Llega el 4 de julio, y los Estados Unidos de América celebran en esta ocasión el 237 aniversario de su declaración de independencia del Imperio Británico. En Diariomotor no vamos a entrar en la historia de los Estados Unidos, pero ya que somos apasionados de los coches, no podemos dejar de celebrar esta fecha. No obstante, para nosotros es un homenaje al vehículo americano, del que un servidor es ciertamente admirador. A nivel de calle, las celebraciones del 4 de julio incluyen barbacoas y fuegos artificiales, además de una clara exaltación de los valores nacionales.
Lo que hemos querido hacer este año en Diariomotor es hacer un homenaje a los 5 vehículos que creemos que más representan la esencia estadounidense. Quizá son las películas de Hollywood, quizá es la cultura pop o quizá son los anuncios de televisión, pero hay una serie de vehículos que es imposible disociar con la esencia estadounidense. No va a ser un artículo objetivo ni exhaustivo, simplemente queremos aprovechar la fecha para hablaros de los coches que consideramos más “americanos”. Abróchense los cinturones, y disfruten.
2014 Ram 3500 Heavy Duty
Posiblemente nada represente más el espíritu americano – sí, vamos a dejarnos llevar por los estereotipos – que conducir una gigantesca Ram 3500 Heavy-Duty, con su eje trasero dually y unas dimensiones titánicas: 6,34 metros de largo y un peso de casi cuatro toneladas. Con ella, podremos ir al lago, arrastrando una lancha y con la caja cargada de material para una barbacoa. Además, si optamos por versiones de cabina extendida podremos llevar a cinco amigos, rodeados de lujo y confort. A mí la verdad es que me parecería un plan inmejorable para el 4 de julio y es debidamente patriótico, ¿verdad?.
Hablando solamente del vehículo, las versiones más potentes y capaces montan un monstruoso motor 6.7 turbodiésel fabricado por Cummins, capaz de desarrollar 385 CV de potencia y un par máximo de 1.150 Nm. Su par motor hace palidecer a algunos camiones pequeños. Con semejante fuerza, no me extraña que sea capaz de arrastrar 13,6 toneladas (con el enganche adecuado, hablamos de nada menos que dos tractores o un barco grande). Es la pick-up full-size más capaz del momento y curiosamente, una de las pocas que aún ofrece sus motores más potentes con cambio manual.
1969 Ford Mustang Boss 429
Esta lista no podría estar completa sin un muscle car, de hecho este artículo habría sido completamente inútil y desacertado. Por ello, doy el puesto de honor a uno de los muscle car más icónicos de la historia, el Ford Mustang Boss 429. No sólo el Ford Mustang es asociado directamente con Estados Unidos y la cultura del automóvil, es un icono que trasciende fronteras y es globalmente reconocido. Este pony car ha sido el sueño de muchos jóvenes y no tan jóvenes desde su lanzamiento, y aún hoy su legión de seguidores parece no tener fin.
La versión Boss 429 se trata de una de las más yankees que existen. Sólamente 859 unidades fueron producidos, y formaron parte de un requisito de homologación para la NASCAR. Sólo le faltaba traer de serie un dispensador de tartas de manzana y un bate de béisbol. Su motor era un grandioso V8 de 429 pulgadas cúbicas (7.2 litros), derivado directamente de la competición, con una potencia declarada de 375 CV. Su potencia real superaba los 500 CV, pero Ford no quiso asustar a las aseguradoras más de la cuenta. Todo un lobo con piel de lobo.
1955 Cadillac Eldorado
El coche de Elvis Presley, uno de los pocos clásicos americanos que aún se pueden ver en las calles de La Habana, el sueño americano sobre ruedas. Quizá esa sea su mejor descripción, un símbolo de estátus que impulsó a miles de americanos al modelo de vida aspiracional que aún hoy en día se asocia a Estados Unidos. Lanzado en 1953 y producido de manera ininterrumpida hasta 2002, son los modelos lanzados durante los años 50 los más bonitos, absurdamente lujosos y absurdamente gigantescos.
En concreto, mi opinión es que los modelos vendidos entre 1954 y 1956 fueron los más icónicos. No tenemos más que ver su recargado diseño, forma sobre función en estado puro. El Eldorado sentó cánones de diseño para la época que aún hoy en día son recordados con añoranza. Mirad a las colas traseras y sus enormes aletas, la profusión de cromados hasta donde la vista alcanza, la comodidad absoluta. Si fuese americano, nada haría sentirme más orgulloso que conducir uno de estos yates de carretera por Sunset Boulevard… (dejadme soñar).
1970 Corvette Convertible
Si pensamos en Estados Unidos y automóvil una de las palabras que más rápido viene a nuestra cabeza es Corvette. Icono del automóvil americano con mayúsculas y una de las sagas más longevas de la industria, con 60 años a sus espaldas. En mi opinión, el modelo que más esencia americana encierra en su interior es el Corvette C3. Se produjo entre 1968 y 1982, 14 años en los que su popularidad jamás decreció. Durante toda la época adornó miles de paredes en dormitorios de niños y adolescentes, que esperaban poder conducir uno algún día.
Su diseño es reconocido como uno de los más influyentes en la industria. Su perfil lateral se diseño con una botella de Coca Cola como inspiración, por lo que podemos considerarlo aún más estadounidense que la Estatua de la Libertad. Se mire por donde se mire, es puro sexo sobre ruedas. Si tengo que quedarme con un modelo en concreto, que sea un Corvette Convertible de antes de la crisis del petróleo, cuando aún nadie se preocupaba por las emisiones contaminantes o el consumo de gasolina, una época en la que la potencia era tan barata como el petróleo.
1996 Dodge Viper GTS
Hay algo en la mentalidad estadounidense, destellos de genialidad de orígenes a veces de lo más humildes o insospechados. Es la historia del Dodge Viper. Dodge quiso construir un superdeportivo con prestaciones dignas de un Ferrari, pero a una fracción de su coste. Así que un grupo de ingenieros junto una carrocería de fibra de vidrio, un motor de camión y un chasis deportivo, dando lugar a una de las sagas de superdeportivas más famosas de la historia. No es refinado, es adicto a la bebida y es rudo hasta decir basta… pero es rápido. Muy rápido.
El diseño bruto del Dodge Viper es pura esencia estadounidense, lejos del refinamiento y el fino trabajo aerodinámico europeo. Si pienso en un Dodge Viper me viene irremediablemente a la cabeza la imagen de un Viper GTS del 96, con carrocería coupé y su característica pintura de color azul, con rayas blancas longitudinales. El hecho de tener un motor V10 con más de 8 litros de cilindrada no ayuda a reducir su planteamiento agresivo y rudo. El modelo de 1996 tenía una potencia de unos 450 CV, suficiente para hacer el 0 a 96 km/h en sólo 4 segundos.
Preparad la salsa barbacoa, las costillas de cerdo y los fuegos artificiales, ¡vámonos al parque a celebrar el automóvil estadounidense en el 4 de julio!
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