El prototipo que ves delante de tu pantalla fue uno de los representantes de un proyecto que, según se mire, podríamos calificar de idea brillante o despropósito histórico. Allá por los años 90 la unión de Daimler Chrysler, Ford y General Motors, los Tres Grandes de Detroit, bajo el paraguas de una organización común, la USCAR, permitió la formación del Partnership for a New Generation of Vehicles, algo así como un utópico frente común de rivales unidos por un bien común, el desarrollo de tecnologías para el ahorro de combustible y, por qué no decirlo, haciendo acopio de fondos del Gobierno de los Estados Unidos.
Así nacía el prototipo Ford Prodigy Concept del año 2000, una gran berlina que, con poca atención que prestemos, ya nos muestra sus semejanzas con el Mondeo lanzado por aquellos años y los modelos Fusion y Taurus que llegarían años más tarde a los Estados Unidos. En cualquier caso, más allá de lo estético, este prototipo y sus hermanos de Chrysler y General Motors no buscaban llamar la atención por su estética, sino por su tecnología.
Los objetivos del Partnership for a New Generation of Vehicles
La asociación de constructores norteamericanos, constituidos con fondos públicos para batallar contra el reto energético del futuro, se había propuesto alcanzar una cifra brillante de 80 mpg, que según el ciclo estadounidense correspondería con unos 3 litros/100 kilómetros homologados. El de Ford, con 72 mpg, estuvo cerca de conseguirlo.
El principal problema sería que para lograrlo no solo tendrían que dotar al prototipo Ford Prodigy de tecnologías demasiado complicadas como para lanzarlas al mercado, sino también optar por un propulsor diésel-híbrido.
El resto de la historia nos la podemos imaginar. Actualmente, trece años más tarde, Estados Unidos mantiene sus reticencias al gasóleo y para más inri ya ha quedado sobradamente demostrado que los diésel también contaminan, y mucho.
Aunque la mayoría de las tecnologías y avances logrados en el proceso no han tenido una aplicación concreta en la industria años más tarde, sí es cierto que los pasos que se fueron dando llevarían años más tarde al desarrollo de híbridos, híbridos enchufables y eléctricos de autonomía extendida, que de alguna forma han logrado los objetivos marcados por el proyecto. Pero por supuesto, ese objetivo se lograría años más tarde y no en 2003 como se había propuesto inicialmente. De hecho, en 2001, el Gobierno de Estados Unidos cesó su apoyo económico al programa.
Aquellos prototipos comenzaron a lograr pequeños avances en reducción de peso, optimización aerodinámica, eficiencia de los motores térmicos, creación de híbridos diésel, frenada regenerativa, pila de combustible…
Como curiosidad, el Ford Prodigy Concept aquí mostrado se subastaría en 2010 con fines benéficos (Ford Motor Company lo cedió desinteresadamente para la subasta de Monterey). Un comprador anónimo pagaría más de 15.400 dólares por él, que ya es una cantidad bastante importante si tenemos en cuenta que sin motor, este prototipo había quedado relegado a maqueta de tamaño real.
Fuente: RM Auctions | Ford
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