El futuro para los amantes del vehículo deportivo y el coche clásico es incierto. Pero no hay que ser muy pesimista para imaginar que el reto medioambiental y de movilidad al que se enfrentan nuestras ciudades acabará haciendo que el hecho de utilizar para el día a día un clásico o un deportivo sea directamente inviable. Cuotas altísimas, prohibición del acceso a la urbe, el ejemplo más claro lo tenemos en el “peaje” y las tasas que se están pagando en Londres. ¿Tendré que comprarme un eléctrico o un híbrido para acceder en el futuro al centro de la ciudad?
Durante estos días tuve ocasión de probar el servicio de car sharing en Madrid de HelloByeCars, mi experiencia ya os la conté en Tecmovia. Durante apenas unas horas pude moverme con un Renault Twizy alquilado por horas, aparcar en zonas reservadas para residentes, acceder sin que me multasen a las Áreas de Prioridad Residencial e incluso recargar gratis las baterías en un punto del Plan Movele. ¿Y por qué tantas ventajas? Existen estudios que cada coche compartido puede remplazar al menos 15 vehículos privados.
Por fin lo veo claro. La idea de un coche pasional y un segundo o tercer coche para el día a día tal vez no tenga tanto sentido si un servicio de coche compartido resuelve esta necesidad, por no hablar del ahorro de costes que podría suponer (adquisición, seguros, averías, mantenimiento, combustible). Pero este es únicamente uno de los muchos casos de uso posibles para un sistema de car sharing y en general solo aplicable a un reducido número de conductores con unas necesidades puntuales y muy concretas.
Para la prueba elegí un Renault Twizy porque mi objetivo era precisamente el de probar la utilidad del car sharing cuando de lo que se trata es de conseguir un medio de transporte rápido, cómodo y asequible para movernos por la ciudad. Con un coste de apenas tres euros la hora, el alquiler del Twizy no es más caro que la tarifa que se paga por hora en cualquier parking del centro de Madrid y el Twizy tiene la gran ventaja de poder aparcarse en sitios realmente estrechos en los que jamás podríamos aparcar cualquier otro coche y entre las ventajas del compartido, no tendremos que pagar los parquímetros.
La gente de HelloByeCars nos contaba también que muchos clientes optan por uno de sus modelos de gama alta, el Volvo XC90, para sus escapadas a la montaña para esquiar. El ahorro con respecto a un alquiler por días convencional puede llegar a ser importante y en ocasiones tan solo necesitamos el coche durante unas horas, no queremos pasar por todos los trámites que requiere un alquiler convencional (firmar documentos, fianzas) y queremos recoger y entregar el coche en un lugar determinado y a la hora que realmente se adapte a nuestros requisitos (este car sharing trabaja durante 24 horas).
La crisis ha roto con el concepto del primer, segundo y tercer coche que teníamos hasta la fecha. Los crossover urbanos están demostrando que cada vez más el cliente busca la máxima versatilidad en automóvil: que sea práctico en la ciudad, tenga un buen maletero y no gaste mucho. Pero ¿de verdad necesito un SUV o un coche de tracción total si apenas hago dos o tres escapadas al año a la nieve?
Tal vez os hable con la fe del converso. Un servidor ha pasado de prácticamente desconocer la mecánica de un sistema de car sharing a descubrir que existe todo un mundo de posibilidades a su alrededor, incluso que de haberlo conocido antes me hubiera podido ahorrar un dinero en taxis y alquileres de coches. Pero en fin, prometemos que seguiremos probando este y otros servicios de car sharing y os hablaremos de ello, aquí y en nuestro lado más tecnológico y preocupado por la movilidad, Tecmovia.
En Diariomotor: HelloByeCars: probamos el “car sharing” en Madrid con un Renault Twizy
