Hemos tenido ocasión de asistir al “XXII Congreso Nacional de la distribución de la automoción”, más conocido como Congreso Faconauto, en el que los concesionarios se reúnen anualmente para velar armas antes de salir a luchar con el nuevo ejercicio. Este año el lema era “Construyendo el futuro: innovación, competitividad y rentabilidad”.
No hace falta decir que la crisis del sector ha sido formidable y tampoco que se ha dejado por el camino a casi el 20% de los concesionarios de España (y a los demás los ha dejado tiritando). Era lógico, por tanto, que la reunión girase en torno a la tan ansiada recuperación. Bienaventurados los que están en el fondo del pozo, porque de allí en adelante sólo cabe ir mejorando, que diría Serrat.
Faconauto espera cerrar 2013 con 715.000 matriculaciones (un mínimo incremento con respecto a 2012) y llegar en 2014 a las 800.000 en un mercado natural de 1,2 millones que nos corresponderían por PIB y población. ¿Cómo piensan hacerlo?
La DGT al rescate
Tras la introducción de su Presidente, Jaume Roura, los primeros en intervenir fueron los representantes de la DGT, que explicaron a los allí presentes sus planes para simplificar los procesos de compra-venta de automóviles eliminando el papel en las transacciones. También desvelaron sus planes para dominar el mundo a través de las placas de matrícula.
Matriculación electrónica, registro electrónico de talleres, soporte electrónico para la ficha técnica de cada vehículo, que incluirá sus datos técnicos, medidas de seguridad incorporadas, hoja de rescate, historial de revisiones, averías, accidentes… todo ello controlado electrónicamente y asociado a bastidor y matrícula.
Todas estas novedades, proyectadas para los próximos años, nos darían una completa trazabilidad de la vida y milagros del coche, con un mínimo margen para el fraude. De ser real (y todo apunta a que es sólo cuestión de tiempo) el mercado de segunda mano se convertiría en un mercado de información casi perfecta.
Como medidas anticrisis, la DGT apuesta por las medidas en favor de la seguridad en lo que llaman “Plan de movilidad segura y sostenible”. Las estadísticas de la DGT dicen que un accidente en un coche mayor de 7 años duplica las posibilidades de fallecimiento, mientras que si es mayor de 14 años, las probabilidades se triplican. Renovación del parque móvil equivale a incremento de la seguridad: renovemos el parque móvil, pues.
Aparte de facilitar electrónicamente todas las transacciones, la DGT se comprometió a enviar una carta informativa a todos los propietarios de coches mayores de 10 años que ya es la mitad del parque móvil de nuestro país. La velocidad interviene en el 17% de los accidentes, seguida de la falta de medidas de seguridad en el coche (15%). Los conductores de esos vehículos deberían saberlo y la DGT se encargará de que así sea.
Se plantean también la reducción al mínimo de burocracia para dar de baja vehículos mayores de 15 años, muchos de los cuales ya ni existen realmente. En definitiva, facilitar e impulsar la sustitución de coches viejos por coches nuevos, lo que redundaría en el tan ansiado incremento de las ventas.
Objetivo primordial: insulfar ánimo a las tropas
Como continuación de la primera jornada, el empresario y aventurero Albert Bosch fue el encargado de relatar su experiencia alcanzando el polo sur en solitario (además de otras hazañas que resultarían totalmente increíbles de no estar documentadas y grabadas en vídeo) como ejemplo de superación de la dificultad y logro de metas a pesar de las barreras que siempre se interponen.
Habló de gestión del riesgo, de cómo se extirpó el apéndice antes de su expedición al polo sur, para prevenir la remota posibilidad de morir de apendicitis durante el viaje. Puso sobre la mesa multitud de ejemplos acerca de la asunción y control del cambio y del riesgo, bajo el lema “La pasión por el objetivo”.
Supongo que las cosas están mal, pero llevar a un explorador de este nivel para lanzar el mensaje de que todo es posible pudo parecer algo excesivo. Eso sí, la comparación estaba clara: objetivos, incertidumbre, riesgos, la aventura de vivir y el reto de gestionar el cambio.
El presidente de la CEOE, Joan Rosell, fue el encargado de cerrar la mañana, aportando cifras, reconocimientos y peticiones al gobierno en apoyo de un sector que genera nada menos que 130.000 puestos de trabajo en nuestro país, una auténtica barbaridad.
Mesa redonda con la flor y nata de los fabricantes
Cuando Faconauto reúne a los fabricantes para dialogar, no se conforma con poco. En la tarde de la primera jornada pudimos ver a Ricardo Gondo, Director General Renault España, Jacques Pieraerts, presidente y CEO de Toyota España, Rafael Prieto, CEO Peugeot España y Portugal, Francisco Pérez Botello, director general Volkswagen, Mikel Palomeras, director general Seat y José María Galofré, consejero delegado de Volvo, moderados por Gerardo Pérez, vicepresidente de Faconauto. Ahí es nada.
Todos aportaron su visión de la situación, en un tono bastante más autocrítico de lo que tal vez se podía esperar, aunque en realidad eran casi todas críticas a la propia red de concesionarios, que no está exactamente bajo su dirección aunque sí condenados a entenderse con ellos.
Podemos decir que pusieron el dedo en la llaga de la competitividad, concretamente en el florecimiento de talleres independientes al calor de los errores históricos de los concesionarios. Así de claro. El cliente ha de mantener su confianza en los talleres oficiales, tanto en servicio como en transparencia con el precio y si no, se irá a otro sitio a que le cambien el aceite. Pues eso.
Todos coincidían en los puntos esenciales: hemos tocado fondo, esperan rentabilidades positivas en 2014 y casi todos afirmaron que también en 2013, aunque sonó un poco a “si tú no reconoces que tu red pierde, yo tampoco”. Todas las marcas sitúan la rentabilidad objetivo de la red de distribución entre el 1,5% y el 2% sobre ventas, y el fondo del mercado en 2012 – 2013.
Se supone que lo peor ya ha pasado, así que también manejaron cifras de expectativas para el año que viene, que oscilaban entre los 750.000 y los 900.000 vehículos matriculados en España, según las diferentes opiniones. Crecimiento, en todo caso, con respecto a este año.
Optimismo y modernización para la segunda jornada
Las previsiones de mercado hasta 2015, siempre crecientes, sirvieron de desayuno para la segunda jornada. Faconauto habla de 800.000 vehículos vendidos para 2014, aunque dependen fuertemente de la continuidad de las ayudas gubernamentales.
La posventa ocupó el siguiente lugar, de la mano de José Luis Gata, de Audatex, que presentó infinidad de datos y previsiones de un parque móvil en franco envejecimiento y sus consecuencias en el negocio de posventa. Un apunte muy interesante fue la necesidad de hacer más baratos los recambios para vehículos más antiguos, como fórmula para fidelizar al cliente con el concesionario y con el recambio original.
Juan Merodio se encargó de actualizar a los asistentes en la forma de hacer negocios a través de las redes sociales, un medio bastante ajeno a los concesionarios de coches en España y que probablemente no debería serlo. En una intensísima conferencia repleta de información y ejemplos útiles, Merodio expuso un escaparate de “lo que nos estamos perdiendo” si no atendemos a los canales online, así como sus infinitas posibilidades.
El gurú del optimismo, Emilio Duró, fue el encargado de poner la nota de show explicando el funcionamiento de una actitud positiva a partir de nuestras propias miserias humanas. Los valores de la vida, el pilar de la familia y la importancia relativa de las cosas son sus argumentos para poner las pilas a todo el que le escucha. A juzgar por la ovación final, el puñado de verdades que lanzó en plena cara a la audiencia gustó, y mucho, e hizo reflexionar a más de uno.
Secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, fue el encargado de cerrar el congreso con un torrente de cifras positivas e indicadores de cambio de tendencia que traía en su portfolio desde el Ministerio. Oficialmente, la crisis ha terminado, aunque la realidad es que sólo la creación de empleo hará que ese mensaje político llegue a calar en la sociedad. Nos dejó con una mezcla de esperanza y escepticismo.
Conclusiones
A modo de resumen, podemos decir que el congreso sirvió para intentar espantar el fantasma de la crisis, al tiempo que ponía sobre la mesa datos y herramientas para gestionar la situación presente y futura de los concesionarios, con conferencias y talleres específicos de formación.
Visto desde fuera, creo que el planteamiento fue impecable, los contenidos los adecuados y los ponentes estuvieron al máximo nivel. Dicho esto, veo en los concesionarios a un sector muy difícil de dinamizar y modernizar (con excepciones) y que no tiene muy claro qué hacer con las actuales tecnologías ni acaba de creer del todo en ellas.
Parece que ven al taller independiente como quien ve al diablo, muchas veces sin darse cuenta de que cubren aquello que el taller oficial deja escapar y, por tanto, que tienen mucho que aprender de ellos en algunos puntos clave de la gestión del negocio.
Donde los más avanzados ven la necesidad de adaptar sus negocios de coches a un mundo cambiante, yo veo a un sector que se enfrenta al abismo de desaparecer tal como la oruga que conocemos y convertirse en algún tipo de mariposa, mucho más competitiva, dinámica, eficiente, transparente y orientada al cliente de lo que nunca habrían podido imaginar.
Los talleres independientes serán los encargados de que no les quede otro remedio, les guste o no, que hacer las cosas de forma excelente. Y cuando el mercado repunte, que lo hará, ya no habrá excusas tras las que ocultar lo que muchas veces es la mala gestión de un negocio, pura y simple, como en cualquier otro sector.
Los viejos tiempos y el “todo vale” se han ido para no volver. Faconauto lo ha entendido a la perfección, habrá que ver si también lo han hecho cada uno de sus miembros.
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