Imagina por un momento una máquina capaz de crear un carril por la mañana y deshacer su trabajo por la tarde. De facilitar tres carriles de entrada y dos de salida para descongestionar el tráfico entrante en una capital y de hacer lo contrario, convertir tres carriles de salida y dejar solo dos de entrada, para atender el tráfico saliente de regreso a ciudades y pueblos dormitorio. Visto así, parece que estuviéramos descubriendo la función de los carriles reversibles. Pero como veremos a continuación, en una empresa californiana han ido un poco más allá en esta idea.
Desde hace bastantes años, algunas ciudades de Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda han recibido la incorporación de unas inmensas máquinas encargadas de transformar la disposición de carriles de sus carreteras. Son las denominadas coloquialmente “máquinas cremallera”, vehículos pesados que automáticamente van tomando las barreras de hormigón de un carril y lo sitúan en el adyacente, preservando una separación física y segura entre los dos sentidos y sin las incomodidades que pueda ofrecer el carril Bus-VAO, ni el peligro de despiste o invasión de carril contrario de los carriles reversibles que conocemos en España.
La solución parece demasiado compleja y costosa, y efectivamente lo es, aunque no tanto como podríamos imaginarnos a priori. Los bloques de hormigón, que pesan en torno a 500 kilogramos, están unidos mediante un resistente cable de acero que impide su separación, pero con suficiente flexibilidad como para permitir que esta inmensa cremallera vaya trasladándolos en bloque de un carril a otro a un ritmo no superior a 12 kilómetros/hora.
La compañía Barrier Systems encargada de su comercialización defiende el sistema por razones de seguridad. Los carriles cremallera comenzaron a implantarse a comienzos de los años noventa en puentes con mucha congestión de tráfico que hasta la fecha habían utilizado carriles reversibles convencionales y en los que cada año se contabilizaban varios choques frontales, algunos con víctimas mortales.
Por supuesto que las barreras móviles ofrecen una solución más amable para el conductor que el carril Bus-VAO (para autobuses y Vehículos de Alta Ocupación). Pero recordemos que esta alternativa de carril reversible tiene una función mucho más importante para la sostenibilidad del tráfico en nuestras ciudades, la de ofrecer un aliciente más para los trayectos en coche compartido. El Bus-VAO es la solución ideal teórica, siempre, salvo que un autobús se averíe en medio y el angosto espacio que dejan las barreras de hormigón atrape al resto de conductores que llegan detrás de él.
Fuente: Barrier Systems INC | Wikipedia | Microsiervos
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