Nos hemos acostumbrado a que cada nuevo compacto se convierta en cierta medida en la referencia de su marca, por tecnología, diseño, acabados, plataformas. La importancia del segmento C en Europa y la firmeza de los rivales con los que hay que competir, así lo exigen. De ahí que nos resultase tan sorprendente que Skoda, lejos de aprovechar la plataforma de “pata negra” del Grupo Volkswagen, la empleada por los nuevos Golf y León, se conformase con un refrito del Skoda Rapid, derivado a su vez de las plataformas, tecnologías y estándares de calidad propios del segmento B, con un claro enfoque económico. ¿Acaso le ha tocado a Skoda bailar con la más fea?
Nada más lejos de la realidad. El Skoda Spaceback ya está disponible en el mercado español situándose como una de las alternativas más prácticas, coherentes y – como decía mi compañero Mario en su presentación – honestas, a las que podemos tener acceso en estos momentos. Es a todas luces lo que denominaríamos una compra inteligente, al menos si nuestra decisión de compra se guía en torno al espacio y un precio asequible.
Como veremos a continuación, el Spaceback es un compacto peculiar, pero sobre todo una alternativa con suficiente personalidad como para poner tierra de por medio con el resto de compactos del Grupo Volkswagen, con los SEAT León y Volkswagen Golf.
Un socorrido, pero acertado, compacto derivado del Skoda Rapid
En cuanto a diseño, como de costumbre, Skoda no ha tirado la casa por la ventana ni ha entregado una hoja en blanco a sus diseñadores. El Spaceback apostó por la sencillez, por reconvertir una berlina de cinco puertas como el Rapid en un compacto de portón trasero vertical y tratar, por qué no decirlo, de ganarse a una clientela más joven que la que en principio accedería a un Rapid.
Los detalles más exóticos que nos tenía reservados este modelo los encontraremos en las versiones equipadas con techo acristalado, que cubre por completo la superficie superior del coche, siendo el más extenso de cualquier modelo de la gama Skoda. Ese techo tan extenso evidentemente no es practicable y no cuenta con sistema de apertura. Sí dispone de una cortinilla manual dividida en dos piezas que se cierran para cubrir las plazas delanteras o las plazas traseras independientemente (ver detalle en fotografía)
El segundo detalle, una característica zaga de portón en tono negro como extensión de la luna posterior (ver detalle en fotografía).
A Skoda le hubiera bastado con extender la carrocería del Rapid y crear una variante de tipo familiar, aunque el riesgo de robarle ventas a su buque insignia, el Octavia, hubiera sido realmente alto. Por contra, se optó por reducir la longitud del Rapid en unos 18 centímetros y mantener la batalla en 2,60 metros, lo cual debería redundar en un buen rendimiento mecánico. En definitiva Skoda buscaba crear un compacto un poco más largo que un Golf o un León, pero sin llegar a las carrocerías Variant y ST de estos.
Aunque en España se comercialice como Spaceback, a secas, ni puede ni intenta ocultar que sus orígenes siguen estando en el Rapid. A bordo seguimos encontrándonos con la sobriedad del diseño y la modestia de los materiales de este, como los plásticos duros, pero también la absoluta corrección en los ajustes. El Spaceback, como el Rapid, no es nada ostentoso, pero tampoco hay detalles que nos defrauden.
Las versiones más básicas (Active) equipan de serie llantas de acero y volante y pomo del cambio de plástico, detalles que sin duda alguna desmerecen la imagen de este compacto. Pero el siguiente peldaño de la gama (Ambition) ya incluye revestimiento de cuero en volante multifunción y pomo del cambio, así como llantas de aleación opcionales desde 365 €.
En cuanto a equipamiento, no estará a la última como un León o un Golf, pero si huimos de las versiones más básicas y las líneas de equipamiento económicas, descubriremos que puede contar con todo el equipamiento necesario. Tendremos Bluetooth, navegador (ver detalle en fotografía), equipo de entretenimiento táctil, faros de xenón, sensores de aparcamiento traseros y alarma.
El Skoda Spaceback es sobre todo espacio y confort
Aunque los asientos de serie, tapizados de tela, no son excelentes en ergonomía, sí son realmente cómodos. Tanto el conductor como su acompañante contarán con reposacabezas fijos, aunque en apariencia útiles para adultos de diferentes complexiones, mientras que en las plazas traseras existen tres reposacabezas regulables de serie en toda la gama. Unas plazas traseras, por cierto, que ofrecen una altura y un espacio para las piernas realmente holgado, probablemente superior a la mayoría de modelos de su categoría.
Según versiones, el Spaceback también cuenta con banqueta posterior con respaldo divisible en dos piezas, reposabrazos central con posavasos y una ventana que comunica con el maletero, muy útil, por ejemplo, para alojar unos esquíes.
Es precisamente a la hora de hablar del espacio, para los pasajeros y para la carga, cuando salen a relucir las mejores virtudes del Skoda Spaceback. Su maletero es realmente espacioso y muy práctico por el portón trasero, aunque sus 415 litros no son comparables a los del Skoda Rapid del que se deriva, con 550 litros. Incluso con un maletero tan amplio, el Spaceback sigue conservando un doble fondo suficientemente espacioso para una rueda de repuesto completa (ver detalle en fotografía), según versiones, dado que las más básicas incluyen un kit de reparación de pinchazos.
El maletero es razonablemente aprovechable y muy profundo. Pero hay que tener en cuenta una pega importante derivada de su diseño, unos pasos de rueda demasiado voluminosos que limitan mucho la anchura del espacio de carga (se puede apreciar perfectamente en la fotografía superior). El problema de esa intromisión de los pasos de rueda estará en que dificultará que alojemos bultos bastante largos o anchos, de gran tamaño (por ejemplo una guitarra eléctrica en funda rígida), sin abatir los asientos.
Un vistazo a las líneas de equipamiento del Skoda Spaceback
La gama se articula partiendo de un Active, muy básico, con llantas de acero de quince pulgadas, aire acondicionado, radio CD con MP3, faros antiniebla delanteros, iluminación diurna, control de estabilidad y seis airbags, elevalunas eléctricos solo en plazas delanteras y regulación eléctrica de los retrovisores exteriores.
Ambition ya añade volante multifunción con controles para el equipo de sonido, inserciones en grafito o Negro Piano (ver detalle en fotografía), pomo del cambio y volante forrado en cuero, asiento del conductor ajustable en altura, conexión USB, control de velocidad de crucero, reposabrazos central delantero y bolsillos en los respaldos.
Elegance añade llantas de aleación de 16”, climatizador y Bluetooth entre otros. Incluso seleccionando esta línea de acabado, elementos como el navegador Amundsen (515 euros), son opcionales, también el techo panorámico (735 euros), los sensores de aparcamiento traseros (350 euros), las llantas de aleación de 17” (195 euros) y los faros de xenón (500 euros). Un diésel de 105 CV con todo este equipamiento, como el de nuestra prueba, ya se situaría en 21.175 euros, que sigue siendo menos que un Volkswagen Golf Edition de 5 puertas y TDI 105 CV.
¿Qué Skoda Spaceback me compro?
Pensemos que en estos momentos el Spaceback está disponible desde 14.330 euros (11.830 euros con oferta de financiación y PIVE), pero si queremos un acabado muy decente con inserciones en grafito o Piano Black y volante forrado en piel, que no desmerece tanto respecto a un SEAT León, nos tendremos que irnos como mínimo a un Ambition o un Elegance. En ese caso las fuerzas comienzan a igualarse y su precio es más cercano al de otros compactos más trabajados y sofisticados, pero sinceramente merece la pena escalar hasta versiones mejor equipadas, puesto que los peldaños que separan a un Active, de un Ambition y a este último de un Elegance, apenas suponen unos 1.000 euros de diferencia.
Un Spaceback muy decente y equipado partiría de un acabado Ambition (desde 16.020€ con ofertas actuales) y con un motor como el de nuestra prueba, un 1.6 TDI de 105 CV (desde 17.275€), suficientemente potente y muy austero en sus consumos. Salvo que lo escojamos en amarillo o azul marino, habrá que pagar un pequeño suplemento por el color (175€ en blanco o rojo y 390€ en el resto de tonos metalizados) y llantas de aleación (desde 365€). Aunque si queremos un aspecto más distinguido sin subir al siguiente nivel de equipamiento, también podemos optar por el paquete Ambition con llantas de 16” y Bluetooth por 565€.
Para el que busque estilo, y el aspecto de la unidad que aparece en estas imágenes, Skoda ha dispuesto los paquetes Style que incluyen techo panorámico y portón trasero en dos tonos por 770€ más.
Por 130€ deberíamos incluir ESP PLUS (que incluye sensores de presión de neumáticos) y el paquete xenón con faros antiniebla y función cornering (ver detalle en fotografía) es una buena y relativamente económica inversión por 500€. El sistema de navegación eleva la factura en otros 500€.
Ya ven, que un Spaceback diésel y muy bien equipado ascenderá, como mínimo, a 18.000€ incluyendo ofertas de promoción y Plan PIVE. Por ese precio podemos acceder a un Volkswagen Golf 1.6 TDI 105 CV, con menos equipamiento, pero con llantas de aleación de 15” y Bluetooth. También sería un precio similar al de un SEAT León Style 1.6 TDI de 105 CV.
Pero, como de costumbre, os remitimos a nuestra aplicación ¿Qué coche me compro? para que comprobéis de primera mano las diferencias de equipamiento entre un Spaceback Ambition, un Golf Edition y un León Style, todos ellos equipados con un motor 1.6 TDI de 105 CV.
Por lo tanto, es cierto que un Skoda Spaceback, a tenor de las promociones actuales – que se mantendrán con muy pocos cambios durante todo el año – está mejor equipado por el mismo precio que otros compactos. Pero ciertamente, esa diferencia no es tan grande como cabría esperar en un principio y las unidades de Skoda Spaceback que serán mucho más económicas que otros compactos solo serán aquellas muy poco equipadas. El modelo de acceso Active 1.2 TSI de 85 CV acumula 4.110€ de descuento y 1.000€ de subvención (si somos beneficiarios del Plan PIVE) si optamos por financiarlo.
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