A rey muerto, rey puesto. Ya no quedan ni cien unidades de Bugatti Veyron Grand Sport y Veyron Vitesse por adjudicar a sus futuros propietarios. A estas alturas, todas las unidades del Veyron y el Super Sport con carrocería coupé – un total de trescientas – ya fueron asignadas. Aún quedan por delante aproximadamente dos años de producción en el taller de Molsheim, pero aún así Bugatti ya habla sin tapujos de su próximo superdeportivo, un modelo que si bien es cierto seguirá preservando ese halo de exclusividad del deportivo más rápido de la historia, probablemente desviará sus aspiraciones hacia otros menesteres.
¿Se ha cansado Bugatti de batir récords de velocidad? Probablemente. El ansia con que la resurgida Bugatti trabajó para superar los 400 km/h primero y más recientemente los 430 km/h, no ha agitado los ánimos de los grandes fabricantes de la industria del automóvil. No podríamos hablar de guerra tecnológica, para producir el coche más rápido del mundo, en tanto nadie ha recogido el guante de Bugatti. Sencillamente no tiene más contendientes que fabricantes con un volumen de producción muy bajo, marcas como Koenigsegg o Hennessey.
Tenemos por lo tanto razones fundadas para pensar que Bugatti buscará nuevos retos con su próximo deportivo, el Veyron no tendrá sucesor, o al menos de la forma que hemos entendido a este deportivo en los últimos años.
Continuamente nos llegan rumores que añaden esperanza, primero, y más tarde acaban con ella de un plumazo, acerca del lanzamiento de la berlina, el Bugatti Galibier. Pero lo cierto es que, independientemente de lo que suceda con esta superberlina, Bugatti seguirá entregada en la producción de superdeportivos y de hecho ya estaría trabajando en el desarrollo de este próximo modelo.
En una entrevista a Wolfgang Schreiber realizada por The Sydney Morning Herald, el mandamás de Bugatti dejaba entrever que la era de los récords de velocidad morirá con el propio Veyron. El nuevo Bugatti se enfocará en otros aspectos fundamentales de un superdeportivo, más allá de la velocidad punta, y el reto estará dirigido muy probablemente a demostrar su poderío en pista. ¿Acaso querrán arrasar en Nürburgring? ¿Cómo chocarán sus intereses con los de Porsche, que juega en casa en el Infierno Verde?
Para terminar un último dato. A veces hay quien recuerda que Bugatti “pierde” dinero con cada Veyron que se vende, lo cual es solo una media verdad. Evidentemente Bugatti no está vendiendo sus deportivos por debajo del “precio de coste”, es más, el beneficio obtenido por cada venta debe ser extraordinariamente alto, probablemente muy superior al de cualquier otro deportivo. Pero sí es cierto que Bugatti sigue sin ser una marca rentable para el Grupo Volkswagen, aunque según Schreiber la vía de la rentabilidad está cerca.
Fuente: The Sydney Morning Herald
En Diariomotor Altas Prestaciones: Historia, leyenda y pecado original – Bugatti Veyron