El lanzamiento de Gran Turismo 6 traerá consigo, como viene siendo tradición, la presentación de algún que otro prototipo de ensueño desarrollado para su uso y disfrute en la ficción del videojuego. El nuevo Mercedes AMG Vision Gran Turismo nos recordó la historia del GTbyCitroën, un insólito deportivo que inicialmente fue diseñado y concebido para el Gran Turismo 5 Prologue, gustando tanto que Citroën decidió convertirlo en un prototipo real, un deportivo que algún afortunado periodista llegó a probar a comienzos de 2009.
Se daba la extraordinaria coincidencia de que Takumi Yamamoto, uno de los diseñadores del equipo de Citroën, era amigo de la infancia de Kazunori Yamauchi, director de Polyphony Digital, los creadores de la saga Gran Turismo. La vida profesional de estos dos japoneses había transcurrido por derroteros bien diferentes, pero la pasión de ambos por los automóviles (Yamauchi también es piloto y amante confeso del Ford GT que guarda en su garaje) encontró un nexo común en Gran Turismo y ya en 2003 decidieron que había llegado el momento de planificar un – a la larga acertado – proyecto de colaboración.
El GTbyCitroën en cierta medida rompía la lógica del desarrollo de un deportivo. De unos trazos en una hoja de papel se pasaba a un diseño avanzado en herramientas CAD (Computer-aided design) – y hasta aquí el proceso normal – y de ese deportivo de videojuego, decidieron que sería oportuno fabricar un prototipo real y plenamente funcional, aunque por el camino tuviese que abandonar el corazón eléctrico alimentado por pila de hidrógeno del coche de Gran Turismo, para “conformarse” con un V8 de Ford situado en posición central con aproximadamente 560 CV.
Ahora piensa en un futurista superdeportivo biplaza con cerca de 5 metros de longitud, un metro y medio palmo de alto, unas cotas fieles al diseño virtual y una aerodinámica que, sin un cuidado especial para cumplir los objetivos de un deportivo de calle, no hubiera necesitado demasiados cambios para alcanzar sus expectativas.
Puertas de tijera, un habitáculo minimalista y futurista, arte en movimiento. El GTbyCitroën tenía todo para ser el deportivo definitivo, esa máquina que engrandecería a Citroën como marca pero que por desgracia no tendría cabida en un constructor francés que jamás tuvo las expectativas tan altas como para lograr la hazaña de fabricar un deportivo para medirse de tú a tú con los Ferrari, Lamborghini, Aston Martin…
En la revista británica EVO decían que el habitáculo del GTbyCitroën era como una fragua de cobre, el material que revestía buena parte del salpicadero, sobre el que te encontrabas con un exótico volante con aro cortado por ambos extremos y un cuadro de mandos integrado en este, al más puro estilo de un Fórmula 1, con dos botones que servían para accionar las marchas de su cambio secuencial.
El calor del motor de ocho cilindros y el olor a gasolina se filtraba al habitáculo generando una atmósfera viciada y prácticamente irrespirable. Sus compatriotas de AutoExpress, no obstante, se congratulaban de la ausencia de aislamiento térmico, pero también acústico, que hacía que el sonido del motor inundase el interior y motivase aún más a quienes tuvieron ocasión de probar un deportivo que, lógicamente, seguía siendo un prototipo. Esta unidad carecía incluso de motor de arranque y freno de mano.
Aunque durante estos años Citroën ha seguido presentándonos prototipos tan exóticos y llamativos como este – véanse los Survolt y Revolte -, ninguno de ellos ha llegado a materializarse en deportivo de calle, ni parece que tal cosa vaya a suceder, al menos a corto y medio plazo.
Fuente: Citroën | AutoExpress | EVO
En Diariomotor: Mercedes AMG Vision Gran Turismo, un “alas de gaviota” de videojuego
