No exagerábamos nada cuando decíamos que el Alfa 4C merece hasta el último de los 60.000 euros que tendrás que pagar por él. Sabemos que las comparaciones serán odiosas, que por su precio y prestaciones seguirá comparándose con otros biplazas como el Porsche Cayman. Pero la realidad es que este Alfa 4C jugará en otra liga, la de los ultraligeros y como muestra tenemos su proceso de fabricación. El 4C se ensamblará, por cierto, en Módena, en los talleres de Maserati y ya sabemos que pesará sobre la báscula 895 kilogramos.
La mayoría de los deportivos por debajo de los 100.000 euros e incluso aquellos que son bastante más caros se fabrican en largas líneas de producción en cadena. Desde las prensas de acero iniciales hasta el proceso de revestimientos exteriores e interiores y pintura, el coche va pasando por numerosas etapas hasta el momento final en que se enciende y prueba el motor. Pero el caso del Alfa 4C es completamente diferente, como veremos en los siguientes vídeos e imágenes.
El proceso guarda muchas similitudes con el ensamblado de un superdeportivo como el Lamborghini Aventador y esa es la razón por la cual tendrá este precio y apenas se podrán producir 3.500 unidades al año, de las que solo 1.000 llegarán a Europa. Incluso si la demanda fuese mucho más alta que la prevista, Alfa Romeo no sería capaz de satisfacer las solicitudes por las dificultades técnicas que entraña su producción.
El mayor escollo a salvar en su producción: el monocasco de fibra de carbono
[video_adspot]https://www.youtube.com/watch?v=BrswMIjpSy8[/video_adspot]
La clave más destacada del Alfa 4C y la mayor complejidad en su construcción, es su chasis monocasco de fibra de carbono. Alfa Romeo ha recurrido a la compañía Adler Plastic para proceder a la producción de este monocasco y lograr el hito de superar con creces las mil piezas al año, algo bastante complicado incluso para compañías como McLaren o Lamborghini. El monocasco se “cocina” en una bolsa de vacío dentro de un autoclave, una máquina de gran tamaño que polimeriza los componentes y fusiona las láminas de fibra de carbono gracias a su capacidad para someter a las piezas a elevadas presiones y temperaturas.
Para la mayoría de los refuerzos y la jaula que da consistencia al techo, no se ha podido prescindir del aluminio. Aún así la mayor parte de la carrocería también ha sido “cocinada” en un compuesto plástico de baja densidad, que ni se abolla con tanta facilidad ni pesa tanto como el aluminio o el acero.
El proceso de ensamblado final se lleva a cabo en los denominados Talleres 4C de la fábrica de Maserati en Módena. El área de estructura y carrocería el monocasco se une a los bastidores y los travesaños y se cierra la célula de seguridad con el marco del parabrisas y el techo. Si esta carrocería fuera seleccionada, pasaría por la sala de metrología que analiza 400 parámetros de algunos de los coches fabricados para asegurarse que no ha superado una mínima tolerancia a errores.
Con una carrocería “en blanco”, el coche se traslada fuera de las instalaciones de Maserati para el proceso de pintura, desmontando todos los paneles que también deben desmontarse para ensamblar los elementos interiores. Es decir, la carrocería del Alfa 4C es una especie de juego de manualidades que se monta desmonta varias veces antes de proceder a su entrega final.
Si os habéis quedado con ganas de más, lo mejor es comparar y razonar por qué los 60.000 euros que cuesta un Alfa 4C no son ninguna locura. Os recomiendo ver el siguiente vídeo sobre el proceso de fabricación de un Porsche 911 (muy similar al de un Cayman o un Boxster).
Fuente: Alfa Romeo
En Diariomotor: 5 razones por las que el Alfa 4C es un deportivo único