Detrás del proceso de desarrollo, pruebas y puesta a punto de un coche, existe toda una industria volcada en obtener el chivatazo sobre lo que está sucediendo en los cuarteles de cada marca y esa preciada imagen, las famosas fotografías espía, de un coche que aún no ha sido presentado oficialmente. No vamos a negar que en el fondo esa industria beneficia a estos peculiares paparazzi que se esconden muy cerca de los centros de I+D de las marcas o en los bosques que rodean Nürburgring y también a muchos medios, como el nuestro, en el que podemos saciar la curiosidad de nuestros lectores con anticipos e incluso primicias que a todos nos gusta dar y a todos nos gusta leer.
Es aquí precisamente donde se genera una relación de amor y odio entre las marcas, preocupadas por mantener la sorpresa hasta el último momento, y los medios. Con el Mustang recién presentado, Ford no ha dudado en enseñarnos sin muchos tapujos el trabajo de los técnicos encargados en camuflar al nuevo pony durante los últimos meses para evitar las miradas indiscretas de los paparazzi. Las marcas cuentan incluso con un departamento encargado de diseñar el camuflaje que vestirán sus prototipos de pruebas hasta la puesta de largo oficial, plásticos, vinilos con estampado psicodélico y textiles que en ocasiones cubren hasta el último centímetro de la carrocería y distorsionan la silueta.
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¿Y por qué hablamos de una relación de amor y odio? Las fotografías espía que cada día nos llegan a Diariomotor, habitualmente están muy penalizadas por su mala calidad. Pensemos que, por las precauciones que toman los desarrolladores del coche, a menudo están lanzadas a larga distancia y en ocasiones incluso con un medio de captura tan socorrido como el teléfono móvil. A veces nos llegan fotografías muy pixeladas o en las que incluso el coche aparece distorsionado. Con las fotografías que publicamos del nuevo MINI el pasado verano, la propia marca se pronunció lamentando que su coche no apareciese tan “guapo” como lo veríamos en su reciente presentación.
Pero a pesar de todo, los fabricantes también han encontrado una herramienta efectiva para generar hype (interés) y obtener su cuota de pantalla, especialmente en internet. Desde hace años se empezó a poner de moda la publicación de fotografías espía oficiales, es decir, imágenes de estudio en las que el coche aparece camuflado y la marca se garantiza que generemos interés de sus productos y – solo en el mejor de los casos – os podamos ir desgranando pequeños detalles de ese coche que aún no ha sido presentado. Mercedes y Porsche, entre otros, han hecho un uso magistral en su beneficio de la fotografía espía, con casos notables como el SLS AMG o el Panamera, para generar interés durante muchos años hasta la presentación oficial de su coche.
Las nuevas tecnologías no han hecho otra cosa que aumentar la importancia de la industria de las fotografías espía. Cualquier viandante es un potencial paparazzi capaz de tomar fotografías o incluso grabar vídeos con su propio móvil. Las publicación por accidente en una web oficial o el filtrado malintencionado de fotografías por parte de los propios trabajadores de la marca, también son relativamente comunes.
Una vez se ha colgado una fotografía en internet, es prácticamente imposible detener su expansión. Por lo tanto, parece que con el paso del tiempo las fotografías espía seguirán llenando ríos de tinta y lo único que cambiarán serán los sofisticados medios que utilizarán los fotógrafos para obtener la preciada instantánea y el celo de las marcas para evitarlo.
Fuente: Ford
En Diariomotor: Ford Mustang 2014, bienvenido a Europa