Puede que no hayáis escuchado hablar de Wartburg. Fue una de las empresas de fabricación de automóviles presentes en la República Democrática de Alemania, la parte de Alemania que estuvo bajo la influencia soviética hasta 1989. Wartburg – también conocida como VEB Automobilwerk Eisenach – fue creada con las instalaciones de BMW que quedaron en terreno soviético tras la Segunda Guerra Mundial. Su producto estrella fue sin duda alguna el Wartburg 353, una pequeña berlina dotada de un potente motor de dos tiempos, tres cilindros y un litro de cilindrada.
Su potencia era de unos 56 CV, pero era capaz de mover al pequeño utilitario hasta a 155 km/h, haciendo el 0 a 100 km/h en sólo 12 segundos. Se fabricaron más de un millón de unidades entre 1966 y 1991. Aún siendo un coche muy básico y asequible, su motor era muy fiable y cuentan que apenas tenía siete partes móviles, por lo que su mantenimiento era irrisorio. En 1988 se lanzó el Wartburg 1.3 New Line con un motor Volkswagen 1.3 con 64 CV. Su versión New Line era nada menos que una preparación oficial de Irmscher.
El Wartburg 353 era muy apreciado por su dinámica y la facilidad para preparar el motor de dos tiempos, siendo un coche muy empleado en rallyes tras el “telón de acero”. El Wartburg 1.3 era básicamente el mismo coche con un motor diferente. Tras la caída del muro en 1989, Wartburg no podía competir con los coches de Alemania occidental y pronto se vió con un stock de coches que no podía vender. Para dar un empujón a las ventas Irmscher colaboró con Wartburg en el desarrollo de una versión ligeramente más deportiva.
Las modificaciones mecánicas se pueden contar con los dedos de una mano: poco más que una suspensión rebajada en 2,5 mm, y un escape más deportivo. La carrocería del Wartburg recibía unos paragolpes ligeramente modificados y una parte inferior para la carrocería pintada en color rojo. Las llantas eran de 14 pulgadas, con neumáticos “anchos” de medidas 185/65 H14. Un spoiler coronaba el portón trasero, aunque sólo los Trabant serían humillados por el Wartburg 1.3, bastante más lento que el Wartburg 353 de dos tiempos al que reemplazaba.
En el interior, nos encontrábamos con dos asientos Recaro – sí, auténticos Recaro – tapizados en la misma combinación de colores de la carrocería, rojo y negro. El volante era otro elemento deportivo, con cuatro palos. La potencia del 1.3 era así más manejable, o eso decía la publicidad. En su momento, se vendía por apenas 17.000 marcos alemanes, un precio muy inferior a su competencia. Con todo, en 1991 el estado alemán disolvió esta antigua empresa pública. Lo único que queda de Wartburg son rumores como futura marca low-cost de Opel.
Fuente: wartburgcars.de
En Diariomotor: Wartburg podría ser la marca low-cost de Opel