El pasado fin de semana tuvimos la ocasión de participar en el V Eco Rallye Vasco Navarro, un rally de regularidad celebrado por las carreteras del País Vasco, Navarra, Burgos y el circuito de Los Arcos. Dos días intensos subidos a un Ford Fiesta 1.0 Ecoboost de 125 CV con final feliz: mi compañero y yo obtuvimos el mejor consumo dentro de nuestra categoría, y el quinto puesto en regularidad.
Pero, ¿en qué consiste un rally de regularidad? ¿Qué hay que hacer para consumir 4,56 litros subiendo y bajando montañas y jugando contra el crono? Os lo explicamos paso a paso.
¿Qué es un rally de regularidad?
Debo admitir que hasta la semana pasada no sabía en qué consistía exactamente un rally de regularidad. De hecho, para ser sincero, debo admitir que hasta que corrimos tres etapas no acabé de entenderlo de todo, a pesar de leer mucha documentación al respecto. Pero trataré de explicarlo de forma fácil.
Imagina un punto, por ejemplo, una señal de entrada a un pueblo. Desde esa señal a la del pueblo siguiente hay, pongamos, 24,5 km. La organización establece una velocidad media, por ejemplo, 49,9 km/h. Entonces, desde una señal a otra debería llevarte exactamente media hora. Parece fácil, ¿no? Realmente lo es, pero con alguna salvedad:
Nuestra participación en el V Eco Rallye Vasco Navarro
El V Eco Rallye Vasco Navarro cuenta con varias categorías: vehículos eléctricos, híbridos, energía alternativa (ej. GLP) y energía fósil (EF), es decir, gasolina o diésel. Nosotros participamos invitados por Ford en esta categoría al volante de un Ford Fiesta 1.0 Ecoboost de 125 CV. Mi compañero de equipo fue Gerardo Jiménez, de Auto10, que tampoco había participado nunca en una prueba de estas características.
El viernes 31 llegamos a Vitoria a las 12 de la mañana. Aunque la prueba empezaba a las 16:00, el ritmo desde ese momento fue frenético. Lo primero que tuvimos que hacer fue llenar el depósito de nuestro coche en una gasolinera, utilizando gasolina 98. Después, ir a la gasolinera oficial para que comprobasen que estaba lleno (añadiendo algún litro más) y precintándolo.
– link gerardo y auto10
El siguiente paso fue entrar al “parque cerrado” (lugar de comienzo y fin del rally) y poner las pegatinas oficiales y también las nuestras. En este caso añadimos las de Tecmovia, la publicación hermana de Diariomotor centrada en la parte más tecnológica y eficiente de los coches.
Desde un primer momento nos aseguramos de que nada perjudicase al consumo. Para pegar el cartel del rally, utilizamos cinta americana que no dejase ninguna entrada de aire que pudiese hacer resistencia. Incluso tapamos las dobleces de la cinta americana con más cinta. Sí, éramos conscientes de que esa medida no tendría una repercusión real en el resultado, pero se trataba de pasárselo bien “tuneando” el coche.
El Fiesta calzaba unos neumáticos Continental ContipremiumContact 2 con medida 195/45 R16. ¿Los más adecuados para un rally ecológico? La verdad es que no, pero ese perfil bajo le quedaba genial al Fiesta, y nos vino bien para tener agarre en las carreteras de montaña.
Comenzamos el rally que consistía de 15 tramos cronometrados divididos en dos días. Entre los tramos cronometrados había tramos de enlace, es decir, desde el fin de un tramo hasta el comienzo de otro. En esos tramos la velocidad media no importaba, pero sí llegar a tiempo para el siguiente. Normalmente, a pesar de cuidar el consumo al máximo, llegábamos con cuatro o cinco minutos de margen suficientes para estirar las piernas, hacer un cambio de conductor y reponer fuerzas.
Gracias a la experiencia de Gerardo en rutas 4×4, seguir el rutómetro no fue un problema y apenas nos perdimos. Sólo nos equivocamos una vez, en la primera rotonda del primer tramo del sábado justo después de comer. Mi cerebro está programado para desconectarse los sábados después de la comida, y le indiqué a Gerardo la salida errónea de la rotonda. Aún así, no perdimos demasiado tiempo. Lo importante en estos casos (como siempre, en la carretera) es mantener la calma y actuar de forma racional.
A pesar de nuestra buena clasificación en los primeros tramos (sorprendente, teniendo en cuenta que todavía estábamos empezando a entender el rally), caímos de la cabeza al final de viernes. Entonces decidimos ir a por una única estrategia: ya que no íbamos a ganar regularidad pero sí estábamos haciendo un muy buen consumo, trataríamos de consumir lo mínimo posible.
Durante el sábado encontramos un tramo de montaña con desprendimientos de carretera, el típico en el que queda un sólo carril y se pone un semáforo. Pues bien, nos encontramos con los dos semáforos en rojo. Otros equipos se encontraron sólo uno en rojo o incluso los dos en verde. En ese tramo, como se puede ver en el gráfico, nuestra penalización subió en 500 puntos, lo cual nos relegó a la quinta posición.
Después de 576 kilómetros por carreteras de montaña y secundarias, Gerardo y yo llegamos a la gasolinera que significaba el final del rally y en el que se mediría el consumo. Nos dimos un abrazo y nos dimos cuenta de que ya habíamos ganado: nos lo habíamos pasado tan bien en el fin de semana que la posición en la que quedásemos era lo de menos. ¡No pensamos que nos podríamos divertir tanto!
Y finalmente, el repostaje final. Nos confirmaron que habíamos sido los que menos habíamos consumido dentro de los Ford Fiesta, ya que participaban otros cuatro Fiesta iguales que el nuestro. Después, la organización confirmó que, con el consumo ponderado, habíamos sido los que menor consumo habíamos tenido en la categoría EF. Por desgracia este año el premio a la eficiencia estaba ponderado por el resultado en regularidad, así que lo ganó el mismo que ganó regularidad (que era muy profesional como para poder batirlo, aunque suene a excusa).
El resultado fue nuestro quinto puesto absoluto en regularidad y el mejor consumo. Durante todo el fin de semana consumimos aproximadamente 26,9 litros. Pero en este momento debemos admitir que nuestra victoria estuvo condicionada por un factor: Miguel Tineo (Autofácil) y Javier Llorente (Altagama) llevaban un mejor consumo que nosotros, pero uno de ellos se mareó en el último tramo (es difícil ir leyendo tablas de tiempos y el rutómetro en carreteras de montaña). Eso les hizo perder tiempo y tener que sacrificar el consumo, si no, posiblemente, hubiesen ganado ellos. Así que como mínimo debemos reconocerles el mérito. También a Emilio Salmoral (Auto Bild) y Javier Arenas (Auto Sport Hebdo), que quedaron segundos en regularidad, lo cual tiene posiblemente mucho más mérito que ganar en consumo.
Una experiencia muy recomendable para cualquiera. Ya cuento las horas para participar en el siguiente.
En Diariomotor: Nuestras experiencias en las 24 horas Ford