Se cumplen 150 años del nacimiento de un visionario, Henry Ford. El hombre que revolucionó el transporte terrestre y la industria de los Estados Unidos y uno de los verdaderos padres del automóvil. Hace un siglo Ford no solo había conseguido una metodología de producción de automóviles eficiente y sostenible, sino también lograr que el producto se popularizase entre las clases medias, que los mismos trabajadores que ensamblaban el Ford T en Michigan pudieran comprárselo.
Y aunque la historia reconozca a Henry Ford como el verdadero artífice de la cadena de montaje, mérito que probablemente no le correspondía, la vehemencia de Ford le llevó a lograr lo que nunca antes nadie había conseguido, que de las doce horas y media que tardaba en producirse un Ford T se lograse reducir los tiempos de producción a escasos 90 minutos. Así las cosas Ford no solo había logrado implementar un sistema eficiente de producción sino también un producto asequible. Esa era precisamente la clave de la expansión de su imperio y, por supuesto, del nacimiento de la industria del automóvil.
Tal ha sido la influencia de Henry Ford en la industria y la economía mundial que allá por los años 30 se llegó a acuñar el término del Fordismo, muy mencionado – aunque no exclusivamente – en la tradición marxista como el paradigma del capitalismo para ensamblar bienes de consumo lujosos (porque el automóvil era un lujo en aquella época), pero suficientemente estandarizados como para que sus trabajadores pudieran permitirse la compra. Los trabajadores de las fábricas de Ford, por cierto, duplicaron su sueldo y redujeron su jornada laboral en 1914, lo que les convertía en perfectos candidatos a la adquisición de un Ford T.
El éxito del Ford T hizo que Henry fuera el ejemplo a seguir por todos los industriales de la época. Este modelo había logrado un ritmo de producción y ventas espectacular en el orden de los cientos de miles de coches al año y pronto llegarían a la unidad número diez millones y también a la quince millones. Hasta los años 70, con el Volkswagen Beetle, el Ford T seguiría ostentando el trono del automóvil más fabricado de la historia.
Ford T: el primer coche global, probablemente el más global de la historia
El Ford T también fue el primer coche global, sin lugar a dudas el más global de cuantos hayan existido. La proyección internacional de este modelo fue tal, que uno de cada dos coches que rodaban por el mundo eran un Ford T. Henry también se preocupó por diversificar la producción y no solo extendió sus factorías en Estados Unidos sino que también propició la instalación de fábricas en Reino Unido, Alemania, Irlanda, Australia, Brasil, Argentina…
Henry Ford también se encargó de que no solo la propiedad, sino también la supervisión, operación y coordinación del negocio estuviera en sus manos. Hoy en día, aunque de una forma muy diferente, su bisnieto sigue en la dirección de Ford.
A partir de hoy el 30 de julio en el Estado de Michigan será recordado como el Día de Henry Ford.
Fuente: Ford
En Tecmovia: Del Ford T al Bugatti Veyron: un paseo por la historia de las cadenas de montaje