Como un niño pequeño con una rabieta, el Toyota Camry se ha hartado de ser una simple berlina generalista. Y se ha marchado de casa, fugándose a los talleres de Detroit Speed, donde se reunió con su amigo Parker Kliegerman. Kliegerman conduce en la NASCAR al primo de Zumosol de nuestro Camry, y es idolatrado por las masas. Nuestro protagonista se ha cansado, y ha decidido irse también de carreras. Parte de la competición Toyota DreamBuild, el Toyota Camry CamRally es el Camry que cogió su fusil y se fue de rallye.
Mirad a su aspecto y decidme que no os gusta. Es simplemente increíble la transformación que la berlina ha sufrido. Pasos de rueda ensanchados, suspensión rebajada y una decoración exterior inspirada en el Camry que corre en las NASCAR Series. Los colores intensos juegan al escondite con el blanco, en una combinación idónea para resaltar la deportividad. Los faros han sido enmascarados en color amarillo, y en la calandra se han montado cuatro faros de alta intensidad para las etapas nocturnas.
Ambiente de competición y sorpresas bajo el capó
Las llantas son unas Formula 43 de 18 pulgadas de diámetro, calzadas con semi-slicks de asfalto BFGoodrich G-Force Rival, aunque también puede montar neumáticos de gravilla. Los paragolpes han sido modificados con fibra de carbono, la zaga muestra un orgulloso difusor y sobre el portón del maletero hay un enorme spoiler. Si echamos un vistazo al interior del coche nos preguntaremos dónde están los asientos. Han desaparecido, y en su lugar sólo hay dos bacquéts Sparco, mucha chapa desnuda y una jaula antivuelco.
La instrumentación tradicional se reemplaza por relojes de competición, montados sobre un espartano salpicadero de fibra de carbono. La verdadera fiesta empieza cuando se enciende el motor. De serie, se ha partido de un Camry con motor 3.5 V6 de 268 CV, que no es lento de por sí. Detroit Speed le ha instalado un turbocompresor Turbonetics de dimensiones generosas. Su potencia final es desconocida, pero posiblemente ronde los 400 CV, una cifra con la que este CamRally se convierte en una máquina muy seria.
No obstante, el Camry sigue siendo de tracción delantera y su caja de cambios sigue siendo la automática de seis relaciones con la que salió de fábrica. Por tanto, habrá algunas limitaciones en dicho aspecto. A pesar de ser mucho más ligero y tener un tren de rodaje de competición, 400 CV a través del eje delantero y una caja automática de convertidor de par no son una combinación óptima. Aún así, será capaz de dar más de un susto a vehículos que piensan que es un Camry más, eso os lo aseguro.
Y nos parece una preparación impresionante.
Fuente: Toyota
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