Australia es un gran país en términos automovilísticos, es uno de los pocos que ha logrado mantener un estátus de productor independiente durante su historia, impresionante teniendo en cuenta que apenas hablamos de 30 millones de habitantes. De Australia han salido los Holden Commodore, los Ford Falcon y los turismos pick-up más radicales de la historia. Muscle car modernos con un toque especial, picante y desmelenado. Y la competencia en berlinas deportivas a la vieja usanza se está incrementando, por lo que Chrysler ha decidido abrir un frente.
En estos momentos, Australia tiene el impresionante Holden Commodore HSV, con un motor de 576 CV, un GM LSA V8 sobrealimentado de seis litros como rey de los deportivos. No obstante, la verdadera competencia se bate en duelo en el rango 400-500 CV, con los Holden Commodore HSV Clubsport R8 y los Ford Falcon GT RSPEC Boss 355. Chrysler entra al trapo con el 300 SRT8 Core Edition. Core Edition quiere decir que es una máquina prestacional sin lujos y sin florituras, a un precio más asequible y con potencia de sobra, algo que debería poner en alerta a Ford y Holden.
En otros mercados el SRT 300 SRT8 se vende con toda suerte de lujos y ayudas a la conducción: asientos de cuero ventilados y calefactados, asistente de vehículo en punto muerto, control de crucero adaptativo, navegador, suspensión adaptativa electrónica… Nada de eso encontraremos en el 300 SRT8 Core Edition. De serie tendremos amortiguadores convencionales, asientos deportivos tapizados en tela, volante de cuero, sistema Uconnect con pantalla de 8,4 pulgadas, climatizador… y poco más.
Nada de cuero, nada de controles de crucero y no más ayudas a la conducción que el control de estabilidad. Lo que no cambia es el monstruo que vive bajo su capó, un enorme motor 6.4 V8 HEMI con una potencia de 470 CV. Tampoco decimos adiós al diferencial autoblocante firmado por Getrag o el sistema de monitorización prestacional de a bordo, que nos indica valores de aceleración, fuerzas G, etc. A la venta con caja de cambios automática, acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y reduce su precio en más de 10.000 AUD con respecto a un 300 SRT8 convencional.
Su precio final es de sólamente 56.000 dólares australianos: 39.850€ a los actuales tipos de cambio, por una berlina deportiva americana con 470 CV. El precio es tan bueno que hablamos de 20.000 AUD menos que un Ford Falcon GT RSPEC Boss 355 de 455 CV – motor 5.0 V8 Supercharged – y un precio aún inferior a los 67.600 AUD de un Holden Commodore HSV ClubSport R8, con unas prestaciones similares, ya que su 6.0 V8 desarrolla 442 CV de potencia. ¿Veremos una nueva guerra de muscle cars en Australia? Así lo espero…
Fuente: Autoevolution | Chrysler Australia
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