El Land Rover Defender es el más irreverente, pero también el más respetado de los todoterreno. En 65 años apenas ha cambiado respecto a aquellos Series I que se fraguaron tras la Segunda Gran Guerra. Desde entonces se han vendido cerca de dos millones de unidades de un todoterreno que conquistó el ámbito profesional, el agrícola y el industrial, y que por sus cualidades ha llegado a convertirse en coche de culto para aquellos que gustan de cubrirse hasta el techo de barro.
Es la crónica de una muerte anunciada. Las normativas de emisiones apenas dejan resquicio a posibles soluciones para perpetuar la estampa del Land Rover Defender, al menos como la conocíamos hasta la fecha. En estas seis décadas, la silueta del Defender evolucionó progresivamente con cambios menores, y otros de mayor calado. En 2015 cesará la comercialización del Defender actual para acoger un sustituto del que aún no sabemos nombre, ni tampoco en qué medida preservará el espíritu de su predecesor. Lo que sí podemos adelantaros es que Land Rover no se plantea otra cosa que no sea un sustituto desarrollado desde cero, su adaptación para lograr que las emisiones sean dignas de un todoterreno moderno es inviable.
¿Cómo será el sucesor del Land Rover Defender que conoceremos en 2015?
El futuro del Defender probablemente tenga una cara moderna, muy moderna, la misma que ya vimos hace unos años en el prototipo Land Rover DC100 Concept. Dentro de la sencillez que exige un todoterreno de su calibre, y también los honores y el culto que debe rendir a su predecesor, este modelo acogería nuevos rasgos que afiancen su visión del todoterreno del Siglo XXI, pero sobre todo se modernizará en todos los aspectos que no se aprecian a simple vista.
Land Rover optaría por un todoterreno con chasis y carrocería de aluminio, y como consecuencia de estos cambios, una construcción mucho más ligera y versátil, dado que podría aprovechar la plataforma del resto de modelos de la marca. Y aunque no nos cabe la menor duda de que Land Rover hará su mejor trabajo para preservar sus aptitudes campestres, el sucesor del Defender debería hacer gala de todo un despliegue tecnológico para vencer al CO2, lograr unas emisiones muy contenidas y consumos dignos.
De la sencillez del modelo original probablemente pasaremos a un todoterreno que bien podría comercializarse con motores eléctricos, híbridos o incluso híbridos enchufables con motor diésel. La naturaleza de su mecánica estará condicionada por el trabajo de campo para el que esté preparada cada versión. Land Rover ya ha estado trabajando en todas estas tecnologías que sabemos llegarán tarde o temprano a la calle. Aunque de momento tendremos que esperar como mínimo un año para saber si la hibridación y la electrificación será la solución del todoterreno más puro o únicamente la alternativa ideal para su gama premium y de lujo, la de los Range Rover.
Fuente: Autonews
En Diariomotor: Nuevos detalles de la renovación del Land Rover Defender