Un año más Toyota nos presenta un coche de juguete. Un automóvil desmontable para disfrutar, primero montándolo, y a continuación conduciéndolo en familia. Por desgracia no es más que un prototipo para exhibir en el Salón del juguete de Tokio de 2013. Y digo por desgracia porque sinceramente la idea de un diminuto buggy con el que pasártelo bien dando un paseo al aire libre y además enseñar a los pequeños a apasionarse por el mundo de las cuatro ruedas, me parece como mínimo brillante.
A diferencia del Toyota Camette presentado hace un año, el Camatte57s es un roadster sin puertas con 3 metros de longitud y tres plazas dispuestas en 1+2. Está perfectamente pensado por lo tanto para ajustar su asiento delantero y sus pedales para que un niño pueda conducirlo con la supervisión de sus padres detrás. Además desde el lado derecho el progenitor podría alcanzar el volante y los pedales para tomar el mando si fuera necesario.
Tan interesante como su capacidad para conducirlo en familia, su concepción en modulos adosados a una estructura tubular. El Camatte57s está compuesto de 57 piezas desmontables como si de un gigantesco puzzle se tratase. Toyota quería lograr que los padres y sus hijos disfrutasen montándolo y que también pudieran personalizarlo en cualquier momento y cambiar el aspecto de su carrocería, desde un original cabrio con los pasos de rueda fuera de la carrocería y faros flotantes, hasta un buen deportivo con franjas rojas y los tonos tradicionales de Gazoo Racing.
El Camatte57s cuenta con un motor eléctrico trasero, que imaginamos permitirá dar pequeños paseos a baja velocidad y con cierta seguridad.
De momento nada apunta a que este juguete vaya a comercializarse y mucho menos por estas latitudes. Podemos imaginarnos que si se comercializase un producto así, en cualquier caso, sería bastante caro para ser un juguete y poco práctico para utilizarlo de verdad como un automóvil.
Fuente: Toyota
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