Los neumáticos son una parte esencial de los monoplazas de competición y en el caso de la Fórmula 1, más si cabe, porque asumen buena parte de las responsabilidades que en otras disciplinas recaen casi por completo en los sistemas de amortiguación, de forma que cualquier cambio que los afecte compromete la forma que tienen los vehículos de desenvolverse en pista y por ende, sus prestaciones.
Es el caso que nos ocupa. La FIA tiene prevista para 2015 la desaparición total de las tradicionales mantillas térmicas con las que los equipos acostumbran a elevar artificialmente la temperatura de las gomas hasta un grado óptimo, para facilitar la obtención del rango de mejor rendimiento en el menor tiempo posible.
Pirelli, consciente de que estas viejas compañeras de garaje van a ser historia a partir del año que viene, después de haber formado parte de la iconografía que identifica a la F1 como tal desde hace más de tres décadas, ha llevado hasta el circuito de Sakhir un compuesto experimental basado en el conocido como medium (vitola blanca), que ofrece una respuesta más rápida y por tanto no necesitará calentadores, que ha sido puesto a disposición de todos los equipos participantes en aras de extraer datos sobre su comportamiento y rendimiento sobre la pista.
Aunque puede parecer una cuestión menor o en cierto modo anecdótica, el asunto de la temperatura de los neumáticos frente al ya obligado abandono del uso de las mantas térmicas en 2015, supone un cambio radical que debe ser tomado en alta consideración.
Los neumáticos slicks, por norma general, funcionan correctamente en un abanico de entre 80 y 100º centígrados, por debajo del cual pierden adherencia y por encima, muestran una altísima degradación. Los wet en cambio, debido a las condiciones para las que están indicados, trabajan con una temperatura que oscila entre 45 y 55º centígrados, y si bien no se ven demasiado afectados en su rendimiento a temperaturas inferiores, si funcionan por encima de las recomendaciones se degradarían irremediablemente y además, en un cortísimo espacio de tiempo.
Ambos tipos de gomas se precalientan antes de comenzar a rodar precisamente para que las cuatro ruedas a la vez, obtengan el rango óptimo sin necesidad de que la fricción sobre el asfalto les dote de la temperatura adecuada, circunstancia que en el caso de los compuestos de seco podría llevar algunos giros en conseguirse, durante los cuales, los monoplazas, si tratasen de ir a velocidad elevada sufrirían problemas de equilibrio dinámico porque unos compuestos podrían calentarse antes que otros, de tracción y lo más grave, de dirección, además de ser susceptibles de ser aquejados por los temidos graining o blistering.
Desterradas las mantillas térmicas para el año que viene, alcanzar la temperatura adecuada en los neumáticos sin haber completado un giro (sobre todo en los del tren anterior) se ha convertido en una prioridad a la hora de no hacer peligrar el espectáculo y la propia competición, de manera que el proveedor único, Pirelli, con una antelación que los aficionados agradecemos, ha estrenado en Bahrein y con cierto éxito, un prototipo totalmente experimental que será desarrollado y probado a lo largo de esta temporada, para que esté completamente listo en la primera carrera oficial del campeonato 2015.
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