Tras la introducción de la prueba del Chevrolet Trax, nos ponemos al volante de este SUV para hablaros de su dinámica y de la combinación de motor y transmisión más popular de la gama, el 1.7 de 130 CV con tracción delantera y cambio manual. Recordemos que la unidad que estamos probando venía equipada con un acabado tope de gama, LT, lo que nos deja con una factura final de 18.590 euros. Con este mismo motor, un acabado más modesto, el LS+, se quedaría en 17.790 euros. Ambos precios incluyen promoción y Plan PIVE.
La gama Chevrolet Trax se articula en torno a tres motores. El menos potente es un gasolina atmosférico, el 1.6 de 115 CV. Las opciones más recomendadas son, por lo tanto, el 1.7 diésel de 130 CV (disponible con tracción total y cambio automático, pero no ambas cosas a la vez) y el 1.4T de gasolina de 140 CV, únicamente disponible con tracción total y cambio manual.
¿Trax diésel o gasolina?
La razón más importante para escoger un diésel es, o debería ser, la búsqueda del mínimo consumo. En el caso del Chevrolet Trax, esta razón gana peso si tenemos en cuenta que las diferencias en los consumos homologados y, a priori en la práctica, entre el diésel y los gasolina es realmente importante. Hablamos de 2 litros/100 kilómetros en ciclo mixto homologado.
Las alternativas al diésel son exactamente dos. El Chevrolet Trax se comercializa en España con un motor de acceso que, para ser honestos, es de precio gancho. El 1.6 de 115 CV goza de unas prestaciones un tanto pobres, en tanto no es demasiado potente y atmosférico, y unos consumos realmente altos. En cualquier caso es una alternativa excelente para el que busque un coche sin demasiadas pretensiones y el consumo no esté entre sus prioridades. Es el único que se comercializa con el acabado más básico, el LS, sin ni siquiera llantas de aleación y su precio, con diferencia, el más bajo, por 13.940 euros.
Por otro lado, tenemos un motor de gasolina turbo, el 1.4T de 140 CV, que solo se ofrece con tracción a las cuatro ruedas y con equipamiento tope de gama LT. Si buscamos un Trax bien equipado y los consumos no son nuestra prioridad, es una alternativa excelente para el que busque un Trax con tracción a las cuatro ruedas, puesto que es 1.800 euros más económico que el diésel LT con tracción total.
Análisis del 1.7 FWD diésel de 130 CV
Pero vayamos al grano y hablemos del diésel. Nuestro Chevrolet Trax de pruebas está dotado de un motor de gasóleo de 1.686 cm3, que desarrolla 130 CV a 4.000 rpm y está asociado a un cambio manual de seis relaciones. Su potencia debería ser más que suficiente para moverlo con garantías, y de hecho así lo es. En cualquier caso, no tardamos en percatarnos de que se muestra un tanto flojo y perezoso para su potencia y el tamaño de su carrocería y es que 1.384 kilogramos quizás sean demasiados para un pequeño SUV de apenas 4,25 metros. Su sitio, una vez más, está en la pugna de los Qashqai y no de los Juke. Y probablemente por esa misma razón Chevrolet no ha optado por aumentar la gama con un diésel de menor potencia.
El régimen aprovechable de este motor comienza en torno a las 2.000 rpm. Por debajo, lo único que constataremos es que no es un bloque suave y confortable, de hecho es bastante sonoro, sobre todo en frío, y el aislamiento acústico del vano motor y el habitáculo es mejorable.
En carretera, a 120 km/h de marcador, en sexta velocidad y en llano, nos estaremos moviendo al filo de las 2.000 rpm. Es un régimen muy correcto, puesto que a partir de ahí la sonoridad del motor no es excesiva, el consumo se mantiene a raya y las recuperaciones son correctas hasta las 3.000 rpm gracias a la acción del turbo. En general es un motor que está muy pensado para ser ahorrador en todo tipo de condiciones pero también rutero, siendo muy apto en carretera.
Oficialmente, su consumo es de 4,5 litros/100 kilómetros en ciclo mixto. A 120 km/h de marcador y en un recorrido de ida y vuelta, nuestras mediciones lo situaron sobre los 5,8 litros/100 kilómetros, una cifra que, aunque alta, sigue siendo razonable. Esta configuración de motor y transmisión es la única que goza de unas emisiones homologadas de CO2 de 120 g/km y por lo tanto la única que se libra del Impuesto de Matriculación.
En ciudad, normalmente estaremos en torno a los 6 litros/100 kilómetros. Toda la gama (salvo el diésel con cambio automático) cuenta de serie con sistema de parada y arranque automático del motor Start/Stop. La capacidad del depósito de combustible, de 52 litros, es correcta para esta configuración de motor y transmisión. Probablemente se quedará más corta para los motores de gasolina, en los que el depósito apenas crece hasta los 53 litros de capacidad.
Recordemos que este diésel también está disponible con un cambio automático por convertidor de par o tracción a las cuatro ruedas, pero no ambas cosas a la vez.
En ciudad y carretera, que a priori será su hábitat natural, el Chevrolet Trax no decepciona. Es ágil, aunque por la altura de su carrocería siempre acusará ligeros balanceos y un notable cabeceo, más aún si tenemos en cuenta que para absorber con comodidad los baches y los obstáculos se optó por un tarado blando de suspensiones. Aunque el recorrido del amortiguador es correcto, con la configuración de llanta de 18” nos resultó un tanto seco absorbiendo obstáculos. Para el que de verdad quiera un Trax para incursiones camperas, mejor escoger un LS+ con llanta de aleación de 16”.
Su altura será nuestro mejor aliado en pistas sin asfaltar, también para afrontar obstáculos sencillos. Pero evidentemente, el Chevrolet Trax sigue sin ser una máquina apta para enfrentarnos a pruebas más complicadas. Uno de los detalles que más nos limitará, incluso en alguna entrada de garaje o en aparcamientos con bordillos altos, es la extensión de plástico de los bajos en el parachoques delantero, un elemento que trata de semi-carenar la base del motor por cuestiones aerodinámicas.
Por último recordar que toda la gama Chevrolet Trax cuenta con frenos de disco en las cuatro ruedas y que de serie carece de rueda de repuesto temporal, sustituida por un kit de reparación de pinchazos. En cualquier caso, existe un doble fondo en el maletero con espacio suficiente para esta, aunque nos obliga a renunciar a ese volumen de carga extra.
Sin duda alguna lo mejor del Chevrolet Trax es su relación calidad/precio, es un modelo realmente competitivo. Así las cosas, tenemos un Trax diésel de 130 CV y bien equipado por 18.590 euros (PIVE incluido). El precio de un Qashqai en condiciones similares sería considerablemente más alto, sobre los 22.850 euros a la espera de su lanzamiento y la previsible llegada de promociones. Un Opel Mokka 1.7 CDTI 4×2 130 CV, con el mismo motor y un acabado y equipamiento similar, Selective, ascendería a 19.486 euros.
En Diariomotor: Prueba del Chevrolet Trax en Croacia | Precios y gama Chevrolet Trax