Como ya sabemos, Holden desaparecerá en 2017, debido a la presión de la competencia internacional en el mercado australiano como principal motivo. Otras condiciones han incurrido en la decisión de General Motors, como el reciente tratado de libre comercio entre Corea del Sur y Australia o los elevados costes de la mano de obra en un mercado de pequeño tamaño. La incógnita que se presenta actualmente es qué ocurrirá con Holden como nombre comercial en el mercado australiano, con el largo plazo en mente.
El actual gerente de Holden – Mike Deveraux – ha confirmado que Australia seguirá teniendo Holden para rato. Incluso tras el cese de producción se seguirán vendiendo Holden en Australia. No serán auténticos vehículos australianos, sino Chevrolet importados de Asia con los logotipos de Holden y una mínima adaptación estética. Entre las razones que apoyan esta teoría, el coste de adaptar la actual red comercial de Holden a otra marca es de entre 450.000$ y 900.000$ para cada uno de los 233 concesionarios.
Por otra parte, un cambio completo a Chevrolet permitiría a la marca explotar campañas de marketing mundiales, como el patrocinio del Manchester United u otras selecciones de fútbol, por citar un ejemplo rápido. Actualmente ya se venden varios Chevrolet en Australia, remarcados como Holden y ensamblados localmente a partir de kits CKD. Es el caso de los Holden Cruze, cuya gama se vende al completo en nuestras antípodas. El componente nostálgico tendrá un factor clave en la decisión final.
La conexión china
Otro posible escenario para Holden promete ser polémico. Podría ser compatible con la entrada completa de Chevrolet en Australia, incluso. Se trata de importar a Australia varios modelos de Buick destinados al mercado chino, remarcados como Holden y por supuesto fabricados en China. Principalmente berlinas de gran tamaño. Es una decisión con sentido económico, pero que no sentará bien en un país acostumbrado a un producto nacional consistente en berlinas con tracción trasera, pick-ups deportivos y motores V8 por doquier.
Algunos medios australianos admiten que esta berlina “Buick” con tracción delantera y motores de cuatro y seis cilindros iba a ser el próximo Holden Commodore, antes de que la decisión de cerrar Holden fuese tomada por General Motors hace unos días. Ford pronto se cerrará su fábrica australiana y Toyota podría ser víctima del efecto arrastre de ambos cierres y la industria auxiliar asociada. Un recordatorio de que la globalización de la industria del automóvil tiene efectos secundarios no siempre agradables.
Fuente: Leftlane News
En Diariomotor: Holden anuncia el fin de sus operaciones en Australia y Toyota podría seguir su mismo camino