anticipación a lo que suceda por delante de nosotros en la carretera, pero en cualquier caso consumos en 4 litros/100 kilómetros bajos o incluso inferiores, son muy realistas. A velocidades incluso mayores a los límites españoles (por encima de 140 km/h), los consumos siguen sin dispararse.
Ya hemos visto que su consumo es extraordinariamente bajo, para una berlina de su tamaño y potencia, pero apenas os hemos hablado de una de las características por las cuales destaca este BMW Serie 3, su dinamismo. En el modo SPORT las reacciones de la dirección y el acelerador son más directas y a diferencia de los modos ECO PRO y COMFORT, este sí te invita a conducir. Es el modo ideal para viajar por carreteras más reviradas y divertirnos, incluso con este motor de gasóleo, que no por ser diésel va a ser aburrido. Sus prestaciones son muy decentes puesto que hablamos de una velocidad punta de 235 km/h y una aceleración de 7,5 segundos en el 0 a 100 km/h y una décima menos para el automático.
Con el BMW Serie 3 es fácil ganar confianza, ya sea por lo bien que se sostiene la carrocería en las curvas o por el tacto de la dirección que te deja marcar perfectamente la trayectoria. Por eso mismo no resulta descabellado utilizar el modo SPORT+, que hace que el control de estabilidad DSC intervenga más tarde y se active un modo de control tracción dinámico denominado DTC. Si queremos ir más allá, incluso podemos desconectar por completo el DSC.
Ya ven que este BMW 320d Berlina es muy ahorrador, pero también potente y deportivo si jugamos con sus modos de conducción. Pero aún no hemos terminado. Durante estos días ya hemos podido probar también el nuevo BMW 320d Gran Turismo, así que aguarden a la siguiente prueba, en la que por fin os hablaremos de uno de los modelos recientes y peculiares de la gama BMW.
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