Los compactos deportivos son un segmento en alza, y quien lo niegue miente. Todas las marcas se quieren apuntar a un nicho de mercado altamente rentable y que incide fuertemente en la reputación de las marcas. La guerra de potencia realmente se ha ido de madre últimamente, con Mercedes lanzando un A 45 AMG de 360 CV de potencia, y BMW y Audi en la retaguardia con ofertas de más de 300 CV de potencia. Ford ha tenido sus momentos de gloria, con un Ford Focus RS500 de hasta 350 CV… y tracción delantera.
Estos vehículos llevan llamativos kits de carrocería y enormes llantas, llamando la atención y dejando claras sus intenciones. No obstante, a veces es mejor pasar desapercibido, aunque tengamos una bomba atómica bajo el capó. Es lo que ha pensado un aficionado estadounidense, que ha decidido convertir un Ford Focus de primera generación en un auténtico sleeper de altas prestaciones. Una máquina que deja en ridículo al Ford Focus RS de primera generación y puede poner en aprietos a compactos deportivos modernos.
La clave son dos siglas: V8. Siglas mágicas que nunca significan algo malo.
Camuflado como coche convencional, es un muscle car en un envoltorio de bolsillo
El propietario decidió extraer el motor de serie y en su lugar acoplar un V8 de 5.0 litros – 302 pulgadas cúbicas para los que prefiráis el sistema imperial – de Ford Racing. Un crate engine carburado, que además ha sido mejorado con un cigüeñal de alto rendimiento, además de una admisión y escape mejorados. El resultado son 340 CV, la misma potencia que entrega un Audi RS3 Sportaback. Curiosa coincidencia. Con la diferencia de que este Ford Focus es estéticamente idéntico a cualquier otro Focus. Sólo un ojo muy experto descubriría las diferencias.
Como los dos tubos de escape traseros. Si alguien se asomase a la parte baja del coche descubriría que hay un enorme diferencial en el eje trasero. En efecto, este Ford Focus ha recibido una conversión a tracción trasera. El motor ha costado unos 4.000 dólares a su dueño, pero la conversión a propulsión parece haber costado más de 20.000 dólares. El interior del coche permanece casi intacto, a excepción de varios relojes adicionales para la instrumentación y una caja de cambios manual con un pomo similar a la empuñadura de una pistola.
Este peculiar vehículo se pone a la venta por 18.000 dólares, algo menos de 15.000 euros por un compacto con motor V8, capaz de dar más de un susto a la nueva generación de compactos deportivos. Y sin parecer en absoluto amenazador, uno de los principales alicientes de la filosofía “sleeper”.
Fuente: Jalopnik
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