En ocasiones he de reconocer que me cuesta tratar con frialdad ciertos temas, rendirme ante el entusiasmo que despiertan en nosotros las tecnologías que están estrenando muchos deportivos de altos vuelos. Ayer mismo, os contábamos los secretos del nuevo Lexus RC F, pero las innovaciones del japonés se quedan en nada cuando hablamos del tridente de los superdeportivos, de McLaren P1, LaFerrari y Porsche 918 Spyder. Permaneced muy atentos a la entrega de Diariomotor Altas Prestaciones de este fin de semana, porque también os presentaremos una pequeña sorpresa, nuestro contacto con un deportivo muy especial en el que la tecnología puntera y en concreto la aerodinámica activa, serán los protagonistas.
Pero hoy quería hablaros de otro tema. ¿Sabías que el nuevo Porsche 911 GT3 no solo gira sus ruedas delanteras, sino también el eje trasero? Porsche ha querido ir más allá en el desarrollo de uno de sus buques insignia, el heredero – con licencia de calle – de sus deportivos de resistencia, el 911 más radical con motor atmosférico y la esencia del deportivo de circuito, casi de carreras. Una bestia capaz de sobrevolar el Nordschleife en 7 minutos y 30 segundos, entre otras cosas, gracias a su eje trasero direccional.
Lo creas o no, esta tecnología se remonta a los años ochenta, al menos enfocada a la filosofía deportiva de algunos modelos como el Honda Prelude, el Mazda MX6 y en modelos más cercanos a nuestros tiempos como algunos Infiniti y el Renault Laguna. Por lo tanto, es una tecnología relativamente antigua para una industria en constante evolución, aunque no menos sorprendente e innovador a tenor de que este será el primer Porsche en emplear un eje trasero direccional.
¿Cómo funciona el eje trasero direccional del Porsche 911 GT3?
Su funcionamiento es relativamente sencillo. El nuevo Porsche 911 GT3 está equipado con un sistema electromecánica capaz de ofrecer un pequeño margen de giro a cada una de las ruedas traseras. Es decir, no veremos al eje trasero manteniendo un giro de ruedas similar al del eje anterior, pero sí un giro mínimo, de apenas unos grados, que será más que suficiente para marcar la diferencia en ciertos entornos, en la urbe y el circuito.
Si hasta ahora desconocías la existencia de deportivos que girasen las ruedas del tren trasero, es probable que te preguntes qué sentido tiene. En un Porsche 911 GT3 podemos tener muy claro que la prioridad de los de Stuttgart pasaba por mejorar sus tiempos en circuito. Aunque las ruedas traseras no giren en el mismo ángulo que las delanteras, al ofrecer ese pequeño margen de giro en el mismo sentido que las delanteras, un deportivo como este es capaz de mejorar su estabilidad, reducir el subviraje y por ende lograr un paso por curva más rápido.
Pero eso no es todo. En los últimos años hemos visto una tendencia muy clara en el sector y en modelos muy deportivos como este 911 GT3, el aprovechamiento de la tecnología no solo para lograr máquinas más efectivas y precisas en circuito, sino también aumentar su dualidad entre deportivo radical y deportivo confortable y práctico para el día a día.
En esta línea, el Porsche 911 GT3 sería capaz de girar las ruedas traseras en sentido contrario a las delanteras para facilitar un acortamiento virtual de la batalla en maniobras a baja velocidad. ¿Y qué conseguimos con esto? La circunferencia de giro del coche disminuye, con lo cual, un deportivo muy radical como este con un tarado de suspensión enfocado a una conducción deportiva (y habitualmente un radio de giro demasiado grande) puede ganar algo de maniobrabilidad en espacios reducidos, por ejemplo moviéndonos por calles estrechas, en un garaje o simplemente aparcando.
Fuente: Porsche | Elephant Racing
En Diariomotor: Porsche 911 GT3: este es el nuevo “911 de circuito homologado para la calle”
La tecnología del Porsche 911 GT3 explicada en vídeo
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