Aston Martin afronta una situación bastante delicada, una llamada a revisión que afectará a 17.590 deportivos, casi todos los que han fabricado desde 2007. Imaginad el coste económico proporcional que puede implicar para una marca revisar casi toda la producción de los últimos seis años. Por no hablar del varapalo que puede suponer para la imagen de un constructor de lujo, enorgullecido por la calidad de sus productos y su producción casi artesana.
La raíz del problema está en el pedal del acelerador, una pieza cuya producción fue delegada en una fábrica china. La avería de 22 pedales puso a los británicos tras la pista del fallo. En ese momento comprobaron que la pieza que se les había suministrado empleaba materiales defectuosos. Shenzen Kexiang Mould Tool Co. utilizó un compuesto plástico menos resistente que traba de imitar a la resina DuPont PA6 con la que se diseñó y teóricamente construyó el pedal, tal y como rezaba en los correspondientes precintos.
Aston Martin asegura que no han tenido constancia de ningún accidente derivado de este fallo.
Evidentemente todo apunta a que estamos ante una irresponsabilidad, y probablemente estafa, del constructor chino en el que se delegó la producción del pedal, el empleo de materiales falsificados y de inferior calidad para reducir costes. Al iniciar sus pesquisas, Aston Martin y DuPont tomaron cartas en el asunto para llevar a cabo una investigación y tomar las medidas que fueran necesarias.
Pero con los chinos nos hemos topado. La empresa acusada de la falsificación y las autoridades chinas se escandalizaron de lo que para ellos es un ataque de Aston Martin a su industria, al “Made in China”, aprovechar la mala fama de un país para utilizarlo como chivo expiatorio. Hasta el punto de que las propias agencias de medios afines al régimen han atacado con contundencia a Aston Martin por sus acusaciones.
Las autoridades chinas ejercen el papel de víctimas
Desconocemos si esto reportará algún problema a las ventas de Aston Martin, especialmente en China. Hay que tener en cuenta que el Gigante Asiático es uno de los mercados más importantes para la marca, un país en el que cada año venden más coches que en el anterior y que está previsto que en los próximos años uno de cada cuatro deportivos que construya Aston Martin se vendan en China.
A estas alturas es realmente difícil reprocharle algo a Aston Martin. Un coche se compone de tantas piezas que resulta imposible que la marca se encargue de la fabricación de todas ellas. Aún más difícil en un constructor de bajo volumen como este, que incluso habría llegado a un acuerdo con Mercedes-AMG para utilizar sus motores.
Por lo tanto es normal que cualquier coche se componga con piezas de muy diversa procedencia y si los proveedores cumplen con las reglas del juego y utilizan los materiales con los que se diseñaron, no tendría que haber ningún problema respecto a la procedencia de las piezas. Con este caso, Aston Martin habría aprendido una lección importante y reconocen que a partir de ahora buscarán proveedores más cercanos, a ser posible en Reino Unido, para tener un mayor control sobre los suministros.
Aston Martin detectó a tiempo el problema y avisó a sus clientes para efectuar la sustitución – en caso de ser necesaria – y evitar males mayores. La llamada a revisión podría costarles algo más de 3 millones de euros, que ciertamente no es una cantidad tan elevada.
Fuente: Automotive News
En Diariomotor: Ranking de llamadas a revisión 1993-2008