El Fiat 500L goza de una dinámica y una gama de motores consecuente con el enfoque práctico y modesto de un pequeño monovolumen. Es mucho más sencillo escoger motor que elegir entre las más 333 combinaciones de color posibles en este modelo. Está disponible con mecánicas entre los 85 y los 120 CV, con la reciente introducción de un tope de gama diésel y gasolina de 120 CV, dos opciones que se antojan como una alternativa suficientemente potente para el que busque unas prestaciones muy correctas en un coche de su tamaño.
Para nuestra prueba del Fiat 500L nosotros optamos por una de las opciones más demandadas, el 1.3 Multijet II de 85 CV. Se trata de un diésel muy ahorrador en sus consumos, modesto en sus prestaciones y más que suficiente para el que trate de hallar en el 500L una solución práctica para la urbe. Por otro lado, optamos por una combinación de transmisión que no por atípica deja de ser menos interesante y aprovechamos para probarlo con cambio automático o, para ser más exactos, con cambio pilotado Dualogic.
En cuanto te pones al volante del Fiat 500L ya te percatas del objetivo que persigue este pequeño monovolumen, ser cómodo y manejable en la urbe, sin más. El tacto de la dirección es realmente blando y esa es exactamente la misma apreciación que denota el tarado de las suspensiones, con amortiguadores algo rebotones. Al tener un tarado tan blando y una altura considerable que eleva su centro de gravedad, el Fiat 500L muestra balanceos y cabeceos bastante ostensibles. No nos resultó tan ágil como un Ford B-MAX, pero aunque esta crítica pueda parecer negativa, no lo es.
En el fondo el Fiat 500L nos ha resultado bastante coherente con el uso urbano, tranquilo y familiar que se presupone de un coche como este. Su conducción es muy diferente a la de un Fiat 500 y en dinámica no tiene nada que ver. Otros monovolúmenes que han cedido ante la tentación de endurecer las suspensiones para contener mejor la carrocería, como el propio B-MAX, nos resultaron demasiado duros y un tanto incómodos en ciudad.
El principal problema del tarado del chasis del Fiat 500L es que, sin llegar a ser inseguro, nos resultó un tanto incómodo al llegar demasiado rápido a una curva lenta (por ejemplo, una rotonda de poco radio).
La razón fundamental que nos puede animar a elegir el Mulijet de 1.3 litros es su bajo consumo. Hay que tener en cuenta que este motor no es demasiado potente y se quedará algo corto cuando viajemos por carretera y con bastante carga, pero sí nos parece más versátil que la opción de gasolina que podríamos considerar como su alternativa, un 1.4 16 válvulas de 95 CV con unos consumos bastante altos que es unos 1.500€ más barato o incluso el 0.9 Twinair, un bicilíndrico más ahorrador que es 500€ más barato que el diésel.
La elección del cambio automático es más discutible. Lo más interesante de esta combinación es su precio, puesto que el Dualogic supone menos de 1.000€ respecto al mismo 1.3 Multijet de 85 CV con cambio manual. También es robusto y en teoría duradero, pero no es ni mucho menos un cambio efectivo puesto que se basa en un cambio manual pilotado cuya transición entre marchas es demasiado lenta y el resbalamiento del embrague un tanto ostensible, con lo cual penaliza la comodidad y la efectividad para efectuar una aceleración constante y prolongada, por ejemplo para incorporarnos a una autopista.
Tanto con cambio manual como automático, el 1.3 Multijet solo cuenta con cinco velocidades. Si queremos un cambio automático, la única opción será el Dualogic asociado este motor 1.3 Multijet de 85 CV.
En nuestras pruebas habituales de consumos, en carretera, a 120 km/h de marcador, sin mucho tráfico y en un recorrido compensado (de ida y vuelta) de más de 100 kilómetros, obtuvimos una media de 5,2 litros/100 kilómetros. Con bastante carga y en tramos con muchas pendientes ascendentes, esa cifra puede crecer considerablemente, puesto que al gozar de una potencia un tanto justa el cambio nos exigirá bajar una marcha (y solo tiene cinco) para afrontar muchas pendientes, con la consecuente penalización que eso supondrá para los consumos.
En tramos urbanos los consumos se elevan ya sobre los 6 litros/100 kilómetros. En el caso del Trekking los consumos se elevarían unas décimas, tal y como se aprecia en su homologación (aproximadamente 0,2 litros/100 kilómetros) y como pudimos comprobar en nuestras pruebas de consumos, que en las mismas condiciones nos arrojaron medias en torno a los 5,5 litros/100 kilómetros en carretera. Entre otras cosas se debe a que las versiones Trekking montan de serie neumáticos mixtos (M+S), enfocados sobre todo en una conducción segura en terrenos deslizantes. La diferencia que pueda haber en los consumos entre un Trekking y un 500L, a secas, nos parecen testimoniales.
En el fondo nos ha gustado bastante este Fiat 500L, por ser muy coherente y práctico con el enfoque económico y familiar que esperábamos de él y aún así gozar de muchas posibilidades de equipamiento, especialmente en la línea Lounge, a un precio alto pero nada desorbitado para su dotación de serie.
También nos ha gustado que Fiat optase por extender su gama con dos modelos muy acertados, un 500L más campero y visualmente atractivo, el Trekking, y un siete plazas más espacioso, el Living.
Para aprovecharlo nos subiremos también al Fiat 500L Trekking para hablaros de él en nuestra próxima entrega de esta prueba. ¿Merecerá la pena pagar un poco más por esta versión? Lo veremos mañana mismo.
En Diariomotor: Nuevos Fiat 500L Living y 500L Trekking: nuevos sabores para el monovolumen Fiat