En Diariomotor somos unos auténticos románticos y creemos en el amor a primera vista, en el flechazo. En no poder conciliar el sueño recordando esa primera vez, ese primer contacto con el coche que desearías llevarte al fin del mundo y por nupcias firmar el “hasta que la muerte nos separe”.
Por nuestras manos pasan muchos coches, de todos los tipos y tamaños, de muchas marcas diferentes, tantos que para nosotros resulta demasiado complicado evitar ser infieles a nuestro amor platónico. Vivimos en un mundo lleno de tentaciones. Y es que aunque no lo creas, de entre todos ellos siempre hay alguno que provoca un gusanillo en nuestro estómago cada vez que engranamos la marcha y tocamos el acelerador. Siempre tendremos nuestro coche especial, nuestro predilecto, ese del que te cuesta tanto desprenderte cuando llega la hora de entregar las llaves y dar por concluida la prueba con un “adiós y ojalá que volvamos a vernos”, como diría Joaquín Sabina.
¿Quieres saber qué coches han calado hondo en el equipo de Diariomotor?
«Dicen que todas las virtudes son incompatibles. Que un compacto deportivo de gasolina no puede ser al mismo tiempo ahorrador, práctico, cómodo y bonito. Y sin embargo, de alguna manera, el nuevo SEAT León FR consigue el equilibrio perfecto. Quizá sea la patada de un motor 1.8 TSI que destaca tanto por sus prestaciones como por unos consumos de risa.
Con carrocería de tres puertas y color rojo, puede ser el León FR más discreto jamás producido, hasta el punto de que se llega a confundir con un Audi A3. Y en su interior, nada que nos haga pensar que no estamos en un vehículo de mayor categoría, pues el salto en calidades con respecto a la generación anterior impresiona.
Nada que haga pensar en la sonrisa que se te queda en la cara al conducirlo, tanto si quieres exprimir su lado oscuro y malévolo, o si simplemente quieres ir a hacer la compra al supermercado. Y es que al final, si un coche no te enamora y no te saca una sonrisa cada vez que lo ves en el garaje, algo falla.»
«Enamorarme del Mercedes Clase S es toda una contradicción para mí, un fanático de la ligereza y la simplicidad. Pero este coche enamora.
Cuando te subes a un Clase S de última generación tienes una sensación clara de que “evento importante”, algo especial está pasando y tus sentidos se agudizan. En el caso del último Clase S, no fue el lujo interior, el acabado o los materiales empleados en su habitáculo. Tampoco fue su línea exterior, elegante y hasta cierto punto discreta. Fue su funcionamiento.
Al encender el coche, el cuadro totalmente digital no desentona con el clasicismo de la categoría, simplemente acentúa su funcionalidad sin quedar como un pegote. Una vez en marcha, el nivel de confort es incomparable con ningún otro coche que haya probado, pero sobre todo lo que destaca es la “presencia” de la tecnología, que en todo momento te está ayudando a conducir y a controlar el coche de una forma sencilla y segura.
Buscando los límites, la sensación es que existe una red de seguridad a tu alrededor, pero no una red virtual sino una red que se hace casi física y que te mantiene alejado de cualquier problema de adherencia o control, incluso cuando buscas esos problemas.
La tecnología, siempre fría e impersonal, también enamora algunas veces.»
«¡Más fuerte que el vinagre!
Este bicho de color negro amenazante e imponente que se cuela entre el tráfico urbano mallorquín de los alrededores de Puerto Portals no es otro que el Maserati GranTurismo Sport. A nuestro paso, la gente se apresura a sacar su teléfono móvil con el que hacer una foto para inmortalizar al italiano del tridente, mientras sigue la estela que emiten los escapes. ¡Por las pasiones que levanta es incluso emocionante conducirlo en ciudad! A sólo 40 km/h hace mucho, mucho, muchísimo ruido… exhalando un bramido muy ronco que resulta sensacional.
Me lanzo a atacar diferentes giros… A disfrutar con cada apoyo en el vértice. Noto cómo se coloca cuando me dispongo a abrir gas y disfrutar con la explosión de júbilo del V8… mientras la nerviosa trasera hace todo lo posible para salirse de su sitio cuando no dosifico correctamente el pedal del gas. Pocos coches he conducido tan divertidos como este Maserati GranTurismo Sport.
El tiempo a los mandos del Maserati GranTurismo Sport se ha pasado volando. Y es entonces cuando llega el momento más duro de nuestro trabajo: tener que devolver el coche a los responsables de la marca. Me ha parecido sensacional. Creo que pocas veces he conducido un coche tan temperamental, divertido y emocionante. Las sensaciones son tantas que no entiendo cómo puede ser posible que no todos los hombres de la tierra deseen tener uno de estos en su garaje… Es una auténtica obra de arte, una montaña rusa repleta de diversión.»
«Cumple sobradamente con lo que imaginas al contemplarlo por primera vez. Consigue ser adictivo a la hora de enfrentarlo a carreteras de montaña, tanto más cuanto mayor sea el número de curvas que tienes por delante. Es rápido, ágil, exclusivo y muy llamativo en cualquier escenario.
Tacto deportivo, sonido impecable en cada retención y un puesto de conducción envidiable. Un auténtico juguete que siempre consigue sacarte una sonrisa a poco que le dediques una tarde de fin se amana para escaparte a esa carretera que muchos evitan en sus trayectos habituales.
Lo que más me gusta del JCW es que puede entenderse como un coche capaz para el día a día, sin embargo gusta más de esperar en el garaje para que seas tú el que le conceda el mejor momento de la semana para sacar de él esa esencia de kart que esconde su planteamiento.»
«Enamorarse del Caterham Seven implica caer en uno de esos amores totalmente irracionales que tanto merecen la pena. Es incómodo, difícilmente asumible en el día a día, tienes que estar preparado para que con la mirada te claven cuchillos por la espalda al pasar, tienes que estar preparado para lidiar con las peleas de su dirección en las maniobras en parado o incluso a renunciar a pasar por ciertos sitios cuando te encuentres con una calle con un badén difícilmente asumible para la altura del Seven… pero pobre de ti cuando estés en movimiento con el… porque cuando te bajes de él y lo dejes en el garaje sólo pensarás en volverte a subir.
El sonido de su escape es música cargada de distorsión, de baladas roncas e indecentes gorgoteos, su tacto, su carácter, cada cambio de marchas… sólo puede definirse como crudo. Es la forma más cruda de disfrutar del automovilismo… y bendito sea el automovilismo poco hecho… más aún cuando dejando a un lado su dinámica, pero no demasiado lejos, goza de una envidiable estética clásica.
Sólo tiene un minúsculo espacio portaobjetos a la espalda y sus suspensiones son secas. La lógica no parará de decirte que te dejes de Seven, que te busques un deportivo más llevadero, más cómodo, más polivalente y sólo lo disfrutes de “higos a pascuas” en el trackday de turno… pero qué demonios, ¿quién quiere algo fácil, cargado de ayudas electrónicas y con un silencioso habitáculo cuando lo que tienes enfrente es un Seven con 240 caballos y 525 kg?.
Tal vez algún escarceo esporádico con un Morgan 3 wheeler… »
«¿Cómo decirle que no a una belleza así? Cuando te acercas sigilosamente entras dentro de su atmósfera. Te envuelve, te atrae inevitablemente a posarte sobre tus líneas, a entrar en él, a elevar tus manos para acariciar su acabado aterciopelado y luego posarlas sobre volante. Una atracción fatalmente placentera, por fuera y por dentro.
Encendido a la izquierda del volante y su ronroneo te saca rápidamente una sonrisa. Detrás de ti, como si estuviera pegado, hay un suculento motor de seis cilindros que pide un simple movimiento del pie derecho para empezar a cantar. De las caricias suaves te pedirá que pases al tacto más pasional, a cuidar sus vaivenes por el camino…y él te devolverá un sinfín de sensaciones.
No hay que correr mucho, no hay que tomar las curvas como si no hubiera un mañana…el 911 no es un coche, es una placer con ruedas con la que disfrutan los cinco sentidos.»
«Amor a primera vista. Te enamora porque piensas en su dulzura al mirarlo y en su fuerza al tocarlo. Elegancia en casa y explosividad en la cama, quiero decir, en la carretera.
En los últimos años hemos visto teléfonos móviles que pasaban del plástico malo al vidrio y el aluminio, llegando a un nivel de perfección asombroso. Porsche lo ha hecho con un coche. Aluminio, vidrio y cuero. Tanto es así que no puedo soñar con un 911 Targa, quiero dos. Uno, para usarlo. Y otro para mantener impoluto salido de fábrica en medio del salón, para admirarlo cual obra de arte.
Al Porsche 911 no le hacía falta ser el coche más bello, le bastaba con ser de los mejores en carretera y circuito. Pero además de sus capacidades, ahora es también insuperable a la vista.»
«Resulta curioso que uno de los coches que mejores sensaciones me ha transmitido y más diversión me ha producido a lo largo de los últimos meses, es también el menos potente de los más picantes que hayan pasado por mis manos en este tiempo.
Tal vez esa sea la razón por la cual me gusta tanto, el hecho de que sea un deportivo modesto, para todos los bolsillos, pero con la mejor relación de sonrisas por euro invertido del mercado. Es un amor realista, nada platónico, un coche que cualquiera podría plantearse para el día a día y utilizarlo para dar rienda suelta a sus impulsos más primarios el fin de semana.
El Fiesta ST es también ese deportivo que me recuerda lo divertido que puede llegar a ser un tracción delantera y el reto que supone llevarlo al límite por un trazado ratonero jugando con las dos primeras marchas, ya sean los tramos por los que habitualmente probamos coches y en los que hicimos nuestra comparativa o las curvas de los Alpes Franceses en las que sentí el flechazo por este coche.»
¿Y tú? ¿De qué coche te has enamorado? Se abre el turno de flechazos en Twitter (hashtag #flechazosDiariomotor) y en la sección de comentarios.
Fotografía de portada: @toyota_europe