Lexus ha decidido plantar cara a la hegemonía del diésel en el segmento E apostando por un nuevo propulsor, que también se convertirá en versión de acceso de gama, en el modelo Lexus GS. De este modo, subirse al nuevo Lexus GS 300h nos hace tener siempre en el punto de mira a los propulsores diésel de la competencia más directa que han sabido hacerse con el mercado a base de argumentos que hablan de bajo consumo.
Pero Lexus, como muchos ya sabrán, ha renegado del uso de propulsores diésel en su gama a razón de una apuesta muy decidida por las mecánicas híbridas gasolina bajo los valores de suavidad y confort en marcha, mínimas vibraciones y parásitos propios de la aspereza del gasóleo y una estudiada eficiencia a merced de un propulsor eléctrico a baterías y numerosas tecnologías aplicadas al funcionamiento del bloque 2,5 litros gasolina.
Una apuesta muy estudiada para enfrentarse al diésel
El nuevo Lexus GS 300h nace como la alternativa más racional de la gama GS. Siendo sinceros, el Lexus GS 450h pecaba de ofrecer un producto de talante demasiado prestacional para el mercado real de este tipo de berlinas. Los 345 CV que emanan del conjunto híbrido del Lexus GS 450h lo convierten en un modelo poco atractivo para aquellos que buscan una berlina de gran tamaño con una potencia holgada que no exagerada. Era necesario encontrar un peldaño inferior en la gama GS, y el nuevo Lexus GS 300h es la respuesta.
De este modo, todo lo aplicable al Lexus GS 450h es completamente válido en el Lexus GS 300h. Las diferencias existen en el plano dinámico y económico, obvio, pero para aquellos que echaban en falta una alternativa Lexus en el segmento E para enfrentarse a los superventas alemanes con motores diésel entre 170 y 240 CV, puede ser el momento de volver a barajar opciones.
El nuevo Lexus GS 300h pretende hacerse con el 75% de las ventas de la gama GS desde que den comienzo las entregas. Así, el Lexus GS 300h más económico arrancará en 45.900 €, colocándose por relación precio/potencia en la línea imaginaria que defienden firmas como BMW, Audi o Mercedes-Benz amparándose en el uso de mecánicas diésel entre 170 y 240 CV. En todos los acabados disponibles, el Lexus GS 300h arrojará un potencia máxima de 223 CV y estará exento de pagar impuesto de matriculación.
Un nuevo propulsor híbrido, idéntica esencia Lexus Hybrid Drive
El Lexus GS 300h hace uso del nuevo esquema propulsor presentado en el Lexus IS 300h, un conjunto híbrido que emplea una mecánica de cuatro cilindros gasolina y atmosférica con 2,5 litros bajo ciclo de trabajo Atkinson con 181 CV y un propulsor eléctrico síncrono de imanes permanentes con una potencia máxima de 143 CV y par máximo de 300 Nm. La potencia máxima combinada es de 223 CV transmitidos al tren posterior mediante el uso de un cambio continuamente variable (E-CVT con control secuencial simulado).
Las baterías que emplea el Lexus GS 300h son de Níquel-hidruro metálico a una tensión de 650 Voltios. La planta híbrida además cuenta con un segundo propulsor eléctrico cuya misión reside en generar energía eléctrica para recargar las baterías ubicadas tras los asientos traseros y realizar la función de parada y arranque del propulsor gasolina del modo más suave posible. El motor eléctrico principal también actúa como generador eléctrico en las fases de retención y frenada. Siempre que iniciamos la marcha es en modo eléctrico con 300 Nm de par motor, pudiendo recorrer algo más de 1,5 Km si seleccionamos el modo forzado EV.
Es un buen momento para detenernos en el cambio E-CVT, un diseño de cambio automático que requiere de adaptación por parte del conductor para entender su objetivo final y el porqué de su importancia en todos los híbridos firmados por Toyota y Lexus. El cambio E-CVT consigue hacer girar el propulsor térmico en régimen de máximo par, máxima eficiencia, ofreciendo un rango infinito de relaciones de transmisión entre un límite mínimo y máximo prefijados.
Lexus ha diseñado un modo secuencial para este cambio E-CVT que nos permite contar con levas en el volante con 6 relaciones. El resultado no es otro que encontrar una simulación de relaciones fijas donde se obliga al cambio a trabajar en puntos concretos del rango de desmultiplicación que es capaz de ofrecer el variador. El feeling no es cercano al que ofrecen otros tipos de cambios automáticos por convertidor de par o doble embrague, descubriendo un tacto artificial que en mi opinión sólo encuentra gran agrado a la hora de gestionar la retención del conjunto.
A la hora de exigir el máximo de prestaciones a la planta híbrida de 223 CV que instala el Lexus GS 300h es donde encontramos los puntos a definir en el cambio E-CVT, pues aunque el Lexus GS 300h no ha sido desarrollado como variante de altas prestaciones, su hoja técnica sí nos indica que es capaz de ir rápido sin demasiados miramientos. Así, el cambio E-CVT revela una importante evolución respecto a generaciones anteriores, aunque sigue mostrando esa sensación de falta de sincronismo entre revoluciones del propulsor y velocidad.
Con hasta 5 programas de funcionamiento: EV, ECO, Normal, Sport y Sport+. El Lexus GS 300h es capaz de ofrecer un confort de marcha muy satisfactorio, tornando a un talante deportivo muy efectivo al poder variar respuesta de dirección, acelerador, instrumentación y suspensión con sólo seleccionar el modo Sport o Sport+ disponible según acabados.
Lexus GS 300h: sensaciones en marcha y conclusiones
El recorrido seleccionado por Lexus para poner contra las cuerdas al nuevo Lexus GS 300h nos llevaría desde Madrid a Pastrana pasando por distintas localidades de Gudalajara y Cuenca. Un cóctel que permitía mezclar vías rápidas a 120 y 130 Km/h, desafiando más tarde carreteras de montaña repletas de curvas que en más de una ocasión mostraban signos de helada. Así, el Lexus GS 300h salió victorioso y con muy buena nota, subrayando que ser acceso de gama no ha hecho mella en el carácter y la ejecución de esta berlina.
Durante el recorrido escogido pude ponerme al volante de los acabados F Sport e Hybrid, acabado superior e intermedio respectivamente. Las diferencias, aunque existentes, apenas ofrecen saltos radicales más allá del plano estético o equipamiento. A nivel dinámico sólo encontramos el modo Sport+, exclusivo del acabado F Sport, como el punto que más remarca las diferencias si buscamos ese aporte extra en estabilidad y sensaciones que brinda una tarado de suspensiones más firme, cambios en la gestión de acelerador y dirección y un equipo de neumáticos que busca un mayor agarre con medidas 235/40 para el tren delantero y 265/35 para el tren trasero en llantas específicas de 19 pulgadas.
El Lexus GS 300h es rápido, que no deportivo, primando el confort incluso al seleccionar el modo de conducción Sport+. Pese a su longitud de 4.850 milímetros y un peso de 1.735 kilogramos, el Lexus GS 300h no ofrece el comportamiento de un coche pesado gracias a un reparto de masas entre trenes 51/49. Sin ser tan ágil como el Lexus IS 300h, su comportamiento es noble y muy capaz dadas sus dimensiones.
El equipamiento que puede instalar el Lexus GS 300h es muy abundante, aunque no hay que olvidar que la tecnología tiene un precio, motivo por el que encontramos un muy bien posicionado Lexus GS 300h Hybrid ECO desde 45.900 €, pero a la sombra de un Lexus GS 300h Hybrid Plus por 71.200 € donde encontramos una larga lista de elementos en seguridad e infoentretenimiento.
De este modo, el Lexus GS 300h puede instalar un proyector HUD a color en el parabrisas, alerta trasera de tráfico cruzado (RCTA), iluminación frontal inteligente mediante diodos LED (I-AFS), asistente pre-colisión (PCS), control de crucero adaptativo (ACC), climatizador con partículas de Nanoe o el sistema de sonido envolvente Mark Levinson con 17 altavoces.
Los consumos oficiales en ciclo combinado NEDC arrojan datos desde 4,7 y 5,4 l/100 Km según equipamiento y acabado, encontrando consumos de 8 l/100 Km durante el transcurso de la prueba sin practicar conducción eficiente alguna. Y es aquí donde Lexus pretende enfrentarse a la competencia diésel, ajustando consumos reales en gasolina para llevar a cabo una ofensiva donde, además, se reconocen valores como suavidad, muy baja sonoridad y un coste de mantenimiento muy reducido gracias al uso de un sistema híbrido gasolina que cuida de elementos como frenos y neumáticos y que recurre a componentes que no necesitan de cuidado preventivo alguno.
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